viernes, diciembre 28, 2007

En México los inocentes son creyentes, bondadosos e ilusos

Pedro Echeverría V.

1. En todo el mundo hay inocentes que parecen creer todo lo que les cuentan o dicen. No es malo ser así, tampoco es una virtud; es una forma de ser de alguien que no hace mal (aparentemente) a nadie y, por el contrario, puede ser muy solidario. No sé si el lado opuesto es ser “muy vivo” y muy hábil para moverse en los entretelones de la realidad, para luego aprovecharse de todo. Cada año, los días 28 de diciembre, se recuerda en México que ese día como el de los inocentes, por eso se propaga que “no hay que dar dinero prestado porque sólo te lo devolverán al año siguiente o nunca”; que “no hay que creer en las declaraciones de amor porque es seguro que te estarán mintiendo”; que “cuando te inviten a comer debes darte cuenta en lo que comes, porque puede ser un engaño”, en fin, se hacen muchas bromas o trampas ese día con “juegos” que parecen muy ofensivos que suelen provocar riñas y castigos. Pero el problema de la credulidad de los inocentes suele paralizarlos por vivir siempre esperanzados.

2. Un inocente cree en que el capitalismo puede ser bueno. Sin saber que el capitalismo nació como sistema para intensificar la explotación del trabajo para que un sector minoritario de la población establezca su dominación y acumule grandes riquezas y poder; sin saber que no es por maldad de los hombres, sino que el mismo sistema no puede mantenerse si no somete a su dominio a la población mediante la fuerza y la represión y, al mismo tiempo la convierte en productora de riquezas para la clase dominante, el inocente cree ilusamente que hay que tener fe, que no es necesario luchar y llegar a confrontaciones porque cree que algún día desaparecerá esa injusticia al darse cuenta los explotadores que son injustos. El inocente no entiende ni desea comprender; está convencido que sólo hay que tener esperanzas. Más que dominado por la televisión o la radio, parece totalmente supeditado al pensamiento de la Iglesia

3. Un inocente cree que EEUU es el país de la democracia y la justicia. Sin asumir pensamiento crítico y reflexivo alguno, el inocente acepta las imágenes y las palabras que le dan a leer al locutor de la radio y la televisión. Se convierte en un propagador de lo que escucha sin detenerse a pensar en que puede ser una tergiversación de la realidad. Dado que en EEUU se concentran las principales agencias noticiosas, bien controladas por los empresarios y el gobierno norteamericano en turno, las notas que le llegan a todos los países subordinados buscan convencer a radioescuchas y televidentes que los EEUU son el modelo de democracia y justicia en el mundo. El inocente no sabe que quienes gobiernan sirven directamente a las empresas imperialistas más poderosas del mundo, que la industria armamentista impulsa las guerras por necesidad y que esas guerras le han permitido a los EEUU ser el país más poderoso y mejor armado del mundo.

4. Un inocente cree en los gobiernos y los partidos. Los que ocupan cargos gubernamentales y dirigen los partidos políticos en México no son inocentes, al contrario, son los personajes más “vivos” y hábiles del país. Los inocentes son los que, sin aspirar a un cargo, creen que los de arriba están realmente preocupados por solucionar los problemas de la nación. Piensan que las luchas sociales no sirven porque provocan confrontaciones y que sólo mediante diálogos institucionales se pueden llegar a acuerdos. No sabe el inocente que las confrontaciones sólo aparecen después que los trabajadores se cansan de hacer sus peticiones y pedir diálogo; o porque los trabajadores entraron en “diálogo” con un gobierno o empresario sordo racista que no está dispuesto a escuchar. Y los inocentes siguen creyendo a pesar de que gobiernos y partidos parecen ser los mismos o se comportan como cómplices cuando se pone en peligro el poder.

5. Un inocente cree en la economía del país. La economía mexicana se desplomó durante el sexenio del panista Fox. El crecimiento promedio en su gobierno de fue 2 por ciento, mientras otras economías del mundo crecieron del 6 al 10 por ciento. Calderón, el presidente legítimo que hizo su campaña como “el candidato del empleo”, después de un año de gobierno se ha registrado mucho más desempleo que con Fox. Entretenido en “el combate al narcotráfico”, en la llamada “delincuencia organizada” y en el cuidado de la frontera de los EEUU, Calderón se ha entregado al ejército y lo ha hecho ocupar todo el país. Perece no preocuparle el rápido crecimiento de los precios y que el salario mínimo autorizado siga siendo de 50 pesos al mes (menos de 4 dólares y medio). Lo más grave es que al iniciarse enero artículos agrícolas como el maíz, el frijol, el azúcar, incluso la leche, entrarán a una competencia desleal (por falta de subsidios) para obedecer al TLC.

6. Un inocente cree que los medios de información le dicen la verdad. En México los medios de información son propiedad de poderosos monopolios: Televisa de Azcárraga, TV Azteca de Salinas Pliego y Radio Fórmula de otra familia Azcárraga. Estos tres monopolios de medios de información imponen la ideología a un alto porcentaje de la población y tergiversan de manera abierta las noticias. Durante su existencia, a cambio de “favores” económicos millonarios, esos medios se han subordinado al gobierno en turno. Sólo aparecen o se escuchan opiniones de personas o “intelectuales orgánicos” y se ha prohibido hacer entrevistas a personajes como López Obrador, Marcos, a opositores serios, incluso a exlegisladores como Bartlett, Corral y perredistas que votaron contra sus negocios en espots electorales. Pues los inocentes, incluso sabiendo que los medios son funestos, se atreven a escucharlos y a repetir lo que ellos propagan.

7. Un inocente cree en que el Papa y la Iglesia no tienen intereses particulares. Quizá la mayor parte de los inocentes del mundo pertenezca a alguna religión, en México, a la católica en particular. Convencidos en hacer el bien creen que todos los que tienen poder como el Papa, los Cardenales y demás altas autoridades de la Iglesia, de la misma manera sólo están preocupados en hacer el bien. No saben que el Papa y el alto clero se mueven en los altos círculos de la política mundial donde su juegan los más poderosos intereses económicos. El Papa, por ejemplo, maneja un doble discurso con el objetivo de mantener un gran control sobre la población católica mundial; en tanto cuida estar siempre bien con los presidentes de todas las naciones, en especial con los de EEUU, Gran Bretaña, Francia, Alemania, Italia etcétera. Además la Iglesia es una de las instituciones con más poder económico del mundo. ¿Por qué no consultar los brillantes estudios de los críticos de Teología por la Liberación?

8. Los inocentes deben de dejar de ser muy inocentes. Si bien hay que tener miedo y desconfianza hacia los muy habilidosos y calculadores que se aprovechan de todas las circunstancias para “ganar”, debemos ayudar a los inocentes para que abran bien los ojos y reflexionen sobre esta terrible realidad que nos oprime y aprisiona. Hay que tener esperanzas, pero no se debe vivir permanente con ella a pesar de ver que seguimos siendo víctimas de los grandes poderes. Gobiernos, empresarios, imperio, medios de información, Iglesia, todos hacen trampas, engañan, para conservar su poder y sistema de dominación. Aunque el 28 de diciembre es un solo día al año, todos los años hay muchos inocentes que siguen confiando en el poder o que éste nunca podrá cambiar. Nuestra obligación es demostrarles que las cosas no siempre serán así y que todo depende de los seres libres.

Con todo respeto, no se qué tanto sean bondadosos los inocentes, lo que sí es claro es que son tontos o mal informados, lo cual hace mucho daño y entonces aquello de la bondad queda como tema de polémica. Lo digo porque si una persona que vive en nuestra sociedad sigue creyendo en lo arriba ennumerado quiere decir que es incapaz de darse cuenta de lo que sucede, de aprender de la experiencia, de juicio y de un espíritu de curiosidad por el conocimiento, características de la gente tonta.

Concuerdo con que nuestra obligación sea demostrarles cómo son las cosas en un intento de que su inteligencia evolucione y que a través de ello luchen por cambiarlas.


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