domingo, junio 15, 2008

Incongruencias criminales

Gerardo Fernández Casanova

Que el fraude electoral jamás se olvide

El debate relativo a las iniciativas de reforma a la legislación petrolera que se lleva a cabo en el Senado de la República, está entregando resultados de gran valor y utilidad, tanto para mostrar la inconveniencia de las reformas propuestas como para exhibir el conjunto de medidas desmanteladoras de la empresa pública, traicioneramente aplicadas por los gobiernos de la modernidad y el neoliberalismo. Tengo muy claro que, en gran medida, las decisiones tomadas con relación a la actividad petrolera y energética fueron dictadas por la intervención del FMI y del BM; lo que me queda muy oscuro es cómo hubo mexicanos que, sin chistar y hasta con gusto, las acataron a pies juntillas. Voy a referir algunos casos que se mencionaron el pasado martes en el Senado, relativos al tema de la refinación.
1.- La prioridad otorgada a la exportación de crudo, además de los negativos efectos que tuvo en materia de explotación irracional de los pozos, condujo a que el crudo ligero se destinara a su venta al exterior para dejar el pesado para la refinación local, lo que obligó a la llamada “reconfiguración” de las refinerías, originalmente diseñadas para operar con el crudo ligero. Para mejor entendernos, con el petróleo sucede lo mismo que con las naranjas y los tomates, lo bueno se vende al exterior dejando la ganga para el consumo de los mexicanos. Pero el caso no es cosa de buen o mal gusto, sino de una verdadera distorsión en la economía de PEMEX, por el mucho mayor costo de la refinación del crudo pesado y su consiguiente baja rentabilidad relativa lo que, a su vez, ha determinado el congelamiento de la oferta doméstica y el aumento en las importaciones de gasolina. Se cerró la refinería de Atzcapotzalco, por dizque razones ambientales, sin que se hubiese construido otra que la remplazara. No se trata de simples errores de política o de estrategia; se trata de traición a los intereses nacionales en beneficio de la seguridad energética gringa.
2.- En estricto apego a las órdenes de los organismos financieros internacionales, los proyectos de reconfiguración de las refinerías existentes fueron licitados internacionalmente, bajo el esquema de “paquetes llave en mano” con el financiamiento incluido (PIDIREGAS) lo que, irremisiblemente, dejó fuera de competencia a las empresas nacionales de ingeniería y construcción, dándose el caso de las refinerías de Cadereyta y de Ciudad Madero, reconfiguradas por empresas coreanas, las que importaron de su país hasta el último tornillo y hasta el más humilde trabajador, sin dejar beneficio alguno en México. Esto contrasta con lo que ocurría hasta 1982 en materia de construcción de refinerías, las que fueron conducidas por PEMEX con personal propio, con aplicación tecnológica del Instituto Mexicano del Petróleo, con contratistas mexicanos de ingeniería y construcción y con alta preferencia a la compra de materiales y equipos de fabricación nacional. La empresa era un verdadero tractor que empujó la industrialización del país. Entonces prevalecía el patriotismo extra septembrino y extra futbolero. Verdadero nacionalismo, pues.
3.- Una incongruencia mayor es la que se registra en la relación entre PEMEX y la Comisión Federal de Electricidad (CFE), pareciera que se tratara de empresas con intereses contradictorios. La verdad es que sus políticas y estrategias obedecen al mismo designio desmantelador y apátrida. Como resultado de la refinación de crudos pesados se genera un alto porcentaje de combustóleo, el cual está exportándose a un bajísimo precio; mientras que la CFE adopta la tecnología de ciclo combinado para sus plantas termoeléctricas, con base en la utilización de gas natural importado, pudiendo emplear el combustóleo sin perjuicio de la ecología. Es el caso del famoso negocio concertado con la española Repsol, que adquiere gas barato en Perú y lo vende caro a México, mediante un contrato de más de 15 mil millones de dólares, para lo cual se instala una planta regasificadora en Manzanillo para surtir a las termoeléctricas de la costa del Pacífico, todavía atendidas por la producción de la refinería de Salina Cruz. Pero parece que PEMEX es el feo de la película, pues no se le permite generar su propia energía eléctrica, contando con condiciones excelentes para hacerlo.

En la sesión del debate en que se trataron estos asuntos nadie los desmintió, puede decirse que hubo consenso entre los participantes. La diferencia entre los defensores del petróleo nacionalizado y los apoyadores del fraude a la Nación, estribó en que los primeros aseguran que los mexicanos tenemos capacidad para retomar el destino por nuestra propia cuenta, en tanto que los aperturistas consideran que esto no será posible en el corto plazo. ¡Hasta dónde ha llegado el complejo de inferioridad de los mexican boys! Haber estudiado en el extranjero, con becas pagadas por los mexicanos, para que vengan a decir que no podemos es el colmo de la traición. Supuestamente se les envió a estudiar para que regresaran a enriquecer nuestras capacidades, no para darse por derrotados ante una supuesta modernidad.
Es notoria la diferencia, incluso de imagen, entre el viejo personal de PEMEX y los nuevos funcionarios muy acicalados y bonitos. Personajes del tamaño de los hermanos Lara Sosa, de Francisco Inguanzo, de César Bautista, por sólo citar ejemplos entre muchos, tuvieron la herencia de quienes hicieron la expropiación y triunfaron; su escuela todavía está viva aunque desperdiciada por quienes tienen como designio la entrega de los recursos naturales. El tema atañe a la técnica, pero su fortaleza está en el patriotismo.
Y mientras esto sucede, la consulta popular marcha. El 27 de julio un sector importante de la población se manifestará por la defensa del carácter exclusivo del estado en la actividad petrolera. Andrés Manuel continúa su gira de conformación de las brigadas de defensa del petróleo en todo el país. La Patria no se vende, se defiende.

Correo electrónico: gerdez999@yahoo.com.mx.

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