sábado, marzo 05, 2011

Carretera 57

El Asshole de Barack Obama y su sirviente Felipe Calderón luego de la conferencia de prensa en la Casa Blanca.

La patética entrevista de Felipe Calderón con Barack Obama ayer en la Casa Blanca confirma el viraje radical que ha ocurrido en las relaciones de México con Estados Unidos durante los gobiernos de la ultraderecha, que están teniendo un nuevo momento de quiebre tras dos acontecimientos: la publicación de los cables de Wikileaks por La Jornada, desde el 10 de febrero, y lo acontecido en la carretera federal 57, el 15 de febrero, que como lo subrayan los medios estadunidenses, fueron los dos factores que llevaron a Washington a citar con urgencia a Calderón.

1. México se halla cada vez más en una encrucijada, pero ni las fuerzas políticas y sociales ni los medios masivos de comunicación parecen darse cuenta de la gravedad de lo que está aconteciendo en nuestro país al entregar ya los panistas sin reservas a Estados Unidos no nada más las riquezas estratégicas de nuestro país –y en particular el petróleo–, sino el control absoluto de áreas importantes del aparato estatal y funciones de gobierno.

2. La agresiva política imperial con la cual Estados Unidos busca salir de la grave crisis financiera, económica, política y moral en la que se hunde –y que ha sido la misma en la administración del demócrata Barack W. Obama que en la de su predecesor republicano George W. Bush–, hubiera requerido tener en México al frente del Estado a funcionarios patriotas, con una visión nacional de largo alcance y una concepción del Estado y de la legalidad –como acontece en varios países de América Latina– y no, como está aconteciendo, a un puñado de yuppies conservadores vinculados a las multinacionales, que de manera impune han hecho del país su botín personal para librarse a todo género de negocios sin importarles entregarlo a Washington y al capital trasnacional a fin de sobrevivir como gobierno, como está aconteciendo.

3. El significado del fraude de 2006 es ahora más evidente que nunca al conocerse mejor y en detalle el tenor de las relaciones de México con Washington, pues lo que acordó entonces Estados Unidos con Calderón fue respaldarlo para que se instalase en la silla presidencial, por muy descomunal que hubiese sido el fraude, a cambio de que el nuevo gobierno panista por un lado les entregara sin reservas el control de los recursos básicos del país, y de manera explícita el petróleo, y por el otro les permitiese una gestión más directa de las políticas internas de México para acelerar el desmantelamiento del Estado surgido de la Revolución Mexicana –aunque ambas cosas estuviesen de manera tajante impedidas por la Constitución de 1917–, por lo que los halcones washingtonianos impusieron a Calderón la estrategia de la seudo guerra “contra el narco”, a fin de alcanzar esos objetivos.

4. Los medios estadunidenses no ocultaron el sentido de la entrevista, y mientras la prensa oficialista mexicana insistía en que se trataba de ponderar las relaciones económicas, allá se señaló con claridad que era para analizar los temas de seguridad (de Estados Unidos, naturalmente), y en particular para tratar lo relativo a la petición de que los agentes estadunidenses de todas las corporaciones que actúan ya en nuestro territorio estén en lo sucesivo armados, luego de la muerte del agente de Estados Unidos Jaime Zapata el 15 de febrero en la carretera federal 57, cerca de Ojo Caliente, en San Luis Potosí.

5. La presencia de Zapata, como la de otros cientos de agentes, de más de una docena de corporaciones gubernamentales estadunidenses, que campantes han actuado ejerciendo actos de autoridad en territorio mexicano, es como se sabe violatoria de la Constitución y de las leyes de nuestro país, pues ningún poder u órgano del Estado tiene facultades para permitirles actuar en México, ni mucho menos para negociar esto a nivel internacional. El cierre que hizo la FBI de esa carretera federal el 18 de febrero para reconstruir los hechos, acontecimiento de extraordinaria gravedad, da cuenta de la ilegalidad y prepotencia con la que se está actuando.

6. La entrevista de ayer no fue por lo tanto para cambiar las políticas sino para disimular el entreguismo creciente del gobierno mexicano. Lo que está deteriorado no son las relaciones entre los gobiernos de Obama y de Calderón, que no son otra cosa que las relaciones entre un poder imperial y un gobierno que funge como su marioneta; lo que está deteriorado son las políticas de simulación y de mentira de ambos gobiernos en torno a la violencia que han desatado en México, con el pretexto de una supuesta guerra “contra el narco”, que ha costado la vida a decenas de miles de mexicanos (y a menos de diez estadunidenses), y en la que muy pocos creen ya, y que los cables del Departamento de Estado entregados por Wikileaks a La Jornada para su publicación están contribuyendo a evidenciar en toda su perversidad. La CNN lo decía con claridad el miércoles 3, señalando que el motivo de la cita de Calderón con Obama era “generar un clima de tranquilidad luego de las filtraciones de Wikileaks”.

7. La invitación de Obama buscaba por otro lado lo que resulta imposible: levantar la imagen del individuo que les ha entregado todo y que ahora se halla en un creciente desprestigio tras lo acontecido en la carretera 57 y los cables de Wikileaks, que tanto han enervado a Calderón, pero muy poco lo logró con sus palabras de coba. El panista intentó fallidamente en una entrevista a El Universal del 22 de febrero refutar con una aparente crítica al embajador estadunidense Carlos Pascual por el desdén y menosprecio con que se refiere a él en los cables y por la visión general que se desprende en ellos, pues aparece como un gobernante débil que a pesar de su sumisión a la Casa Blanca y al embajador estadunidense es ineficaz e incompetente por lo que, según se ha venido argumentando desde allá, Washington requiere llevar a cabo una intervención más directa en los asuntos internos de México, y ahora tras el viaje del panista esa visión de su sumisión e incompetencia no cambió en mucho.

8. Los deslices de Obama y de Calderón en la conferencia de prensa que brindaron tras su encuentro de dos horas no les permitieron empero generar una imagen distinta de la ya establecida con los hechos, los cuales evidencian todos los días que la violencia irracional desatada en México, y de la que son responsables ambos gobiernos, busca lograr una cada vez mayor subordinación de México hacia Washington, que está llevando a nuestro país a convertirse en un absoluto protectorado. Obama subrayó por ejemplo que algo fundamental en la nueva relación era el hecho de que gracias a las políticas de Calderón nos sea más fácil hacer negocios en México, aludiendo a la entrega de la industria petrolera, mientras Calderón se enorgulleció en reiterar que uno de sus grandes logros es que la política exterior de México se halle ya por completo subordinada a la de Washington, como se ve en los acontecimientos del norte de África y del Medio Oriente, adonde ahora México avala plenamente la injerencia estadunidense.

Enlaces:

Los cables sobre México en WikiLeaks

Sitio especial de La Jornada sobre WikiLeaks

Carta al marqués de Vargas Llosa

Desfiladero

Su excelencia: la triple w persigue a Felipe Calderón de la Parca, no sólo en el ámbito de Internet, donde Wikileaks se ha convertido en su peor pesadilla, sino incluso en sitios que le brindan un trato más suave, como el que recibió anteayer en el Instituto Woodrow Wilson de Washington (IWWW), donde al hablar de su guerra contra el narcotráfico, que es la mayor de sus hipocresías, contó una fábula siniestra.

Sintetizó: un médico joven llega a un pueblo, un paciente lo consulta porque le duele el estómago, y le dice que ha intentado curarse con remedios caseros pero que ya no le sirven. El médico le extirpa un tumor y le informa que necesitará radiaciones y quimioterapia. Dos meses después, lo que sigue es textual: el paciente dice no, pero el problema es el médico. ¿Por qué? Porque yo estaba sano antes de que llegara el médico al pueblo y ahora se me cayó el cabello, tengo mucho dolor, así que el problema es el médico... [¿Así es como?] nosotros estamos combatiendo el cáncer en México.

Aunque a los miembros del IWWW que lo escuchaban, esta deliciosa comparación los mató de risa (plugo a su alteza que lea la crónica de Alonso Urrutia en La Jornada de ayer), la verdad, señor marqués, es muy otra. Ese médico joven no era joven y tampoco médico: era y sigue siendo un charlatán.

Cuando llegó al pueblo, entró al consultorio por la puerta de atrás y sacó al Ejército a las calles para atemorizar a quienes lo repudiaban. El paciente nunca fue a verlo: se lo llevaron a rastras. Tampoco le pidió que lo operara, pues desde 1982 tomaba medicinas amargas pero necesarias que sólo habían empeorado su salud y quería algo distinto.

Para que el infeliz le tuviera respeto, el charlatán compró todas las televisiones del pueblo y difundió mensajes grabados las 24 horas del día a fin de aturdirlo. Y de pronto, lo ató a la mesa del quirófano, le aplicó sanguijuelas en brazos y piernas y lo abrió en canal. Sin diagnóstico ni pronóstico, le metió el bisturí, le sacó un tumor y le causó una metástasis, que sigue extendiéndose por todas partes.

Cuando sus familiares corrieron a visitarlo, quedaron atrapados en una balacera entre militares y paramilitares, y murieron acribillados. Al exhibir sus cuerpos como trofeos de caza, la policía afirmó que eran sicarios del crimen organizado. Miles y miles de hombres, mujeres, niñas, niños, jóvenes estudiantes y deportistas, abuelas y abuelos, ricos y pobres, policías y ladrones, migrantes y despedidos, señor marqués, han caído asesinados de las maneras más atroces, y cada día con mayor crueldad, en este infierno que su alteza describe como una democracia imperfecta.

Lo más terrible de todo es que más de la tercera parte de la economía nacional depende de la industria de la droga, así como los charlatanes viven del cáncer que supuestamente combaten cercenando a sus pacientes. ¿Conque democracia imperfecta, señor marqués? Veamos...

Dos juguetes de hule

El pasado primero de enero, la Secretaría de Marina (Semar) compró dos juguetes de hule (sic) en 8 millones 573 mil 792 pesos con 80 centavos. Por el primero pagó 3 millones 229 mil 87 pesos; por el segundo, 5 millones 344 mil 705 pesos y 80 centavos. La información está disponible en una página electrónica oficial llamada Compranet.

Ahí consta que el 01/01/2011, la dirección general adjunta de Adquisiciones de la Semar, mediante el contrato 13-SCN/091-2010, compró al señor Eduardo Heredia Hermida (Registro Federal de Causantes HEHE-680311-P15), con domicilio en avenida Insurgentes Sur 953, colonia Nápoles, delegación Benito Juárez, juguetes de hule, en la cantidad de 1 (sic), por 3 millones 229 mil 87 pesos.

Ante la magnitud de la suma económica erogada, surge una duda razonable: ¿se trata de un solo juguete de hule, como indica la palabra cantidad encima del número uno, o estamos hablando de un lote? La sospecha se agudiza porque, en Internet, Eduardo Heredia Hermida aparece como director comercial de Imanart, empresa dedicada a la fabricación de etiquetas e imanes publicitarios. En Compranet, su teléfono es el 5523-5383, pero la persona que lo descolgó ayer cuando llamé dijo que ahí no vive nadie con ese nombre. En Internet, la firma de Heredia tiene el 5546-233650, pero una grabación de Telmex asegura que está fuera de servicio.

En cuanto a la segunda operación, en Compranet consta que el 01/01/2011, la misma dependencia de la Semar, mediante el contrato 13-SCN/092-2010, adquirió en la Juguetería Coloso SA de CV, sita en Fray Servando Teresa de Mier 396, colonia Merced Balbuena, teléfono 5768-4357, juguetes de hule, en la cantidad nuevamente de 1, por 5 millones 344 mil 705 pesos con 80 centavos.

En Internet, la dirección de Juguetería Coloso es Fray Servando Teresa de Mier 376, no 396. Y en el teléfono citado nadie responde. ¿Por qué los datos que Semar publicó en Compranet adolecen de tantas inexactitudes? ¿Por qué los contratos tienen terminación 2010 si se refieren a operaciones de 2011? ¿Por qué otro de ellos, el 13-SCN/089-2010, es anterior al 091 y al 092, pero reporta una compra efectuada el primero de febrero de este año?

¿Hay transparencia en México, señor marqués? Aparentemente sí. ¿Para qué sirve? Lo ignoro. El sábado pasado este espacio denunció que, siempre según Compranet, en 2009 la Secretaría de la Defensa Nacional pagó 86 millones de pesos por 600 sarapes afelpados. Ninguna autoridad se tomó, ni siquiera y valga la redundancia, la molestia de molestarse.

Estamos en guerra contra lo que da empleo, alimento y ocupación a millones de personas en México y en Estados Unidos. Vuestro condecorador, su alteza, el joven médico que acaba de entregarle la orden del Águila Azteca, voló el jueves a Washington para hablar con Obama. Hillary no se mostró en público, para acallar las sospechas de que ella es la verdadera presidenta y Barack su mayordomo.

Como vuescencia bien sabe, en toda visita de Estado se pactan las actividades de los participantes. Ante las rebeliones del mundo árabe, y para impedir que el precio del crudo se dispare más allá de los 150 dólares por barril si cae Kadafi, la Casa Blanca le pidió un favor a Calderón. Este lo aceptó gustoso y el director general de Pemex, Suárez Coppel, anunció que pondrá a subasta, entre las mayores empresas petroleras privadas que en el mundo son, nuestros yacimientos del Golfo de México.

A cambio, Calderón solicitó y obtuvo permiso para despotricar contra el embajador Carlos Pascual, quien en múltiples cables filtrados por Julian Assange a través de Wikileaks y publicados por La Jornada, externa su comprensible desconfianza ante la incapacidad de las fuerzas armadas mexicanas –que compran sarapes y juguetes a precios inverosímiles– para combatir al crimen organizado.

Así, pues, para hablar pestes de Pascual, Calderón ofreció los yacimientos del Golfo en una pataleta que será recordada como el berrinche más caro del mundo. Washington, por supuesto, no retirará a su embajador, señor marqués. Su excelencia puede tener plena seguridad de ello.

Cuando todos éramos muy jóvenes y vuestro precoz talento ganó el premio literario de Casa de las Américas, su alteza no vaciló en rechazarlo. ¿Por qué, después de llevarse el Nobel, permitió que la reina doña Sofía lo ridiculizara tan impíamente al otorgarle el título nobiliario de marqués? ¿Para joder a García Márquez?

Enlaces:

Los cables sobre México en WikiLeaks

Sitio especial de La Jornada sobre WikiLeaks

Wikileaks y la radiografía del poder

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El jueves 16 de febrero, La Jornada publicó una nota en la que informa de las dudas de Bruce Williamson, cónsul de Estados Unidos en Monterrey, sobre la eficacia del Ejército Mexicano en la lucha contra el narcotráfico. “La presencia militar –afirma en un despacho confidencial del 29 de julio de 2009– no es una panacea para Nuevo León.” La información añade que en el combate contra el crimen organizado existe una grave descoordinación entre el Ejército, la Procuraduría General de la República (PGR) y la Secretaría de Seguridad Pública federal, y que las corporaciones se encuentran infiltradas por aquellos contra los que formalmente pelean.

Las notas fueron un duro varapalo para la administración de Felipe Calderón; para el gobernador de la entidad, Rodrigo Medina, y para el ex mandatario Natividad González Parás. Evidenciaron el fracaso de la estrategia antinarco, el control territorial que en ese rico estado tiene el cártel de Los Zetas, y la corrupción gubernamental.

La estrategia de contención de daños no se hizo esperar. Varios analistas oficiosos en diversos medios de comunicación nacionales desestimaron el alcance de las revelaciones. Ya se sabía, dijeron algunos. El gobernador Rodrigo Medina dijo que los cables no tenían validez. Y González Parás declaró que las comunicaciones del ex cónsul no se refieren a opiniones de él ni menos a la posición oficial (de su gobierno), sino a versiones que le refirieron algunos contactos, las cuales aseguraban la existencia de vínculos con el narcotráfico de funcionarios de mi administración y de mis hermanos.

Días después, en entrevista con El Universal, Felipe Calderón reconoció la magnitud del golpe. “Los embajadores –respondió– o quienes generaron los cables le echaron mucha crema a sus tacos. Siempre querían levantar sus propias agendas ante sus propios jefes, y han hecho mucho daño por las historias que cuentan y que, la verdad, distorsionan. Hay muchos casos de los que no vale la pena hablar.”

Ante un tema que –según Roberto Rock, su entrevistador– lo exaspera, el jefe del Ejecutivo añadió: Yo al embajador estadunidense no tengo que decirle cuántas veces me reúno con el gabinete de seguridad nacional ni qué digo; la verdad es que no es un asunto de su incumbencia.

La nota fue elaborada a partir de un archivo que contiene cerca de 3 mil despachos redactados por personal diplomático estadunidense, entregados a La Jornada por Sunshine Press Productions, que preside Julian Assange, fundador de Wikileaks. En ellos se abordan asuntos políticos, económicos y de seguridad pública de nuestro país. Una parte de la información contenida en ellos es muy delicada.

Los materiales son una especie de radiografía del poder en México, del grado de sujeción de nuestras autoridades a los designios de Washington, del fracaso de la lucha contra el narcotráfico del presidente Felipe Calderón, de la impunidad del sistema de procuración de justicia y de las enormes desigualdades sociales que existen en el país. El diagnóstico que se desprende de esas radiografías sobre la salud pública de la nación es alarmante e indignante. No hay antecedente de difusión pública de un volumen de información tan vasto y tan grave sobre la naturaleza de las relaciones del poder en México. En otro país, el asunto sería un escándalo. Aquí también lo es, pero es un escándalo al que los grandes medios de comunicación electrónica hacen el vacío, confinándolo a los lectores de la prensa escrita y los usuarios de redes sociales.

Desde el 16 de febrero han sido publicadas intermitentemente más informaciones provenientes de la diplomacia estadunidense que ofrecen una imagen tan desoladora como lamentable del poder en México. Un cable documenta cómo el entonces candidato a la Presidencia de la República, Felipe Calderón, mantuvo un doble discurso en materia del muro fronterizo, y adelanta a la embajada de Estados Unidos su decisión de hacer pronunciamientos críticos contra el muro porque no puedo permitirme perder un solo voto contra AMLO, y añade que no es su intención atizar el debate.

Inmediatamente después de las elecciones presidenciales de 2006, Tony Garza, embajador de Estados Unidos en México, describió la circunstancia de Felipe Calderón en la mayor situación de debilidad política Y añade, en una actitud claramente intervencionista: corremos el riesgo de que los asuntos de mayor importancia para nosotros se estanquen, a menos que podamos enviar una enérgica señal de apoyo para que el futuro mandatario logre imponer su agenda.

La Jornada es unos de los seis medios impresos en el mundo a los que Wikileaks ha proporcionado archivos, en lo que puede considerarse la mayor filtración de información política trascendente en la historia del periodismo. Los otros cinco son The Guardian, Le Monde, Der Spiegel, The New York Times y El País.

El conjunto de materiales filtrados por Wikileaks tiene unas 300 millones de palabras. La Biblia tiene unas 780 mil palabras. Manejar un volumen de información de esta magnitud, buscarla, ordenarla, ponerla en contexto, encontrar historias atractivas y pertinentes, es un reto muy grande. Por principio de cuentas, es una demostración de que quienes aseguraron que con las redes sociales el periodismo ha dejado de tener razón de ser están profundamente equivocados. Sólo el periodismo puede darle sentido a una información tan extensa y compleja.

Los papeles sobre México filtrados por Wikileaks, y editados y publicados por La Jornada, ofrecen una imagen del país y de su presidente demoledora. Muestran que las advertencias sobre la pérdida de la soberanía nacional hechas por los críticos más apocalípticos no son exageraciones. Y recuerdan que la lucha por la liberación nacional no es nostalgia de nacionalistas trasnochados, sino una necesidad a la orden del día.

Enlaces:

Los cables sobre México en WikiLeaks

Sitio especial de La Jornada sobre WikiLeaks

Escucha y descarga AUDIO: John Ackerman con Carmen Aristegui y los Cables de Wikileaks y su impacto en Mexico

¿Quién le teme a Carlos Slim?

Publicado en emeequis

Sólo en el contexto de crispación y rivalidades que han desatado los consorcios de la comunicación puede entenderse la acusación del presidente de la Canitec, Alejandro Puente, cuando asegura que Carlos Slim se ha convertido enun peligro para la seguridad nacional.

No es la declaración de un desfasado líder de izquierda, ni de un rancio profesor de economía política. El licenciado Puente coordina a las empresas de televisión por cable, que hacen negocio en esta economía de mercado. La malquerencia que le tiene a Slim no se debe a una inopinada vocación anti acaparadora sino, simple e interesadamente, a que el Grupo Carso quiere incursionar en un campo hasta ahora acaparado por las firmas que integran la Canitec.

Las empresas de televisión por cable desde hace algunos años ofrecen, además, servicios de telefonía. En condiciones de igualdad de mercado Telmex debiera proporcionar, a su vez, servicios de televisión de paga. En todo el mundo, las empresas de telecomunicaciones venden paquetes con televisión, telefonía e Internet. Telmex no puede hacerlo porque el título de concesión que recibió Slim cuando se hizo cargo de ella, establece que no puede difundir servicios de televisión.

En 1991, cuando Slim cerró la compra de Telmex, no había ocurrido la digitalización de las telecomunicaciones que hoy en día amalgama datos, audio y video. Esa restricción se ha mantenido debido a las exigencias de las empresas de televisión por cable. Inicialmente creadas por docenas de empresarios en todo el país, la mayor parte de esas firmas fue adquirida por Televisa en los años recientes. Hoy el consorcio de Emilio Azcárraga Jean controla esas redes, además del sistema satelital Sky. Así que cuando a los directivos de la TV por cable les inquietan las dimensiones de los negocios de Slim, no es por convicción antimonopólica sino porque ponen en riesgo el monopolio que Televisa ejerce en la televisión de paga.

Todo poder en exceso implica riesgos. Por eso hay reglas que acotan la especulación de las empresas cuando son dominantes en un mercado. En las telecomunicaciones, la aptitud del Estado para evitar comportamientos monopólicos es sumamente limitada debido a insuficiencias de las leyes y al apocamiento o las ambiciones de los funcionarios.

Ante el poder de cualquier empresario, hacen falta normas y autoridades regulatorias. Como se trata de servicios al público, que además propagan mensajes de manera amplia como sucede en los medios de comunicación, es preciso que esa regulación esté orientada por el interés de la sociedad. Y eso es lo que no ha ocurrido en México.

Una política antimonopólica en el campo de las telecomunicaciones, hace tiempo hubiera terminado con el acaparamiento de Televisa y Televisión Azteca en el mercado de la televisión abierta. Cuando dicen que ahora sí, ya merito, pondrán a licitación frecuencias para una nueva cadena de televisión nacional, las autoridades de las comisiones federales de Telecomunicaciones y Competencia anuncian una decisión pertinente pero con demasiados años de retraso. Esas mismas autoridades resolvieron fortalecer a Televisa al asignarle a un precio muy bajo una concesión de telefonía celular (motivo de la discutida Licitación 21) con el propósito de que estuviera en mejores condiciones para enfrentar a Telmex.

Durante dos décadas, las empresas de Slim han dominado el campo de la telefonía imponiendo tarifas y ciñendo el crecimiento de sus competidores. En el campo de la televisión, Televisa y Azteca han impedido que surjan otras opciones. El monopolio en la telefonía ya no existe. El de la televisión aún se mantiene. Y una de las opciones para que haya contrapesos a las actuales televisoras radica en la posibilidad de que Telmex y otras empresas puedan ofrecer televisión de paga (a través del cableado telefónico) o abierta, si hubiera licitación de frecuencias y concursaran por ellas.

De nada sirve exorcizar retóricamente la capacidad de maniobra de los más poderosos. El Estado tiene obligación de regular a las empresas dominantes en cualquier mercado. El alto costo y la frecuentemente infame calidad de la telefonía fija y celular, así como de las conexiones a Internet que venden Telmex, Telcel y otros operadores, requieren de una acción estatal que defienda a los consumidores. La concentración de señales y la pobreza en los contenidos de la televisión, hacen urgente la diversificación de ese mercado comenzando por el reconocimiento del derecho de Telmex a ofrecer televisión de paga… aunque aumente el enfado de las empresas que actualmente acaparan la televisión por cable.

"Obama's Mexico Standoff" (The Daily Beast/Newsweek, March 2nd, 2011)

Alexandre Meneghini / AP Photo; J. Scott Applewhite / AP Photo(www.thedailybeast.com)

Political stability is at risk not only in the Middle East, but also south of the U.S. border. The Mexican people are getting increasingly frustrated with the failure of President Felipe Calderón to win the “drug war” and resolve their basic needs. They could soon take matters into their own hands. When Calderón visits Washington on Wednesday and Thursday, President Obama and House Speaker John Boehner should use the opportunity to announce concrete new measures in support of the Mexican people. Otherwise, the emerging discontent could lead to a repudiation not just of Calderón but also of the entire U.S. political establishment.

Surprisingly, Mexico is one of the most “anti-American” countries in the world. A recent global survey conducted by the BBC revealed that only 13 percent of the population has a “mainly positive” view of the U.S.’s worldwide influence, while 49 percent has a “mainly negative” one. Of the 28 countries surveyed, only Pakistan and Turkey have stronger anti-American sentiment. Both the Egyptians and the Chinese are far more positive than the Mexicans.

To an extent, these perceptions are linked to history and geography. Mexico lost a third of its territory to the U.S. during the Mexican-American War of 1846-48. And U.S. troops occupied Mexican territory at two crucial moments during the Mexican revolution of 1910-17.

But the negative views of the U.S. derive principally from what’s happening now. Hundreds of migrants die trying to cross the border each year. Incidents of U.S. border agents shooting or killing Mexicans, often for no apparent reason, are not uncommon. The number of deportations from the U.S. has risen sharply in recent years, and the Obama administration has made absolutely no progress on immigration reform...

FULL TEXT OF ARTICLE AVAILABLE AT THE DAILY BEAST

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