miércoles, abril 23, 2008

La crisis alimentaria y la cumbre de perdedores en Nueva Orleans

Como debemos enfrentar la peor crisis de la historia moderna

por Lyndon LaRouche, Jr.

11 de abril de 2008 (LPAC).— A seguidas, las palabras introductorias de Lyndon LaRouche en una reunión con un grupo de diplomáticos en Washington D.C.

Como la mayoría de ustedes conoce, aspectos al menos, del problema que enfrenta hoy el mundo, nos encontramos ya en la mayor crisis de la historia moderna, globalmente. Algunos gobiernos, por supuesto, están más conscientes que otros de aspectos de esta crisis, porque se enredaron en el lado malo del palo, en algunos de estos problemas.

La situación tiene dos características generales. Primero que todo, el sistema monetario financiero mundial en su conjunto, se encuentra en una crisis hiperinflacionaria, a escala mundial, que es comparable por su dinámica, a lo que sucedió en la Alemania de Weimar en 1923. No se trata de una crisis financiera menor en Estados Unidos. Lo que hay es una crisis mundial.

Ahora, para entender esto de manera más adecuada, haré algunas observaciones un poco más extensas de lo usual, pero que son necesarias con el fin de poner esto en perspectiva, porque ésta es una situación inusual. Yo creo que no hay comparación con lo que he dicho antes, con lo que veo aquí en el mundo actual.

Génesis de la crisis

A lo que nos enfrentamos, en general, es a una crisis que empezó, en esencia, en 1890, cuando el Kaiser Guillermo II despidió a su Canciller, Otto von Bismark. Ahora, la importancia de esto fue doble. Primero que nada, la victoria de Estados Unidos sobre los británicos en la Guerra Civil de EU, había producido en Europa un reconocimiento de la importancia de Estados Unidos para el sistema mundial. Lo más significativo que asustó a los británicos, lo que más los hacía peligrar, fue el desarrollo de una sistema ferroviario continental en Estados Unidos, que el Imperio Británico consideró como una amenaza geopolítica. Porque, hasta ese momento, tanto en la historia moderna como en la antigua, las grandes potencias habían dependido no tanto del poder terrestre sino del poder marítimo. Y el Imperio Británico, que en realidad empezó como imperio como una compañía privada en febrero de 1763, con la Paz de París, estaba dominando el mundo mediante un imperio financiero, con sus rasgos militares agregados. En esencia es un imperio diplomático.

Así que, cuando Estados Unidos desarrolló una unidad continental en torno a la victoria sobre los británicos en la Guerra Civil de EU, y en la unidad de Estados Unidos mediante el desarrollo del sistema ferroviario nacional, que integró el territorio de Estados Unidos, esto evocó — en especial después de 1876— invitaciones e imitaciones del mismo tipo en Europa.

Por ejemplo, en Rusia, el famoso desarrollo del ferrocarril transiberiano y todo el desarrollo de Rusia con los grandes dirigentes de ese tiempo, fue un reflejo de esto. El desarrollo de los ferrocarrilles, las reformas al sistema alemán con Bismark de 1877 a 1880, todo eso era reflejo del impacto del logro de Estados Unidos al derrotar a los británicos, en la instrumentación británica de la Guerra Civil en Estados Unidos.

Entonces, lo que evitó que la guerra estallara antes fue Bismark. Bismark, como dirigente de Alemania, había negociado simultáneamente con Nicolás II de Rusia y con su propio gobierno para evitar que Rusia y Alemania se enfrascaran en disputas debido a la crisis de los Balcanes, con lo cual frustró el plan de os británicos, que tenían control sobre buena parte del gobierno alemán. Así que en el momento en que despidieron a Bismark, por órdenes del príncipe heredero de Gran Bretaña, Eduardo príncipe de Gales, quedó listo el encuentro, y hubo toda una serie de acontecimientos, entre ellos el asesinato del presidente de Francia, el caso Dreyfus, el inicio de la primera guerra británica en contra de China, que se lanzó por intermedio de Japón como aliado de Gran Bretaña en 1895, etcétera. Así que todo el período, de 1890 hasta 1945, fue en esencia un período de conflicto estratégico sobre los llamados asuntos geopolíticos.

La crisis hoy

Hoy, tenemos una situación un tanto similar, que sólo se puede entender si volvemos la vista a ese período, porque lo que estamos viendo, como lo vimos con la llamada Guerra Fría, es la continuación de este proceso de conflicto geopolítico, manejado por los británicos, y en la medida en que declinó la influencia de Franklin Roosevelt con Truman y después, especialmente tras el asesinato de Kennedy, entonces el mundo entero se encaminó de nuevo hacia una nueva crisis. Bien, a partir del crac del dólar estadounidense, pero especialmente, a partir de los acontecimientos de la llamada crisis petrolera de los 1970, en ese momento, primero que todo, en 1971, el sistema del dólar de E.U. fue destruido, destruido con Nixon, al acabar con el sistema de Bretton Woods. Y eso destruyó al dólar de E.U.

En el mismo período, los británicos organizaron el famoso fraude petrolero de principios de los 1970, y de esto salió Amsterdam, las instituciones bancarias liberales angloholandesas, creadas con lo que se llamaron los petrodólares, y el dólar de E.U. dejó de ser una divisa estable en el mundo, y más bien, desde la crisis de los precios petroleros, el control de los precios del petróleo y el control del valor del dólar de E.U. quedaron en manos de aquellos que controlaban el mercado de Armsterdam.

Así que, desde entonces, Estados Unidos ha venido siendo destruido sistemáticamente, autodestruido, destruido por las políticas del gobierno de Nixon, en términos de política exterior y economía, y destruido internamente, físicamente, con el gobierno de Carter, por la camarilla de la Comisión Trilateral. Y nos estamos hundiendo hasta el fondo.

Después hubo un período, a partir de 1989, con el estallido de la crisis polaca, y la desintegración después de la Unión Soviética, que llevó a otro período de gran saqueo, y cambios en el carácter de la política a nivel mundial.

Hemos llegado ahora al punto en donde el gran proceso inflacionario, que es un proceso hiperinflacionario, está estallando. Nada va a salvar al sistema monetario y financiero mundial actual. Nada puede salvarlo. Está condenado; se acabó. Sólo la creación de un nuevo sistema representa una solución.

Al filo de la guerra

También, tenemos un nuevo acontecimiento, que se llama la organización del Tratado de Lisboa, y la organización del Tratado de Lisboa amenaza con ser ahora la mayor amenaza de guerra, probablemente mayor que la de los 1930, pero con seguridad la mayor del siglo pasado. En donde, con una desintegración del sistema financiero y monetario mundial y la creación en torno a la organización del Tratado de Lisboa en Europa hasta las fronteras con Bielorusia y Rusia, estando bajo el control de una nueva dictadura, si se aprueba, el Tratado de Lisboa, bajo el cual ningún gobierno de Europa, desde el Atlántico hasta las fronteras con Bielorusia y Rusia, sería realmente un gobierno. Van a ser títeres del Imperio Británico bajo este nuevo arreglo, la organización del nuevo tratado en europa. Si es que no se le para.

Como resultado de la formación de este desarrollo, junto con el inicio de un estallido hiperinflacionario, que empezó a fines de julio de este año pasado, estamos ahora en una situación de las mayores amenazas de guerras y crisis similares a nivel global en la historia moderna. Con certeza en toda la historia moderna. Estamos en un estado de guerra virtual que los británicos están organizando en contra de China. Hay inestabilidad en Paquistán, a lo que se le está sacando ventaja. Tenemos la tendencia en China, India y Rusia y otros países, a juntarse para buscar alguna forma de resistencia, cooperación y resistencia, en contra de este esfuerzo británico.

Se tiene una presidencia americana que es un títere. El Congreso de E.U. en este momento no sirve para nada, especialmente después de las últimas elecciones, las elecciones congresionales. Un grupo fascista estilo Felix Rohatyn, George Soros, controla al Partido Demócrata, financieramente. Controlan a la presidenta del Congreso. El Congreso de E.U. es impotente, tanto el Senado como la cámara baja. Suceden cosas que hace dos años se considerarían imposibles.

Estamos ahora en un momento de conflicto, ejemplificado por lo que hicieron los británicos, usando su propio agente nazi, el Dalai Lama, quien anteriormente solía ser agente del partido nazi, éste Dalai Lama, quien continúa formando parte de la organización nazi aunque haya pasado el tiempo. Y lo que habían creado los británicos, cuando se desarrolló del Imperio Británico, de crear una zona de conflicto y control entre India y China, mediante la operación en el Tibet y la operación en Uighur, ahora está totalmente activada.

Lo que está sucediendo en África , en donde el genocidio —el ataque a Zimbabue— es simplemente parte de un proceso de genocidio, dirigido también a Sudáfrica, así como también a otras partes del mundo.

Estamos en la peor crisis de la humanidad, en la historia moderna, ahora. Y es una crisis que se enfila hacia la guerra. Y debido a las condiciones de la guerra en los términos modernos actuales, estamos hablando de una guerra del fin del mundo, no de una guerra ordinaria. Lo que tenemos en el sudoeste asiático, es simplemente típico de todo este proceso. La arena bélica organizada por el gobierno de Tony Blair en Iraq, ahora se está usando como una arena de guerra para toda la región.

Así que, estamos en la peor crisis de la historia.

Hay soluciones

Desde mi perspectiva, existen remedios. Existen las soluciones. Pero actualmente en el gobierno de EU es imposible encontrar algo que le haga frente a esto.

La campaña electoral en E.U, es una parte crucial de esto. Probablemente los dos puntos focales de todo el proceso sean la campaña presidencial de los E.U, este año, y lo que está ocurriendo en términos del proceso de organización del Tratado de Lisboa. Si la organización del Tratado de Lisboa se adopta, Europa, desde el Atlántico hasta las fronteras de Bielorusia, ya no será más civilizadas. Simplemente será un régimen fascista, asemejando en su organización, mucho a la organización de Mussolini en Italia. Ésa es la posición en la que nos encontramos.

Existen fuerzas en Europa que están resistiéndose a esto. Existen fuerzas populares que están resistiéndose; ellas son significativas. Hasta el momento, no han sido exitosas. Pero si se adopta este tratado, no habrá gobierno soberano alguno entre el Atlántico y Bielorusia, en toda Europa. Ninguno. Porque no existirá ningún parlamento con poder alguno, ni Presidente con poder alguno. La OTAN quedará integrada a esta organización y será una organismo de guerra, lista para irse a una guerra total por el bluff o el tipo de bluffs que conduce a la guerra.

De manera que hoy enfrentamos la crisis más grande de toda la historia de lo que se llama civilización moderna. Crisis comparable en términos de sus efectos económicos, a lo ocurrido en Europa a mediadios del Siglo 14, la llamada Era de Tinieblas. Y sólo con viveza, y no dejarse embobar para atender asuntos particulares, como si ésos fuesen los problemas, sino viendo los problemas como un todo, el problema global, sólo desde esa perspectiva, puede uno formular políticas, y se puede agrupar naciones en torno a políticas de interés común para resistir la gran amenaza que viene de Londres y de esos intereses hoy día.

http://espanol.larouchepac.com/news/2008/04/17/como-debemos-enfrentar-la-peor-crisis-de-la-historia-moderna.html

Catástrofe mundial de hambruna: ¡A producir comida, no biocombustibles!

por Helga Zepp-LaRouche

Este artículo se tradujo de la versión en ingles publicada por LPAC tomada del original en alemán.

Lo que ocurre ahora era totalmente previsible: hay una explosión de hambre desastrosa y disturbios por comida en 33 naciones de África, Asia e Iberoamérica. Sin duda, el mundo se encuentra al borde de un tsunami de hambre, consecuencia directa del intento de los bancos centrales por posponer el derrumbe del sin esperanza sistema financiero en bancarrota, con inyecciones de más y más liquidez, lo mismo que de ess especuladores que se lanzaron por su cuenta al sector alimentarios a la destrucción inhumana de alimentos para producir biocombustibles.

El Banco Mundial publicó ya cifras que indican que el precio del trigo, hasta febrerero pasado, subió 181% en los últimos 36 meses (!), y que en general el precio de los alimentos ha subido 83% (¡) en el mismo período. Si habremos de detener los disturbios mundiales, una catástrofe de hambre que amenaza la vida de miles de millones y la caída en una Era de Tinieblas, entonces debe ponerse fin de inmediato a la destrucción criminal de los alimentos por biocombustibles y ponerse en marcha un programa crac a nivel mundial que duplique la producción de comida.

Para que no queden dudas: los disturbios y protestas por hambre han ocurrido en Liberia, Nigeria, Senegal, la Costa de Ivory, Egipto, Camerún, Burkina Faso, Mauritania, Kenia, Mozambique, Uzbekistán, Yemen, Jordania, Bolivia, Indonesia, Haití, Guatemala, Nicaragua, Honduras, El Salvador y se avizoran en otras naciones. Para muchoso países y las aproximadamente 2 mil millones de personas que han estado sufriendo de la malnutriciáon por décadas, la actual explosión hiperinflacionaria de los precios es un asunto de vida o muerte.

Si bien debe haber estado claro para cualquiera, al menos para el inicio de la fase final del derrumbe sistémico del sistema financiero global en junio del 2007, que muy pronto, esta crisis catastrófica de hambre golpearía a los pobres del mundo, y en especial, por supuesto, a los países en desarrollo, de repente todos los disturbios de la comida y la inflación se han convertido en el tema de incontables conferencias, declaraciones e información periodística. Mas en vez de identificar el problema real, especialmente la prensa financiera -desde el Economist de Londres y el Financial Times, hasta el Wall Street Journal-han salido con sus viejos argumentos maltusianos de que mucha gente quiere comer mejor alimentos que nunca. Al mismo tiempo, ellos atacan a países como India o China que están tratando de proteger el abasto de alimentos para sus propias poblaciones a través de la restricción de las exportaciones e insistiendo en el libre comercio.

En realidad, la crisis es una declaración de la bancarrota de la globalización que durante décadas, bajo el lema de "compra barato, vende caro", ha insistido en que los países con salarios bajos exporten sus alimentos, aunque sus mismas poblaciones queden sin el abasto suficiente. Pero es principalmente la utilización del maíz, granos, soya y otros productos agrícolas para la manufactura de biocombustibles -es decir, la transformación de un producto con mucho valor, en uno de menor grado-el que ha tenido un papel grande en la explosión de precios. Uno no tiene que concordar con Fidel Castro en todos los temas, para aceptar su pronóstico de que el intento de cubrir una gran parte del hueco energético con biocombustibles costaría en potencia la vida de 3 mil millones de personas.

Tanto más escandaloso es el hecho de que pese a la manifiesta debacle del etanol, que ha dejado claro que la mayoría de los carros, el ambiente y la agricultura no pueden con los biocombustibles (se talarían los bosques tropicales, se secarían los pantanos y el precio de la alimentación de los animales se sigue aumentando), el ministro alemán del Ambiente Signar Gabriel insiste ahora por pura testarudez ideológica que en 2009, como se planea, la parte del combustible de diesel biológico habra de aumentar del 5% al 7%. Y si el presidente checo Vaclav Klaus considera las consecuencias de ello respecto a la catástrofe mundial del hambre, seguramente lo reconocerá como uno de los peligros más grandes.

Todo lo contrario fue el tenor de la discusión de la cumbre entre India y la Unión Africana (UA), que acaba de tener lugar en Nueva Deli. Toda una serie de oradores responsabilizaron del cambio de alimentos a biocombustibles por una parte muy grande de la explosión en el precio de los alimentos. Se indicó que solo en los Estados Unidos, desde 2006, 8 millones de hectáreas que anteriormente se sembraban con maíz, cereales y soya, para alimentos y forrajes se cambiaron a la producción de biocombustibles.. En el 2008, 18% de la producción de cereales en los Estados Unidos se supone será desperdiciada en biocombustibles, con proporciones similares en Brasil, Argentina, Canadá y Europa Oriental; ¡mientras cientos de millones de personas se ven amenazadas con la muerte por inanición!

La cumbre India-UA mostró también la necesidad hoy de un enfoque diferente. El director general de la Organización para el Desarrollo Industrial de las Naciones Unidas (ODINU), Kandeh K. Yumkella, puso de relieve que la cooperación entre India y África en la agricultura podría alimentar al mundo. India tendría la capacidad tecnológica y África la tierra y la fuerza de trabajo. Yumkella hizo referencia a la Revolución Verde en India de los 1970 y 1980, misma que demostró que la tecnología puede elevar la productividad y aumentar de manera impresionante la cosecha de cereales de la manera más rápida posible. Pero también pueden lograrse mejoras similares en la manufactura y transporte de los alimentos. El primer ministro hindú Manmohan Singh prometió ayuda a África para resolver la catástrofe del abasto de alimentos. Sin duda, la UA comparó esta cumbre con la cumbre de la Unión Europea y la Unión Africana en Lisboa a finales del año pasado, en la que la canciller alemana Ángela Merkel no sólo se eirigió sola como vocera del primer ministro británico Gordon Brown y su política para recolonizar África, sino que allí no se produjo ninguna ayuda real para África.

Si bien la Unión Europea prometió aumentar su ayuda a África hasta los 2 mil millones de euros, esto son sólo migajas cuando se considera la magnitud del desastre y que cientos de miles de millones se dilapidan en el supuesto rescate de los bancos. Y en lugar de alarmarse ante los compromisos de China, Rusia e India en África para construir infraestructura, las naciones europeas debieran seguir el ejemplo de dichos países y contribuir para que se eliminen las causas de las vulnerabilidades del continente africano; a saber, la muy amplia carencia de infraestructura. La actualmente explosiva catastrofe mundial de hambre es la declaración de bancarrota de la globalización, que simplemente subraya que el sistema librecambista ya está algunos órdenes de magnitud más en bancarrota que el sistema comunista lo estuviera entre 1989 y 1991. Y debieran recordarse las palabras del Papa Juan Pablo II, quien comentara al derrumbe del Comecon, que uno no debiera concluir del derrumbe del sistema comunista que el de la economía librecambista era más moral. Esto devendría obvio si uno considerara la situación de los países en desarrollo.

Que hacer

No existe razón alguna para no aplicar de inmediato un paquete de medidas y vencer la catástrofe mundial de hambre lo antes posible. El objetivo debe ser vencer el hambre mundial y la malnutrición de aproximadamente una tercera parte de la humanidad ya existente antes de la crisis actual. Por tanto, se necesita:

— Duplicar la producción mundial de alimento a la brevedad posible.

— El cese inmediato del mal uso de los alimentos para hacer biocombustibles.

— La construcción inmediata de infraestructura en África, Asia e Iberoamérica.

— Apoyo total al procesamiento de alimentos, incluida la irradiación de los mismos.

— La utilización inmediata de la superficie fértil sin usar.

— La construcción inmediata de reactores de alta temperatura inherentemente seguros para la desalación de grandes cantidades de agua de mar para la irrigación.

— El despliegue de cuerpos de ingenieros, agricultores y empresarios medianos bajo la estipulación de un acuerdo de gobiernos soberanos e iguales.

Dado que la catástrofe global de hambre sólo es la consecuencia del derrumbe de derrumbe del sistema financiero mundial, debe ponerse de inmediato sobre la mesa el asunto de una nueva arquitectura financiera, un nuevo Bretton Woods.

Dado que toda persona de razón sabe que sería fácl resolver el problema, a condición que se pueda movilizar la voluntad política, aquéllos en posiciones de responsabilidad se les medirá con esta vara. El mundo cuenta con toda la capacidad tecnológica e industrial para poner en efecto en muy poco tiempo un Plan Marshall global, un Nuevo Trato global.

¿Cuáles son los obstáculos?

La oligarquía financiera internacional, que en estos momentos está por ampliar el Imperio Británico a uno mundial, con un Estados Unidos debilitado como satrapía al otro lado del Atlántico, y una dictadura de la Unión Europea que amenaza con robarle a las naciones de la Europa continental toda soberanía; está totalmente deterimnado a sumir al mundo en una nueva Era de Tinieblas antes que aceptar una reorganización racional del sistema financiero mundial y un orden financiero mundial.

No pocos de ellos ven, por el contrario, en los Cuatro Jinetes del Apocalipsis, un instrumento efectivo para eliminar lo que consideran la actual sobrepoblación. Existen innumerables declaraciones del príncipe Felipe en las que ha externado su deseo de resolver el problema de esta supuesta sobrepoblación incluyendo, por ejemplo, que a él le gustaría reencarnarse como un "virus especialmente mortal".

En ese sentido, Felipe escribió en 1988, en el capítulo titulado "El factor poblacional" del libro Down to Earth (De regreso a la tierra): "Lo que se ha descrito como el 'equilibrio de la naturaleza' es simplemente su sistema de autolimitación. La fertilidad y crianza exitosa genera los excedentes tras el reemplazo de las pérdidas. La depredación, cambios de clima, enfermedades, inanición —y en el caso de los impropiamente llamados Homo Sapiens, guerras y terrorismo— son los medios principales por los cuales los números de la población se mantienen bajo alguna especie de control".

Y en una entrevista publicada el 21 de diciembre en la revista People Felipe dijo: "El crecimiento de la población humana es probable sea la única más seria amenaza a la sobrevivencia. Nos dirigimos a un gran desastre si no se le frena; no solamente para el mundo natural sino para el mundo humano. Entre haya más gente, mayores los recursos que consumen, mayor la contaminación que se genera; mayor la pelea que tendrán. No tenemos alternativa. Si no se le controla de manera voluntaria, será de manera involuntaria a través del incremento de las enfermedades, la hambruna y la guerra".

La cada vez más grave catástrofe mundial del hambre es la prueba para todos los gobiernos del mundo. Es el mejor momento para tirar por la borda los axiomas políticos responsables por la crisis existencial de la humanidad que se avizora. Y éstos son, sobre todo, el neoliberalismo, maltusianismo, el ecologismo, el imperialismo y el colonialismo.

Lo que se necesita en cambio es un mundo de Estados nacionales soberanos que trabajen juntos en los objetivos comunes de la humanidad sobre la base del principio de la Paz de Westfalia, es decir, por el intéres del prójimo. La precondición absoluta para esto es el sistema del Nuevo Bretton Woods propuesto hace tiempo por Lyndon LaRouche. ¿Tenemos nosotros en Europa la fortaleza moral para tomar la decisión en favor de esta perspectiva?

http://espanol.larouchepac.com/news/2008/04/17/cat-strofe-mundial-de-hambruna-producir-comida-no-biocombust.html

PARA ENTENER LA NOTICIA

Por Benjamín Castro

Destruir si, ganar no

NUEVA ORLEANS: CUMBRE DE PERDEDORES

Patético, simplemente patético: el que los tres gobernantes de los países signatarios del TLCAN (Tratado de Libre Comercio de América del Norte) se reúna, a estas alturas; a tratar de defender ese acuerdo, precisamente cuando esta destruida la economía de sus países y provocando la escasez de alimentos, la migración masiva, el desempleo etc. Bush, Calderón y Harper seguramente argumentaran que el "NAFTA ha beneficiado a sus países debido a que incremento las exportaciones y el comercio entre ellos. Darán cifras sobre el aumento en dólares de este intercambio que antes del TLCAN no existía en esa magnitud. Sin embargo, el hecho incuestionable y paradójico que es que ese aumento del comercio solo se hizo en base a la destrucción de sus economías. Esta el caso evidente de la relación entre México y los Estados Unidos bajo el TLCAN: Aumentaron las exportaciones y por lo tanto las empresas exportadoras aumentaron sus ventas. Pese a eso, el resto de la economía mexicano no solo se colapso sino que desapareció en gran medida. Igual desde los Estados Unidos. Ellos exportaron mucho a México y trajeron maquiladoras a instalarse en nuestro país pero a costa del cierre de empresas, perdida de empleos y aumento de la pobreza de los norteamericanos.

Todo esto ha ocurrido en las últimas dos décadas, desde que se inauguró el TLCAN. Como resultado de esas dos décadas de deterioro hoy enfrentamos problemas mayores, problemas que podríamos definir como catastróficos. En primer lugar, la caída de la economía norteamericana arrojará a millones de mexicanos que se fueron a ese país en busca de trabajo en las últimas dos décadas. Todos estos mexicanos y centroamericanos serán arrojados hacia sus países de origen por la caída de la economía, la perdida de los empleos y las medidas antiemigrantes. Al mismo tiempo, la liberalización del comercio y de la agricultura ha provocado un colapso acumulado de la producción de granos y de alimentos en general especialmente en México. Ahora producimos la mitad de lo que producíamos como país en los años 80s y todos esos alimentos tienen ahora precios exorbitantes producto de la especulación financiera basada en estos alimentos.

Bush, Calderón y Harper mantendrán el libre comercio. Seguirán haciendo grandes negocios para sus familias y amigos pero están destruyendo la economía física de sus naciones. Por eso mismo no pueden ganar. Podrán enriquecerse mas en el corto plazo pero no pueden evitar la destrucción de sus naciones producto del liberalismo económico y, tarde o temprano, tendrán que pagarlo.

El autor es miembro del Movimiento internacional del economista Lyndon H. LaRouche.

benjamincastro_1@hotmail.com

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