viernes, febrero 23, 2007

Representación pública

Por: Edna Lorena Fuerte
Cd. Juárez, Chihuahua, México

El dicho de que el pueblo delega su soberanía en sus representantes, para que estos a través del ejercicio público velen por los intereses y el bienestar general, es quizá uno de los asuntos menos tangibles en la percepción de la ciudadanía para con sus gobiernos.

La gran mayoría de los servidores públicos que han pasado por los gobiernos de nuestro país, en todos los niveles, han contribuido a esta negativa percepción, pues durante su ejercicio poco o nada han respondido a las necesidades más apremiantes de sus gobernados, menos aún han apoyado la construcción de un bienestar general.

¿En qué radica este defecto?; Básicamente podemos decir que es un problema de voluntad y de conocimiento. El primer aspecto ha hecho que los funcionarios defiendan intereses sectarios, trabajen para minorías representativas de ciertos círculos de poder o, simplemente, conduzcan sus decisiones por las líneas colectivas de sus partidos que, desgraciadamente, no coinciden con los asuntos de interés general.

Por otro lado, el conocimiento es un asunto básico para el buen gobierno, pues de él emanan las proyecciones acertadas y las propuestas que representan las necesidades mayoritarias. No es posible gobernar sobre algo que no se conoce, tratar de aportar políticas públicas sobre un terreno que nos es ajeno, pues no sólo se trata de la realidad objetiva, con sus datos y estadísticas a atender; sino se trata de una sensibilidad necesaria que sólo da el contacto directo con la gente.

Un buen gobierno entonces, no puede estar lejano a su pueblo, ni en su voluntad de servicio, ni en su proximidad de conocimiento, pues entonces vienen los resultados contradictorios a las necesidades de desarrollo de nuestra Nación, y vamos acumulando un rezago histórico en los pilares de un futuro sólido: educación, salud, empleo, cultura, apoyo al campo, etc.

Hablar de bienestar general va más allá de los sectores más desprotegidos, pues debe contemplarse el equilibrio entre todos los espectros de la sociedad; empresarios con condiciones de desarrollo, impulsados por un poder adquisitivo fuerte; instituciones públicas y privadas sólidas; incluso, una clase política con fuerte credibilidad y desarrollo innovador, muy distinta a lo que hoy es para la mayoría de los mexicanos: un grupo obsoleto con una historia oscura a sus espaldas.

Ahora toca responder a las demandas, contribuir al engrandecimiento de nuestro país desde las trincheras de la política, más aún de la representación pública, pues aunado a la aportación de un camino de engrandecimiento para México, se irán labrando, como servidores públicos, un futuro de dignidad y reconocimiento. La representación que la ciudadanía otorga con sus votos es más que la encomienda de un servicio, es la voz de la confianza, es abrirnos la puerta de sus casas y dejarnos entrar sin recelo, con la única esperanza de que ayudemos a reparar los desperfectos.

Soy Edna Lorena Fuerte y mi correo es edna_fuerte@yahoo.com para sus comentarios. Muchas Gracias.

__________________________________________________

No hay comentarios.: