miércoles, noviembre 07, 2007

NO aparecen

* Ejército, buzos y sobrevivientes buscan a los desaparecidos por la enorme ola que arrasó el poblado de Juan de Grijalva en los límites Chiapas-Tabasco / Las autoridades se empeñan en afirmar que son 16 los que NO aparecen, pero los pobladores afirman que son decenas: “Hay muchísimos de la comunidad” que se perdieron
* Los pobladores narran que vieron morir a varios de sus vecinos / El Gobierno, más preocupado en abrir el paso del Grijalva que en las tareas de rescate / Se extinguen entre los pobladores las esperanzas de hallar a alguien con vida

OSTUACAN, Chiapas, 6 de noviembre (UNIVERSAL/NTX/REUTERS).- Pobladores de Playa Grande encontraron este martes a los primeros tres muertos que causó la ola que arrasó el poblado de Juan de Grijalva.
El subsecretario de Protección Civil estatal, Luis Manuel García Moreno, informó que uno de los hallados es María Rosa Bouchet Rosales, de 40 años, esposa del agente municipal de Juan Grijalva, Abimael Navarro, aún desaparecido. Las otras personas no han sido identificadas.
Mientras, a bordo de una lancha, pobladores vecinos a la zona del derrumbe recorren el río Grijalva en busca de más víctimas.
Por tierra, Celia Ruiz camina en busca de noticias de su hermano Miguel. No lo encuentran por ningún lado, después de que la ola provocada por un derrumbe borró del cuadro al pueblo de Juan de Grijalva.
Son las seis de la mañana y en la cabecera municipal de Ostuacán los mensajes por banda civil provienen de quienes preguntan por sus desaparecidos. A 50 kilómetros de ahí, varios pobladores envueltos en la niebla se alistaban para surcar las aguas en busca de cuerpos.

Aún es muy temprano y la niebla impide a los helicópteros sobrevolar. El Ejército Mexicano recorre los cerros para ubicar más habitantes y trasladarlos a los albergues.
La mañana de hoy Gobernación sostenía la cifra de 16 desaparecidos; más tarde el Instituto Chiapas Solidaridad reportaba una lista de 25 personas desaparecidos. “Los creemos fallecidos por testimonios de personas que los vieron morir, pero jurídicamente no los podemos dar por muertos”, dijo un representante del organismo.
Pero los pobladores narran que vieron morir a varios de sus vecinos, entre ellos, al agente municipal Abimael Navarro y su esposa Rosa Bouchet, quienes se ahogaron.
El desgajamiento de un cerro sobre el río Grijalva levantó una enorme ola que arrasó la comunidad de Juan de Grijalva, ubicada en la región norte de Chiapas, limítrofe con Tabasco
La tragedia, que ocurrió la noche del domingo, se produjo por el reblandecimiento de un cerro a la orilla del Grijalva, cuyo cauce desemboca en la presa Peñitas.
La furia del agua arrastró más de 50 casas, producto de las lluvias torrenciales que han azotado la región desde hace un par de semanas, a causa de los últimos frente fríos.
De acuerdo con los propios pobladores, hay decenas de desaparecidos, al menos 70, dicen- de esta comunidad de 150 habitantes. Se calcula que otros 80 se encuentran en albergues de Pichucalco y Ostuacán. La Secretaría de Gobernación informó que son cuando menos 16 personas las desaparecidas.
Los habitantes de las comunidades cercanas pasaron toda la noche intentando rescatar a sus vecinos, hasta que en la mañana del lunes comenzó a llegar la ayuda estatal.
El represente del Gobierno del Estado, Ernesto Gutiérrez, que hasta la madrugada del martes permanecía en la zona, aseguró que en los albergues de Picalco y Ostuacán se habían logrado concentrar 80 sobrevivientes de los más de 150 habitantes que vivían en el pueblo. “No hay un saldo real”, dijo.
Por su parte, el subsecretario de Protección Civil del Estado, Luis Manuel García Moreno, informó que las personas muertas fueron encontradas alrededor de las once de la mañana de este martes.
Luego dijo contradictoriamente que en los albergues de las cabeceras municipales de Ostuacán y Pichucalco hay más de 500 damnificados, 239 de éstos son de Juan de Grijalva, la comunidad arrasada por la ola que provocó el derrumbe. Son niños, ancianos, mujeres, pescadores y campesinos que permanecen ahí.
Sobre una lancha que va río arriba, seis adultos, dos adolescentes y un niño -varios van vestidos con sombreros y playeras que los políticos en campaña regalan a cambio de un voto- intercambian las breves historias de lo que pudo suceder con quienes presumiblemente desaparecieron.
Es raro, pero están seguros que todos ya murieron. Mientras van por el río, describen que enfrente está la casa del fallecido fulano de tal. Por el camino se mira lo que quedó del hogar del agente municipal y su esposa, rescatada. Esta completamente desecha; sólo las gallinas y los caballos quedaron. Un machete, un zapato rojo, láminas retorcidas, un peine de mujer y un paraguas, son las huellas de que alguien habitaba ahí.
La Secretaría de Gobernación informó que a la zona llegaron buzos para buscar a los ahogados, pero cuando son abordados por elementos de la Marina, los ocupantes de la lancha les advierten que será imposible encontrar a más víctimas: “Desgraciadamente a los ahogados no hay manera de buscarlos, el agua es turbia y aquí hay 100 metros de profundidad”.
Y parece que las autoridades están más preocupadas en abrir el paso del Grijalva que en las tareas de rescate.
Dos ingenieros de la Comisión Federal de Electricidad, que declinaron dar sus nombres, aseguran que hay que darse prisa porque la presa tiene que continuar cu operación. Anuncian que El Chalán, un vehículo planos capaz de cargar toda la maquinaria pesada que realizarán las labores, ya está en camino.
Buzos de la Secretaría de Marina rescataron cuerpos en las aguas del río Grijalva, en el municipio de Ostuacán, y con ello el saldo preliminar por el desgajamiento de un cerro es de dos fallecidos y 14 desaparecidos.
Equipos de rescate y soldados encontraron tres cuerpos el martes entre toneladas de piedras y lodo, mientras continúa la búsqueda de desaparecidos que se teme hayan muerto por un alud que devoró a un pueblo entero en el empobrecido Chiapas.
El desastre se desató cuando un deslave en un cerro reblandecido por las lluvias cayó sobre el Río Grijalva, generando una enorme ola que cubrió el remoto y pequeño pueblo de Juan de Grijalva a sus orillas.
“Tenemos los reportes de tres personas muertas. Identificado plenamente el cuerpo de una mujer”, dijo vía telefónica Salvador Cervantes, un portavoz de Protección Civil de Chiapas.
No pudo precisar si los cuerpos de las otras dos personas halladas eran de hombres o mujeres y un nuevo estimado de desaparecidos.
Las esperanzas disminuían entre los pobladores, que temían que sus familiares ya se encuentren sin vida.
La búsqueda se extendía también por las aguas del Grijalva. Al menos cuatro buzos intentaban encontrar a los residentes reportados como desaparecidos.
“Hay muchísimos de la comunidad que no aparecen”, dijo Francisco Navarro, un maestro de 42 años que tenía perdidos a nueve familiares, incluido un hermano.
Los pobladores dicen que podría haber decenas de muertos.

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