lunes, octubre 08, 2007

El síndrome de Paty Chapoy

Sique

Para quienes sean extranjeros, Paty Chapoy es una conductora de un programa de la televisión mexicana que se dedica al chisme: habla de la vida privada de las personas que son populares de manera frívola, como me imagino lo hacen en la televisión de otros países.

Pues bien, creo que uno de los grandes perjuicios de la televisión comercial a su auditorio es contagiarles lo que nos ha dado en llamar "el síndrome de Paty Chapoy" que viene siendo una perversión de la natural tendencia humana hacia el conocimiento.

En el ser humano se manifiesta la curiosidad como el primer paso hacia el conocimiento. Desde que el bebe nace vemos como esta curiosidad por su entorno lo va conduciendo a conocer las cosas que le rodean. Dependiendo de lo que le rodea va a irse orientando según su inteligencia y el medio en que se desenvuelve a conocer cuestiones cada vez más complejas, y así va desarrollando tanto su inteligencia como la comprensión de aquello que lo hará vivir de una forma u otra.

Digamos que en un inicio la mente del ser humano es virgen, de tal suerte que lo que se vaya sembrando en ella cosechará según la semilla. La mayéutica que es el método socrático con que el maestro, mediante preguntas, va haciendo que el discípulo descubra nociones que en él estaban latentes, permite que el interés de una mente virgen se dirija hacia un rumbo u otro. Si las preguntas que se le hacen al niño están orientadas a cierta rama del conocimiento por la que él ha mostrado su curiosidad entonces se va formando una vocación por el conocimiento de ese tipo de saber.

Por otra parte, por lo general, todas las personas nos interesamos en el otro, primero porque es una especie de relación especular con el sí mismo. Si el otro es como yo, me interesa lo que le pase para entender también lo que me pasa a mí. Paradójicamente mientras más interesados estamos en el sí mismo, más nos interesan los demás, mientras más nos amamos a sí mismos más amamos a los demás. Y no al revés como generalmente se cree. La persona egoísta en realidad no se ama ni se interesa a sí misma, todo su egoísmo es una forma compensatoria del desdén que en realidad siente por sí misma proyectado en los otros.

Ahora vamos a ver como se adquiere el síndrome de Paty Chapoy. Parte de la curiosidad natural que todos sentimos y del deseo de conocer al otro, sin embargo, la conducción hacia un conocimiento falso y frívolo del otro pervierte nuestra natural tendencia al conocimiento: en primer lugar estamos ante una mentira, lo que Paty Chapoy comenta sobre las otras personas son puras especulaciones, chismes, rumores; en segundo lugar, basada en falsedades se atreve a enjuiciarlas de acuerdo con sus propios y viciados criterios; en tercer lugar, le falta el respeto a la vida privada de los demás; y en cuarto lugar, enjuicia la parte más superficial de las personas, cómo se visten, como se mueven, tergiversa las declaraciones que hacen, y lo más grave, a veces aplica criterios morales de una clase retrógrada, y otras, de una absoluta falta de valores éticos.

Hace unos meses en un stand up de Blanca Salces, ésta decía que no sabía que Asamblea del Congreso, de la ONU, o, de Derechos Humanos se había perdido en que las recomendaciones de: "esa es una chismosa no te juntes con ella" habían cambiado a "¿vamos a ver a Paty Chapoy?" Y es cierto, ha habido un cambio de valores, en general hemos mejorado, creo, pero en lo que se refiere al chisme vamos para atrás, al menos antes se daba por un hecho que el chisme era malo, ahora no sólo se acepta con descaro como bueno sino que se gana mucho dinero con él.

Luego el síndrome de Paty Chapoy que se generado por varias escuelas de este tipo en todos los países nos lleva a despilfarrar la capacidad de nuestra mente en cuestiones superficiales e inmorales. Y como la vida privada se refleja en nuestra vida pública resulta que a veces estamos dando y dando vueltas alrededor de una cuestión concreta engolosinados en el chisme sin ver más allá de nuestra nariz para darle una dimensión más trascendente.

Pongo por ejemplo el caso de Martha Sahagún. Desde que estuvo como esposa del presidente ladrón, supimos de sus despilfarros, sus frivolidades, su escasa cultura y su estupidez. Ahora que se ha descubierto a qué grado esta señora (y obviamente el marido) le ha robado a la nación, muchos no pasan del chisme. Que si el jeep rojo, que si el jaguar, que si el lago, que si las joyas, la ropa, la fauna, la lujosa oficina, etc...etc...etc... Que si le dice "pollito" al marido, que si es lenguarda, que si se pone botox o se hace cirujía, todo eso es el síndrome de Paty Chapoy, no es lo importante. Lo importante es que la señora es una traficante de influencias y una ladrona del erario, y si se descubren, como creo, más cosas sólo habrá que añadirlas al botín que ya le conocemos. A nosotros no nos importa la vida privada de la pareja si se bañan juntos o si a él le salió un grano en la nalga, sino el daño que le han hecho a los mexicanos, a nosotros, con su estupidez y su inmoralidad.

Y así, hay muchas otras cosas en las que nos distraemos con este síndrome de Paty Chapoy que no debería tomarnos más de cinco minutos nomás para echarle sentido del humor al asunto pero que si le damos más tiempo y más energía nos desgasta para llevar a cabo tareas más importantes dentro de nuestros objetivos.

Esto es un poco de lo que me quejaba el otro día sobre la nota de La Jornada sobre la princesa Diana, ¡qué demonios me importa que esa señora que falleció hace diez años haya estado embarazada o no!

Así, a veces leo grandes espacios dedicados a que sí Espino dijo, porque fox no se qué, pero luego Mouriño, total pura perdedera de tiempo, lo importante es extraer de ahí cuales son los arreglos y las estupideces que están ideando para darle en la madre a la nación y no el chisme que se traen en el PAN o en cualquier otro partido. Sacar lo importante y no perderse en el síndrome chapoyesco, que tras su escuela y muchas otras en las televisiones alrededor del planeta nos han envenenado con la estupidez y la frivolidad.

Todos los medios utilizan esa técnica para hacernos estúpidos, la prensa escrita ni se diga, cuántas revistas hay de chismes que se venden como pan caliente, comentarios radiofónicos que dan grima, programas televisivos de estulticia que los niñ@s y las amas de casa miran embelesados, al mismo tiempo que atrofian sus mentes.

No quiero decir que no haya que hablar de lo privado siempre y cuando nos represente algo que va más allá, que nos permita elaborarlo e insertarlo dentro de la filosofía, la psicología, la política, la economía, la sociología, el medio ambiente... porque si lo mantenemos nada más a nivel del regocijo del chisme o de una forma de sacar nuestro coraje dentro de una crítica vulgar parece poco significativo.
Como ejemplo tenemos a los moneros políticos. Evidentemente la caricatura que hacen de los personajes es divertida, pero lo verdaderamente importante es la idea que están representando a través de su dibujo, ese humor puede alcanzar altos niveles de conocimiento.

Sin dejar de disfrutar esta parte rica de los blogs que nos permite atender a lo privado y a lo público en una especie de periodismo más libre y personal que no tiene restricciones, podemos expresar lo que nos dé la gana, quizás debiéramos conducir lo privado y lo público de manera tal que nos llevara a cuestiones más profundas y de mayor trascendencia. Es sólo una opinión.

1 comentario:

Edgar dijo...

Esta fue una opinión inteligente, lo triste es que tenga muy pocos lectores.