lunes, diciembre 31, 2007

¿Cuál es el precio de la libertad?


Michel Balivo

(Hombres de poca fe)

He dicho en otros artículos que no se puede confundir el amor a la libertad que como seres humanos todos experimentamos, deseamos en nuestra intimidad, con el proceso histórico colectivo de los pueblos, que mediante la acumulación de experiencia y conocimiento, de la ciencia y la técnica, han creado herramientas para superar el dolor e ir especializando y organizando funciones, concibiendo modelos sociales.

Más apropiado resulta entonces decir que mediante nuestros hechos o respuestas apropiadas, acertadas, vamos superando el dolor de nuestros cuerpos, el sufrimiento mental que las limitaciones de un modelo de organización social injusto, discriminatorio, nos impone. Por lo cual decir que evolucionamos no es sino decir que nos vamos liberando.

Liberarse implica entonces un estado activo de la conciencia que produzca reconocimiento y superación de limitaciones, transformación de la realidad. Porque si bien es cierto que disfrutamos del avance social que el medio que heredamos nos posibilita, también lo es que experimentamos cual limitaciones, lo que para generaciones anteriores puede haber sido motivo de lucha libertaria y superación de condiciones opresivas, sufrientes.

Cada generación experimenta entonces limitaciones en el modelo heredado, sin importar cuan evolucionado sea, y ha de realizar su lucha libertaria, ha de concebir su particular visión y ejercer sus hechos transformadores de la realidad. Pensar otra cosa equivaldría a hablar del fin de la historia, de la evolución, de la vida cual expresividad creciente, expansiva.

Hoy asistimos como afirma el presidente Correa a un cambio de época, a un tiempo de tiempos, a un grado de acumulación histórica, a una masa crítica de experiencia y conocimiento que se acelera posibilitando un salto cualitativo, una revolución, una síntesis de diferencias.
Dentro de este contexto comienzan a aparecer tiernos brotes, que no son sino el rudimentario principio de la plasmación en formas, de esa nueva sensibilidad y presentimiento del mundo mejor. La Misión Milagro, Petrosur, Petrocaribe, el Alba, el Banco del Sur, Telesur, no son sino diferentes nombres para una estrategia política que se va abriendo camino según las circunstancias lo van posibilitando.

Hace nueve años cuando la revolución bolivariana accedió a gobernar, todas estas ideas eran irrealizables, era como hablar con los sordos, como hacer discursos en el desierto. De hecho la revolución bolivariana misma se va abriendo camino y tomando forma, a medida que sus propias circunstancias lo van posibilitando, dando respuestas profundizadoras del proceso de cambio a las resistencias que intentan interferir y coartar su dirección transformadora.

Tal vez todo esto parezca evidente, sin embargo estamos acostumbrados a pensar estáticamente, nos olvidamos que la realidad es interacción, dinámica estructural dialéctica entre la conciencia y el mundo natural, así como con los modelos de organización social histórica heredados, convertidos en hábitos y creencias en el ejercicio económico y cultural.

Por lo cual para convertir en hechos las ideas, las direcciones estratégicas, se necesita ser un hábil político, con una voluntad inquebrantable, con una sensibilidad capaz de reconocer por olfato los modos y momentos oportunos para avanzar y para retirarse. Luego de llegar el gobierno bolivariano comenzaron a florecer, a reproducirse los gobernantes progresistas.
Estas cosas solo suceden cuando los momentos colectivos ya están vibrando en esa frecuencia, entonces solo hace falta un evento particular que los dispare, haciendo que lo que aún latía en la subjetividad de la conciencia colectiva, comience a manifestarse en conductas. También estaba maduro el momento para las iniciativas solidarias de un comercio justo, que apunte a ir disminuyendo las asimetrías entre pueblos y naciones, es decir a ir creciendo juntos, a complementarnos en lugar de competir y despedazarnos.

Sin embargo, fue necesaria la clara conciencia de que solos no podemos ser libres y soberanos, la voluntad política y el atrevimiento para romper con la inercia de la letanía neoliberal, la paciente permanencia reiterativa de las propuestas, y la generosidad para dar los primeros pasos aunque fuesen unilaterales y muy pobres en cuanto a la visión mayor, ideal.

Fue y es aún necesario saber y estar preparado para las inevitables reacciones de los viejos intereses y beneficios, que se opondrán con todas sus armas a la nueva dirección transformadora. Fue necesario intuir que solo la dirección solidaria de complementación se abriría camino en medio de las presentes circunstancias.

Esto implica reconocer que solo se puede abrir camino lo que reconoce y manifiesta como dirección de conductas y hechos, el camino creciente hacia la totalidad orgánica que es la vida. Reconociendo simultáneamente que las diferencias enfrentadas, que pretenden avanzar o crecer cada una por su lado, son solo concepciones inmaduras, respuestas circunstanciales de aprendices de mago, que no pueden sino caminar hacia la frustración de sus intenciones.

Pues cuando llega el momento de la mundialización o universalización, propiciada por las poderosas y revolucionarias tecnologías, se convierten inevitablemente en resistencias, desvíos e imposibilidades de avanzar, exigiendo ser reconocidas y ampliadas, universalizadas. Por lo cual la revolución no puede ser sin un cambio simultáneo de conciencia y cultura.

La cuarta reunión de Petrocaribe que agrupa a 14 países y varios observadores, se dio en el escenario de la inauguración de un grupo de 200 viviendas de petrocasas enviadas desde Venezuela, y construidas en 60 días entre técnicos venezolanos, cubanos y la población de Cienfuegos.

El cierre fue la inauguración de la refinería de Cienfuegos, rehabilitada en 18 meses luego de 20 años de inoperancia. Anunciando su ampliación a 150 mil barriles diarios y la puesta en marcha de una petroquímica, que no solo abastecerá a Cuba de todas sus necesidades, sino que hará posible la exportación para los deprimidos países del Caribe y Centroamérica. Baste pensar que solo el costo de la refinación del petróleo que Venezuela envía a EEUU, supera el producto interno bruto de todos ellos juntos.

Todo esto fue el broche de oro, el ejemplo patente de lo dicho en la reunión de los mandatarios. Tras las palabras que pintaron las enormes posibilidades de la reunión y el comercio justo entre las naciones y los pueblos, los hechos que las ilustran, comprueban y demuestran. ¡Mirad, ved y tocad incrédulos, hombres de poca fe!

Allí estaba ante las miradas de todos, los resultados aceleradores de la colaboración solidaria entre dos pueblos. ¿Qué no sería posible cuando se sumaran y multiplicaran geométricamente los aportes de todos los presentes que ya se benefician de un intercambio justo, que alivia las difíciles circunstancias de sus pueblos?

Por eso digo que solo son rudimentarios ejemplos de lo que es posible cuando se rompen los patrones mentales de creencias imperantes, el arrastre o inercia cultural de una época ya agotada con su inevitable y pesado bagaje de incredulidad y escepticismo. ¿Qué es la miseria y devastación que reina en Centroamérica y el Caribe sino el fruto de una geopolítica?

Cabe decir que estas iniciativas ya están en diferentes momentos de implementación en Bolivia y Nicaragua, los integrantes del Alba, y también por acuerdos bilaterales en distintas medidas con muchos otros países americanos y más allá. Como Irán y Bielorrusia por ejemplo. Tampoco está demás recordar que cada uno de estos pasos implica enfrentar y superar presiones en contra de las nuevas alternativas. Como termina de suceder tras la firma del Banco de Sur en medio de la toma de gobierno de Cristina Fernández, el juicio que se realiza en Miami a cuatro venezolanos, acusados de llevar acabo operaciones de espionaje y financiar la campaña de las elecciones de la gobernante argentina.

Por lo cual cada uno de estos logros, por pequeño que sea en principio, es un verdadero triunfo revolucionario, que nos permite poner en evidencia y superar, las inercias y resistencias que nos mantenían en esa condición. Es un claro ejemplo de la interacción estructural y dialéctica que es necesario reconocer y superar, para dar pasos concretos en una dirección renovadora.
En esta reunión de Petrocaribe se presentó y fue unánimemente aceptada la moción de Honduras para ser incluida, así como la de Guatemala de participar como observador al asumir el nuevo gobierno. También se presentó el deseo de República Dominicana de ser parte del Alba.

A todo este acontecer hemos de sumarle la firma del Banco del Sur, la visita del presidente Lula da Silva a Venezuela con 200 empresarios brasileros y los tratados firmados entre ambos gobiernos, la cumbre del MERCOSUR en Uruguay, la apertura de una salida al mar para Bolivia por parte de Chile y Brasil.

Y el nada despreciable anuncio de las FARC de liberar tres rehenes en desagravio al solidario trabajo del presidente Chávez y la senadora Piedad Córdoba, en plena operación en estos instantes, inaugurando una diplomacia internacional transparente y propia. Todo este cúmulo de logros, ha sucedido en unos pocos días para cerrar auspiciosamente el año 2007.

¡Despertad de vuestras afiebradas pesadillas de impotencia y osad, hombres de poca fe! El futuro es de los audaces y generosos, de los capaces de pasar sobre sus temores y mezquinas ambiciones personales, para pensar y actuar en nombre del beneficio de la gran mayoría.

En esta reunión de mandatarios se propuso que las facturas del 40% de las compras de petróleo, que se han de cancelar en 20 años con un 1% de interés, y comienzan ya a vencerse, significando cientos de millones de dólares anuales, se conviertan en el capital básico para un intercambio o comercio justo entre naciones.

A tal propósito se conformarán reuniones ministeriales que planifiquen e implementen ya a mediano y largo plazo, las posibilidades de tales intercambios que como sabemos dependen de las capacidades y fortalezas de cada nación. Como gracias a los profesionales cubanos hemos podido implementar un sistema médico para la población, Uruguay ha elevado nuestra capacidad de software, y Argentina nos ayuda con maquinaria, ganado y tecnología agrícola.
Dentro del contexto de la revolución energética iniciada por Cuba, que apunta a la máxima eficiencia así como al desarrollo de fuentes alternativas no contaminantes, acorde a las características de cada país, y contando con la propuesta venezolana de provisión segura de petróleo y gas a precios justos, pueden entonces ya vislumbrarse las bases de un modelo liberador de las dependencias coloniales económicas y culturales que aún arrastramos.

El capital financiero para un banco que avale tales actividades de desarrollo, es ya un hecho con las facturas cien y mil millonarias del petróleo recibido. Pero en lugar de convertirse en peso agobiante para los pueblos y gobiernos, operará como un fondo propulsor para su desarrollo liberador. Si esta no es una nueva arquitectura económica no se cual lo será.

Ahora queda en el ejercicio de tal nueva economía, superar la presión de los hábitos y creencias de la conciencia colectiva, que se ha identificado con fronteras nacionales, culturales y religiosas. Pero sobre todo con el afán de crecer imponiendo sus intereses al de sus vecinos, es decir crecer aprovechándose de las debilidades ajenas.

Esta gracia nos ha conducido a interminables guerras entre naciones, pero también guerrillas internas entre dominados y dominadores, así como a la depredación de nuestro hábitat, sembrando profundamente en nuestras conciencias la raíz de toda violencia y haciendo imposible la paz, el bienestar y la felicidad.

Tiempo es ya de reconocer la raíz de todos nuestros males en los limitados modelos heredados, en los hábitos y creencias que se imponen hipnóticamente a nuestra conciencia evidenciándose en conductas.

Tiempo es ya de despertar de esas pesadillas que nos han convertido en peregrinos del tiempo que no conduce a parte alguna, como no sea despertar del sueño del tiempo y sus vestidos para reconocernos hermanos, familia compartiendo un mismo y único hogar.

¿Hay alguien que sea aún tan ingenuo como para creer que con modelos que propicien discriminación, separación y enfrentamientos, podremos construir un mundo de paz y felicidad para unos pocos, cada vez menos, al costo de una creciente humanidad depauperada y sufriente?

Si en medio de las presentes circunstancias de creciente y explosiva violencia que nos toca vivir, aún hay quien cree sinceramente que eso es posible e insiste en esos caminos, no puedo más que decirle que la vida lo golpeará con intensidad creciente hasta que comience a despertar de su sueño temporal, y se sume a las nacientes filas de los ejércitos de la solidaridad continental y mundial.

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