 Los priístas en San Lázaro
Los priístas en San Lázaro        MEXICO, D.F., 12 de noviembre (apro).- Los diferendos en el  PRI sobre el combate al narcotráfico afloraron en la discusión del  Presupuesto para el próximo año, así como la demanda de 13 mil millones  de pesos que el secretario de la Defensa Nacional, Guillermo Galván  Galván, solicitó para la creación de 18 batallones.
          Con el pretexto de que la mayoría de los legisladores  priistas quiere ofrecer en sus estados proyectos carreteros y que el  sector campesino demandaba 300 mil millones de pesos, de manera oficial  se decidió eliminar el dinero que solicitó el general Galván.
          Así, todo el trabajo de cabildeo que realizó durante más de  dos meses Ardelio Vargas, presidente de la Comisión de la Defensa  Nacional y el trabajo de consenso que logró el propio Galván, fue  anulado de un plumazo.
          Sin embargo, la Sedena no se quedará sin recursos. Si Felipe  Calderón mantiene su estrategia de acabar con el crimen organizado con  el apoyo de las Fuerzas Armadas, tiene que entregar los recursos  solicitados.
          Y ese parece haber sido el acuerdo que Calderón hizo con  Galván: seguirlo apoyando, pero fuera del presupuesto.
          Para sustentar lo anterior, basta recordar que hace 15 días,  elementos del Ejército afinaron la creación de los batallones que  atacarán el crimen organizado en zonas urbanas.
          El 29 de septiembre, Galván pidió a los legisladores un  presupuesto adicional de 10 mil millones de pesos. La Comisión de  Defensa Nacional fue magnánima con él: autorizó un recurso adicional por  13 mil 900 millones de pesos.
          El dinero es para la creación de 18 batallones con 600  elementos cada uno, los cuales se instalarán en “zonas de alta  delincuencia y podrían actuar directamente en la zona norte de  Tamaulipas, Nuevo León y Coahuila”, se indica en un documento de la  Sedena.
            Además, en el sur de Tamaulipas y norte de Veracruz,  “donde hay muchas bandas extorsionando y en crecimiento”, y en Chihuahua  y Durango, “donde es el mayor número de ejecuciones y extorsiones a la  ciudadanía”.
            Tambbién se piensa instalar batallones en el sur de  Veracruz y en Tabasco “en las zonas rurales, donde incluso actúan  `maras` y gente de otros estados”, y en Nayarit, Jalisco y Zacatecas,  “donde hay nuevas luchas entre grupos de delincuentes”.
             Finalmente, en Guerrero, Michoacán y sur del estado de  México, “también son afectados por grupos delincuenciales que buscan  asentarse en la región”.
            De acuerdo con el Ejército, estas unidades son necesarias  para “terminar de acotar y capturar a los delincuentes en las áreas y  ciudades presas de la delincuencia. Serán de rápido despliegue y acción a  corto plazo”.
            En su justificación, el Ejército establece que los  militares tienen una gran carga de trabajo. Sostienen que antes actuaban  en las sierras contra la siembra y trafico de drogas, “y ahora se  patrulla en ciudades y poblados de zonas conflictivas, donde los  delincuentes amenazan a autoridades y policías municipales”.
          Pero además, esos mismos elementos que combaten el  narcotráfico tienen que ayudar cuando se declara el Plan DN-III en los  estados afectados por los huracanes.
            Galván aceptó hacer público su no aceptación del dinero  que, dicho sea de paso, fue solicitado con conocimiento y autorización  de Felipe Calderón.
            Sin embargo los diferendos al interior del PRI hicieron  que Calderón obligara Galván a recular. A cambio, le dará el dinero  fuera del presupuesto y, hasta donde se sabe, se le entregará al  Ejército 9 mil 750 millones de pesos, suficientes para armar los 18  batallones, la compra de los terreros donde se instalarán, la  adquisición de armamento y la compra de cuando menos 20 aparatos  escáner, que detectan armas, droga, personas o dinero del crimen  organizado.
          Con esta maniobra, Calderón queda bien con el PRI y con las  Fuerzas Armadas y, de paso, hace pensar a la opinión pública que el PRI  abandonó al Ejército dándole con esto un golpe con efecto electoral.