lunes, noviembre 19, 2007

Un usurpador con mucho miedo y un muerto que camina


Por María Teresa Jardí

Para estar muerto, o como dice Bartra "marchitándose penosamente", sigue igual de vivo AMLO, por no decir que más, incluso porque nadie en este país ha logrado la proeza de afiliar a más de un millón de personas a sus causa.
Vivito y coleando y con muchos seguidores y lo saben y lo demuestran incluso con las demasiadas molestias que se toman, por estos días, incluso las salas de cine cancelando la función y desanimando a la gente para que no que vea el documental de Mandoki sobre el fraude legalizado y, por eso, porque lo legalizó el TRIFE, convertido en otro atraco brutal a la nación mexicana. Demasiadas molestias para que no se vean las pruebas del fraude que en 2006 se cometió contra México dando al traste con la posibilidad de seguir construyendo la incipiente democracia mexicana.

Como, junto con la baja a la educación, se nos canceló la memoria histórica, convencidos están los avaladores del usurpador, intelectuales incluso de "izquierda", y no hablo de la prensa vendida ni de los intelectuales a modo irredentos que en México se dan como si fueran reparto de estampitas, no, me refiero a personas pensantes, como les había venido diciendo y preocupadas por lo que ocurre en nuestro país, pero acostumbradas también a los análisis parciales y convencidas de que la pasividad del pueblo mexicano es irredenta y de que va a aguantar y a seguir aguantando la gente lo que venga hasta el fin de los días y por ende cuidando su pequeño confort, ganado a base de trabajo, "tolerando" y peor aún "justificando" las "irregularidades".
De un plumazo borran, lo han hecho siempre, a cuarenta o más millones de mexicanos.
Y aquí aprovecho para hacer el único cuestionamiento a la película de Mandoki, al final ponen que cuarenta millones de mexicanos saben que se cometió el fraude.
Creo que debieron poner que el pueblo, entendido éste como el conjunto de habitantes del territorio nacional, es decir, que cien o ciento diez o ciento veinte millones de mexicanos, los que seamos realmente o al menos los que el INEGI reporte luego de los recortes o de los aumentos que ya se sabe que suele hacer ese instituto también a modo del sistema, saben que se hizo un fraude y que se legalizó por el TRIFE, dando al traste también con lo que pudiera quedar en pie de un Poder Judicial tocado brutalmente desde Zedillo, porque, no es que los cuarenta millones que estamos con AMLO sepamos que se cometió el fraude, lo saben también los que lo cometieron y los que con cinismo lo niegan y los que lo legalizaron y el Estado Mayor Presidencial y el Ejército y las jerarquías eclesiásticas y los partidos a modo y los que quieren que sigamos pensando que son de "oposición" aunque hablen con los patos. Es decir, que se cometió un fraude, que dio al traste con la soberanía de México, lo sabemos todos los mexicanos y lo saben también los extranjeros.
Que esa es la moda impuesta por los yanquis. Sí. Pero hay de naciones a naciones y no todas tienen la desgracia de estar en manos de usurpadores traidores que venden la patria.
Efectivamente el pueblo mexicano, mal comido milenariamente, es un pueblo apático y conformista, dejado y acostumbrado a ser pisoteado y maltratado. Pero se equivocan los que piensan que porque esté aparentemente dormido está muerto como se equivocan al pensar, o más bien al desear, lo mismo en relación a AMLO. Ni López Obrador está muerto ni el pueblo mexicano está del todo dormido.
Están cometiendo otro error garrafal los intelectuales mexicanos, no vendidos al sistema, al no querer encabezar el despertar del pueblo buscando sus mejores ideas para que las cosas cambien de manera no violenta.

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