viernes, mayo 18, 2007

Patrimonio cultural y natural en riesgo

Claudia Sheinbaum Pardo*

En su definición, la UNESCO afirma que "...el patrimonio cultural basa su importancia en ser el conducto para vincular a cada individuo o comunidad con su historia. Encarna el valor simbólico de las identidades culturales y es la clave para entender a otros pueblos, contribuyendo a un ininterrumpido diálogo entre civilizaciones y culturales".

Sin embargo, esos ejes de preservación del patrimonio cultural, caen en oídos sordos cuando el valor que se le quiere dar al patrimonio es exclusivamente económico, como pretende el gobierno usurpador. Aunque como dijera el poeta Machado "...sólo el necio confunde valor y precio".

En esta circunstancia, avivada por una ideología conservadora, racista y entreguista se encuentra la política de preservación del patrimonio cultural y natural del país, o mejor dicho de desprecio del patrimonio cultural y natural. Por ello decimos que el patrimonio cultural y natural de nuestro país está en riesgo. Está en riesgo al reducir el presupuesto de las instituciones que se dedican a su investigación, preservación y difusión. Está en riesgo cuando se promueven reformas constitucionales que pretenden descentralizar y concesionar a manos privadas el manejo de las zonas arqueológicas y naturales. Está en riesgo cuando las comunidades indígenas continúan abandonadas en la pobreza, cuando más de 4 millones de mexicanos tuvieron que migrar a Estados Unidos en los últimos seis años por no encontrar empleo, lastimando sus lazos familiares y culturales. Está en riesgo cuando se importa cerca de una cuarta parte del maíz que se consume, cuando se fomentan cultivos transgénicos en detrimento de las variedades nacionales. Está en riesgo cuando se reduce de manera significativa el presupuesto del Archivo Histórico de la Nación. Está en riesgo cuando no se apoya a los jóvenes creadores. Está en riesgo cuando se construyen Wall-Mart en el Casino de la Selva y en Teotihuacán. Está en riesgo cuando se le quiere imponer el IVA a los alimentos, las medicinas y los libros. Está en riesgo cuando se construyen impunemente mansiones en áreas naturales protegidas. Está en riesgo cuando se instala una mina a cielo abierto a escasos metros del cerro de San Pedro, patrimonio cultural de la humanidad y en una zona de reserva ecológica. Está en riesgo cuando en nombre de los asalariados se pretende concentrar aún más la riqueza y disminuir la cada vez más pequeña porción de la riqueza nacional que se destina a salarios y pensiones. Está en riesgo cuando se otorga un aumento salarial de más de 20 por ciento al Ejército y a los maestros se les regatea un 4 por ciento. Está en riesgo cuando se despoja a los campesinos de sus tierras a costa de grandes proyectos energéticos. Está en riesgo cuando se cometen brutalidades contra los derechos humanos en nombre de la ley y la unidad nacional, como en los casos de Atenco y Oaxaca.

Enfrentamos hoy un enorme riesgo para nuestro patrimonio nacional. Y no es poco decir que algunos de los últimos frentes de resistencia nacional son Petróleos Mexicanos, la industria eléctrica, la educación pública en todos sus niveles, el Seguro Social, el Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado, el Instituto Nacional de Antropología e Historia, el Instituto Nacional de Bellas Artes, la lucha de los pueblos originarios, la reinvidicación de la milpa, la libertad de expresión y la memoria. No es poco decir que el futuro del país depende de la preservación de nuestra pluralidad cultural, la diversidad biológica y nuestros recursos energéticos. De la preservación del patrimonio nacional, dependerá el México de ésta y las futuras generaciones.

*Parte de la ponencia presentada en el foro Agenda Pendiente, en el Festival Ollin Kan de las culturas en resistencia.

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