viernes, enero 05, 2007

Año de dificultades e incertidumbres

Por Pedro R. Góngora Paz

Judas Iscariote vendió a su Maestro por 30 monedas; los gobiernos mexicanos nos venden por un poco más todos los años.- P.R.G.P.

¿Cómo puede el gobierno permitir que las llamadas instituciones bancarias que funcionan en nuestro país continúen saqueando el patrimonio de docenas de millones de familias mexicanas y socavando la economía de la Nación?

Todos los bancos que funcionan en México son extranjeros con excepción de uno, pero todos practican los mismos procedimientos que bien pueden llamárseles de típico agiotismo complementado con anatocismo.

A los ahorradores mexicanos estos mismos bancos les pagan un interés anual del 6 por ciento en promedio. Y estos mismos bancos cobran hasta un 40 por ciento anual de intereses a docenas de millones de mexicanos poseedores de tarjetas de crédito. Estamos hablando de una abismal diferencia de más de 600 —seiscientos— por ciento entre lo que pagan y lo que cobran, además de los otros asaltos que realizan a los cuentahabientes y tarjetahabientes por concepto de comisiones, sobregiros, recargos moratorios, gastos de cobranza y otras tropelías más.
Estos bancos extranjeros han visto en México un enorme paraíso para la práctica de procedimientos que están totalmente prohibidos en sus países de origen.

México está secuestrado hoy —su economía— por un grupo de empresas financieras extranjeras que no cumplen, ni les interesa hacerlo, las funciones fundamentales de los bancos en un país y que son, entre otras cosas, ser coadyuvantes para el desarrollo económico, es decir, apoyar con créditos la constitución de empresas comerciales, industriales, agrícolas, de servicios y otras actividades que sirvan para el engrandecimiento patrimonial de la Nación.
Ahora es el reverso de todo esto, pues estos bancos succionan al pueblo mexicano sólo por concepto de intereses del maldito Fobaproa más de 80,000 millones de pesos anuales, que convertidos en dólares viajan fuera del territorio nacional periódicamente.
Y tiene que resultar triste y lamentable que el Sr. Felipe Calderón Hinojosa no diga nada al respecto.

Al 30 de noviembre del 2006 los tarjetahabientes mexicanos que habían caído en morosidad tenían adeudos pendientes por la impresionante cantidad de $12,200.000.000.00 —doce mil doscientos millones de pesos—, contra $ 4,700.000.000.00 —cuatro mil setecientos millones— que existían al 30 de noviembre del 2005.

Y esta negativa situación nos indica que algo nada mal, muy mal en muchas familias mexicanas que hicieron uso de sus tarjetas de crédito para sufragar su existencia el año que acaba de culminar. Y estos focos rojos nos indican claramente que el año 2007 será muy difícil para la inmensa mayoría de los mexicanos.

Estamos hablando de temas peligrosos, de aumentos de un 270 por ciento en morosidad y ya podemos imaginar la cantidad de trabajo que tendrán los abogados mercantilistas por concepto de cobranzas, embargos, remates y otras diligencias judiciales.

Desde hace muchos años México sufre una profunda injusticia social que trae como consecuencia muchos de los males que estamos sufriendo: violencia, muertes, secuestros, delitos graves y otras situaciones de tristeza; pero además la migración de millones de mexicanos también es consecuencia de lo mismo que hoy hemos tocado.

Y vale la pena recordar que la raíz más profunda del sufrimiento del pueblo mexicano es precisamente la ausencia de una justicia social. Y desgraciadamente no vemos que este gobierno se interese por corregir estos desviados rumbos.

En el 2007 los pocos ricos que hay en México se harán más ricos. Y los muchos millones de pobres se harán cada día más pobres. Hay que hacer algo y pronto.

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