sábado, marzo 10, 2007

Y todavía los cabrones de la Coparmex se oponen a que suban los salarios mínimos ¡increíble!

Carlos Fernández-Vega
América Latina: alta concentración de la riqueza

Figuran en Forbes 33 latinoamericanos

Slim, rico entre los ricos

Democracia empresarial

Se reconoce hasta el cansancio (no hay foro en que no se repita), pero nada se hace para corregirlo: América Latina es la región más desigual del planeta, en la que la pobreza campea, las oportunidades socioeconómicas para su población brillan por su ausencia y los niveles de bienestar caen con velocidad vertiginosa.

Ello, a pesar de ser una región abundante en riqueza, pero vergonzosamente súper concentrada. El problema, pues, no es la carencia, sino la concentración en unas cuantas manos.

Por estas fechas, pero de 2006, en este espacio comentamos que buena parte de esa riqueza la acaparan unos cuantos magnates: 33, para ser precisos, que en 2005 acumularon fortunas cercanas a 114 mil millones de dólares.

Un año después, la democracia empresarial hizo su trabajo y ese número de ricos entre los ricos, de acuerdo con la clasificación Forbes, aumentó a 37, aunque las fortunas conjuntas, al cierre de 2006, se incrementaron casi 36 por ciento (41 mil millones) en esos 12 meses, para sumar alrededor de 155 mil millones de dólares, información que sólo confirma la creciente tendencia a concentrar lo de por sí concentrado en esta región, en la que 225 millones de personas sobreviven en condiciones verdaderamente deplorables.

Veintiséis mil millones de dólares de incremento en la fortuna de 37 magnates latinoamericanos en un solo año en una región en la que el 50 por ciento de sus habitantes subsiste en la pobreza, no da cuenta precisamente de las famosas "oportunidades iguales" presumidas en el discurso oficial sobre las bondades del modelo económico impuesto cinco lustros atrás.

Por el contrario, los 140 mil millones de dólares acumulados por 37 "hombres de negocios" duplican el monto de inversión extranjera directa en América Latina durante 2005 y equivalen al ingreso anual de casi 190 millones de esos pobres que inundan la región y subsisten con menos de dos dólares diarios.

Dos decenas y media de multimillonarios y sus fortunas, que en 2006 geográficamente se distribuyeron así:

-Diez mexicanos, con 74 mil 100 millones de dólares, un aumento cercano a 46 por ciento en sus haberes al cierre de 2006 respecto de 2005, equivalente a 23 mil 300 millones de billetes verdes: Carlos Slim, con 66 por ciento del total, Alberto Bailleres, Ricardo Salinas Pliego, Jerónimo Arango, Emilio Azcárraga Jean, Maria Asunción Aramburuzabala, Roberto Hernández Ramírez e Isaac Saba Raffoul; por cierto, en la entrega de ayer anotamos que Lorenzo Zambrano y Alfredo Harp quedaron fuera de la lista, pero no es así: el primero se anota con mil 700 millones y el segundo con mil 600;

-Diecinueve brasileños (Joseph Safra, Jorge Paulo Lemann, Aloysio de Andrade Faria, Antonio Ermirio de Moraes, Moise Safra, Marcel Herrmann Telles, Rubens Ometto Silveira Mello, Carlos Alberto Sicupira, Julio Bozano, Abilio dos Santos Diniz, Dorothéa Steinbruch, Elie Horn, Antonio Luiz Seabra, Guilherme Peirao Leal, Eliezer Steinbruch, Henrique Constantino, Joaquim Constantino Neto, Ricardo Constantino y Constantino de Oliveira Jr.), con 43 mil 800 millones de dólares (tres ricos menos, con un aumento en las fortunas conjuntas de 31 por ciento con respecto a 2005);

-Dos chilenos (Anacleto Angelini, Eliodoro Matte y Sebastián Piñera), con 12 mil 800 millones de dólares (un rico más que en 2005, pero con un incremento de 64 por ciento en el monto de las fortunas);

-Dos colombianos (Julio Mario Santo Domingo y Luis Carlos Sarmiento), con 10 mil 400 millones de dólares (igual número que en 2005, pero con un incremento de 17 por ciento en sus fortunas);

-Dos venezolanos (Gustavo Cisneros y Lorenzo Mendoza, con haberes parejos), con 12 mil millones de dólares (igual número, pero con un incremento de 21 por ciento en sus fortunas).

-Un argentino (Gregorio Pérez Companc), con mil 700 millones de dólares (sin cambios con respecto a 2005).

Como lo anotamos un año atrás, esos 37 magnates no son los únicos ricos de América Latina. Hay unos cuantos más, pero los relacionados por Forbes son la crema y nata de la concentración del ingreso y la riqueza en América Latina. México, con la mitad de su población condenada a la pobreza y la miseria, ocupa la segunda posición latinoamericana en lo que a multimillonarios se refiere, pero el primerísimo en monto de fortunas conjuntas: 74 mil 100 millones de dólares, el 48 por ciento del total (un año atrás representó el 44.6 por ciento). Un bello ejemplo de la igualdad que tanto se pregona desde los micrófonos oficiales.

Carlos Slim es el más rico entre los ricos latinoamericanos y el tercero a nivel mundial. Concentra el 66 por ciento de las fortunas mexicanas (60 por ciento en 2005) y el 32 por ciento (26 por ciento un año atrás) de los opulentos de América Latina regionales.

La segunda posición entre los latinoamericanos Forbes corresponde al chileno Anacleto Angelini, con 6 mil millones de dólares (apenas el 12.2 por ciento de la fortuna de Slim), un monto igual para cada uno de los venezolanos (Gustavo Cisneros y Lorenzo Mendoza) relacionados, y para el brasileño Joseph Safra. En tercer lugar se encuentra el colombiano Julio Mario Santo Domingo, con 5 mil 700 millones. Y de allí para abajo, pero no tanto, en el festín de la concentración del ingreso y la riqueza.

Las rebanadas del pastel

Sólo para equilibrar: en América Latina, de acuerdo con la FAO, el 40 por ciento del ingreso total es percibido por el 10 por ciento más rico de la población; tan sólo el 5 por ciento más rico obtiene el 25 por ciento. Estos indicadores representan la mayor concentración entre las regiones del mundo en desarrollo y casi el doble de la de los países desarrollados, donde el 5 por ciento más rico participa con el 13 por ciento del ingreso total. En contrapartida, en América Latina y el Caribe el 30 por ciento más pobre recibe solamente el 7.5 por ciento del ingreso total, menos que en cualquier otra región en el mundo y apenas la mitad que en los países desarrollados (14 por ciento).

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