martes, agosto 01, 2006

MUCHO MAS QUE UN PROBLEMA VIAL

A todos los que hoy se encuentran en esa magnífica Avenida de la Reforma unidos por un objetivo noble y humano, les envío mi amorosa y entera solidaridad en las siguientes líneas:

El reclamo político de hoy se encuentra conectado intensamente con nuestra percepción de la realidad y de nuestra existencia. La angustia es producto de que sentimos que perdemos la oportunidad de tomar parte de esa única decisión que nos permite contestarnos las preguntas cotidianas de por qué nos va como nos va en comparación con el de al lado. La pasión que entraña este conflicto deriva en cuestionar la falta de equidad en la que vivimos. Es una reflexión ética profunda.

Tristemente, lo único que nos ha dejado en términos de participación política, este limitado sistema capitalista de democracia representativa, es la ilusión de la esperanza de que tenemos la posibilidad de incidir con nuestro voto cada seis años para elegir a un representante que tome las decisiones sobre la producción y distribución de la riqueza de nuestro país y de la que generamos con nuestro trabajo. Los impactos económicos de las decisiones que toma este representante tienen una repercusión cotidiana en la inmensa mayoría del acceso a los bienes y al consumo.

Los automovilistas que se enfurecen por el megaplantón no han entendido profundamente el contenido del movimiento y de lo que se defiende, subestiman al poder que se enfrenta y no entienden las consecuencias sociales futuras, posiblemente en pérdida de vidas humanas, de uno y otro bando, que son lo mismo que se llama México, si el fraude se consuma.

Si olvidamos la historia nos perdemos. Los que hoy defienden el derecho de que su auto se desplace sin contratiempos por la Avenida de la Reforma, mañana podrían estar concentrados en un estadio de fútbol esperando a ser interrogados y torturados, como es el caso de innumerables ejemplos de países que ven el fin de sus democracias cuando las soluciones políticas terminan en manos de un grupo de hombres que deciden imponer su voluntad para mantener sus privilegios sin atender los reclamos ciudadanos.

La falta de conciencia sobre la violencia que puede estallar en el país si se decide imponer a Calderón es producto de la manufacturación del consenso de un sistema neoliberal que justifica la injusticia como un infortunio, como un golpe de mala suerte, y que nos engaña cotidianamente al decirnos que es el mismo derecho el que se tiene de llegar al trabajo sin obstáculos pasando a un lado del Angel de la Independencia que el de tener acceso a una democracia que nos acerque a un mínimo de bienestar donde la salud, la educación, la alimentación y la vivienda esten garantizados para todos.

La toma de Reforma es una medida pacífica y razonable para exteriorizar una postura política de la mayor trascendencia. Las molestias son mínimas pues solo son la reducción de algunas de las comodidades inherentes a un mundo de asfalto.

La solución a este conflicto es muy fácil, nada más hay que contar:

VOTO X VOTO y CASILLA X CASILLA

Y como dice Obrador, Disculpe las molestias que esto le ocasiona mientras luchamos por la democracia.

No hay comentarios.: