martes, 17 de julio de 2007
Por Ricardo Andrade Jardí
Y mientras el Chino de moda presume de sus nexos con el PAN y Fecal, en el México de las instituciones de la democracia, es decir en el México de los Mario Marín, mejor conocido como el Góber precioso, que es también el México del asesino Ulises Ruiz, es decir el México donde los corruptos, los ladrones especuladores, los banqueros saqueadores y hasta los acusados de pederastia ocupan los grandes espacios de la "institucional" vida pública, a un grupo de personas se le reprime por querer acceder al auditorio del Cerro del Fortín, en Oaxaca.
Los espacios públicos son cerrados por quienes en realidad deberían estar sometidos a los procesos de ley correspondientes por los delitos que se les imputan y no escondidos cobardemente bajo el fuero.
Y es aquí, justamente, donde podemos entender los dos imaginarios opuestos en los que se debate actualmente México.
Por un lado tenemos a una oligarquía telecrática que decide el destino del país, mientras la clase política nos vende sus mentiras como si se tratara de procesos auténticamente democráticos. Un sistema que cierra los espacios públicos de la ciudadanía y abre como indispensables los espacios de la impunidad corrupta como las reglas del juego social al que hay que aspirar. La democracia no es más que una bonita palabra que políticos y oligarcas usan para inducir el ideal de progreso y libertad.
La realidad en México es otra: ni progreso ni libertad son alcanzables.
La democracia en la calle es algo inexistente y cada día son más los espacios públicos que son cercados por el miedo del sistema que, para mantener su corrupción, ha decidido abandonar toda posibilidad de construir diálogos fraternos con la ciudadanía, cada vez más inconforme.
Mientras el usurpador declara que el chino de moda Ye Gon, otrora un empresario respetado por la oligarquía desgobernante, llegará a la cárcel por sus presuntos nexos con el narcotráfico, aunque se olvida de decirnos que la cantidad de dinero y sustancias químicas, que podrían ser para la fabricación de drogas sintéticas, decomisadas al empresario de origen chino, tuvieron que entrar al país con la complicidad de altos funcionarios del usurpador desgobierno que encabeza.
Así es como funciona el imaginario del México institucional de Acción Nacional: todo de forma y nada de fondo, muchas mentiras y nada de verdades, Ye Gon es la pieza sacrificable, las apuestas de Fecal están ya con otros grupos también de la delincuencia organizada, es decir, para el decadente y usurpador desgobierno el chino es sacrificable, pero no lo son Ulises Ruiz ni el góber precioso, porque ellos son la carta de chantaje que el PRI utiliza para garantizar su acomodada posición frente a un desgobierno ilegal y carente de legitimidad ante una inmensa mayoría ciudadana, en la que por supuesto también está la base de dicho partido.
Y por otro lado tenemos al México catalogado como el de "los renegados", el de los necios que no quieren entender que los espacios públicos son públicos sólo en el papel y en la economía de quienes los hicimos posibles, pero al ser administrados por quienes se autonombran gobernantes dejan de ser verdaderamente públicos, ese es un rasgo inconfundible del neoliberalismo: las vallas, muros y ventanas colocadas en los lugares que siempre fueron públicos y ciudadanos. Muros para impedir encuentros, vallas para detener ideas, ventanas para comprar conciencias, muros, vallas y ventanas para fomentar e imponer las subjetividades opresivas de un Estado débil, sustentado en la decadencia institucional de la impunidad corrupta, un sistema que cada día cierra en nombre de la "Democracia Corporation S.A." más y más espacios públicos, sociales y ciudadanos, espacios que fueron para el diálogo y la confrontación de ideas, y que más pronto que tarde serán recuperados por la ciudadanía, por los necios renegados de siempre que no se quieren tragar la idea de que la democracia con futuro (para unos cuantos) es la representatividad y no la participación ciudadana, que esos espacios públicos, nuestros, hoy cerrados por el miedo oficial, pueden impulsar ideales de dignidad humana que aspiren a la justicia social, a la libertad y a nuevas y viejas formas de auto organización y participación democráticas que a los corruptos/ corruptores (PRIAN similares y genéricos, PRD, IP, dúopolio telecrático, iglesia, FOBAPROA, IP española, trasnacionales, mercados especulativos, etc.) no le convienen.
Oaxaca es un ejemplo claro. Un grupo enorme de ciudadanos organizados desde hace más de un año en formas de autogobierno, ante la probada incapacidad política de quien se ostenta como gobernador de aquel Estado, aunque sólo se ostenta, porque en realidad no representa más que a los intereses corruptos de su partido y del gobierno federal, deciden realizar un acto popular de carácter artístico, que por otro lado desmitifica al acto oficial turístico de la Guelaguetza y son una vez más brutalmente reprimidos por las únicas razones que entiende la ilegitimidad usurpadora: odio y miedo.
Una vez más la tierra de Juárez es escenario de la intolerancia y la brutalidad, pero es también el terreno donde se están gestando nuevas subjetividades de resistencia y dignidad, que pronto se reproducirán por todo el país contra las subjetividades represivas de un sistema-estado que ha preferido el camino de la confusión y la violencia para ocultar la corrupta condición de quienes lo administran, eso sí bajo el manual de operaciones del FMI, la OMC y el BM.
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