miércoles, agosto 06, 2008

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Sumario:

I.
Riesgos de recesión larga, por Rogelio Ramírez de la O

II. Secuestros e inseguridad pública, por Laura Itzel Castillo

III. Al primer semestre de 2008, las devoluciones de impuestos a las grandes empresas fueron de 93 mil 615 millones de pesos; en cambio, la canasta básica aumentó 11%; la pérdida en el poder adquisitivo es ya de 39%, por Mario Di Costanzo

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RIESGOS DE RECESIÓN LARGA

por Rogelio Ramírez de la O

(publicado en El Universal el 6 de agosto de 2008)

Hoy es claro que hay inflación en el mundo; por ello los bancos centrales de los países emergentes aumentan el interés, pues tienen una meta de inflación que ya fue rebasada. En contraste, la Reserva Federal estadounidense y el Banco Central Europeo (BCE) no pueden aumentar el interés tan libremente. La diferencia es que las acciones de estos bancos tienen efectos profundos en el sistema financiero mundial.

Y el sistema financiero está apenas entrando a una nueva etapa de problemas. Una muestra: Merril Lynch tuvo que obtener capital fresco vendiendo 31 mil millones de dólares de valores respaldados por hipotecas (valores de los que fue el principal creador) a sólo 22 centavos de su valor original.

El dilema para la Reserva Federal es claro. Si atiende a su mandato de controlar la inflación, aumentaría el interés. Pero si lo hace causaría aún mayores pérdidas al sistema financiero, el cierre de muchos bancos pequeños (que ya está comenzando a ocurrir) y mayor escasez de crédito. Para una economía que ya muestra debilidad, un mayor apretón de crédito podría ser letal.

Por otra parte, si intenta evitar una recesión, debe seguir inyectando liquidez para que los grandes bancos tengan crédito, aceptando a cambio carteras hipotecarias y de otros préstamos de dudoso valor. Además, el gobierno tendrá que aumentar sus apoyos a la economía familiar, por encima de los reembolsos de impuestos a los contribuyentes que ya hace, por 168 mil millones de dólares, y del paquete de apoyo a hipotecas ya aprobado de 300 mil millones.

Estas acciones hasta ahora sugieren que las autoridades estadounidenses seguirán corriendo riesgos con la inflación para evitar la recesión. Lo hacen confiadas en que la debilidad de la economía y las pérdidas de riqueza debiliten la demanda y eventualmente reduzcan los precios del petróleo y otras materias primas, contribuyendo a una menor inflación.

Pero nada garantiza que la inflación una vez desatada no cause estragos mayores, como provocar un rechazo al dólar por los inversionistas de otros países, orillando al gobierno estadounidense a intervenir cada vez más en los mercados. Hoy el secretario del Tesoro, Hank Paulson, está dispuesto a intervenir abiertamente, después del rescate de Bear Stearns que encabezó. Ha solicitado al Congreso permiso por 18 meses para dar crédito ilimitado a las dos entidades proveedoras de hipotecas y garantías hipotecarias o para invertir en ellas.

Esto hace que el escenario de recesión y riesgo inflacionario de hoy sea muy distinto y más peligroso que las dos recesiones anteriores, en 1990 y 2001. Para empezar, la coexistencia de altos aumentos de precios con una demanda débil sólo se había visto en un breve periodo durante la Gran Depresión de 1929-1939 y en la estanflación de 1974-75. En ambos casos la recuperación económica tomó mucho tiempo. México, en particular, sufrió tanto en los años 30, cuando la economía se desplomó, como en 1974-75, cuando la inflación se disparó. Ambos casos son extremos, vista la situación actual como menos apremiante al día de hoy.

Pero otros resultados económicos y otras decisiones de las autoridades están aún por ocurrir y el margen para el error humano es enorme. La Reserva Federal tratará de evitar los extremos, pero su margen de maniobra es cada vez más limitado. Como ejemplo, después de una burbuja de bienes raíces, Japón cayó en una recesión de más de 10 años, apenas en los 90.

El destino económico de México seguirá indisolublemente ligado al de Estados Unidos. Aun si EU escapa de la inflación y la recesión, su recuperación será lenta y el crecimiento de México muy limitado. Si en ese escenario el gobierno cuidara lo cualitativo, por ejemplo, la seguridad, la austeridad en su gasto, la calidad de la educación y la honestidad, avanzaría mucho. Si ni siquiera logra progreso tangible en estos campos, va a causar que los efectos de la falta de crecimiento se magnifiquen peligrosamente. Los resultados los veremos pronto.

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SECUESTROS E INSEGURIDAD PÚBLICA

por Laura Itzel Castillo, secretaria de Asentamientos Humanos y Vivienda del gobierno legítimo de México
(publicado en El Gráfico el 6 de agosto de 2008)

Bien dijo Emilio Álvarez Icaza, presidente de la Comisión de Derechos Humanos del DF: a quien pierde a la pareja se le llama viuda(o). A quien pierde a los progenitores se le dice huérfana(o). Pero no existen palabras para nombrar a quien ha perdido una hija(o).

El dolor de los padres de las víctimas del News Divine es el mismo del empresario Alejandro Martí, cuyo hijo Fernando, de 14 años, fue asesinado por sus secuestradores, no obstante que la familia había entregado ya el dinero del rescate.

En ambos casos observamos policías culpables. En el primero, los presuntos agentes del orden (preventivos) provocaron la tragedia al actuar con negligencia criminal. En el segundo, efectivos judiciales se convirtieron en secuestradores y asesinos.

A partir del News Divine el gobierno del Distrito Federal ofreció reestructurar a fondo las corporaciones de seguridad y replantear por completo su política en materia de seguridad pública. Ahora, con esta nueva tragedia, actuó rápido y detuvo a varios policías presuntamente implicados en el rapto y asesinato del menor. Todos ellos, se dice, formarían parte de la banda de La Flor, conocida así porque deja un crisantemo amarillo al lado de los cadáveres de sus víctimas.

El GDF anunció la suspensión de retenes policiacos en la ciudad, excepto el alcoholímetro, porque fue precisamente en un falso retén en el que el joven Fernando, su chofer Jorge Palma Lemus, de 61 años, y el guardaespaldas Cristian Salmones Flores, de 25 años, fueron plagiados. Hoy los tres están muertos.

La supresión de retenes es correcta porque la disyuntiva del ciudadano es difícil: si se para pueden ser secuestradores, pero si sigue adelante corre el riesgo de ser baleado y perder la vida, como ya ha ocurrido en otras partes del país, con soldados y policías federales, que tienen la orden de disparar.

El problema de la inseguridad pública es nacional, pero a nivel federal las respuestas son las mismas, una y otra vez. Por eso llama la atención la propuesta del DF. El eje rector del cambio sería una red ciudadana de 80 mil personas, que podría llagar a 300 mil, para verificar la tarea de las corporaciones policiales.

Este concepto rompe por completo con el origen de los cuerpos de seguridad en México: la protección de los poderosos, en detrimento del ciudadano. Antes, las diversas policías actuaban en función de los intereses de los gobernantes; hoy, en su mayoría, están al servicio del crimen organizado. Aterrador, ¿no?

Sin embargo, el problema de la inseguridad pública no se circunscribe a las policías. La razón de fondo se localiza en las erradas políticas económicas implementadas en el país desde hace 26 años. Esto ha derivado no en un Estado ineficaz, como plantean algunos analistas, sino en un Estado fallido. Tal es la magnitud de la bronca.

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AL PRIMER SEMESTRE DE 2008, LAS DEVOLUCIONES DE IMPUESTOS A LAS GRANDES EMPRESAS FUERON DE 93 MIL 615 MILLONES DE PESOS; EN CAMBIO, LA CANASTA BÁSICA AUMENTÓ 11%; LA PÉRDIDA EN EL PODER ADQUISITIVO ES YA DE 39%

por Mario di Costanzo, secretario de la Hacienda Pública del gobierno legítimo de México

De acuerdo con datos publicados en el último Informe Trimestral de las Finanzas Públicas, se observa que los ingresos totales del Sector Público fueron de 1 billón 363 mil 66.2 millones de pesos, cifra que representa ingresos adicionales a lo programado originalmente por 47 mil 192 millones de pesos.

Este comportamiento se explica fundamentalmente por los diferentes derechos que paga PEMEX, derivados de su actividad petrolera, los cuales ascendieron a 491 mil 790.2 millones de pesos, y que representaron 36% de los ingresos totales del Sector Público.

Cabe señalar que los derechos que paga Pemex fueron superiores en 204 mil 615 millones de pesos a los previstos originalmente en la Ley de Ingresos para 2008.

De esta manera, si consideramos los impuestos y derechos que Pemex paga al fisco y le añadimos los ingresos propios de esta paraestatal, que ascendieron a 80 mil 808 millones de pesos, se puede concluir que durante el primer semestre del año, 42% de los ingresos del Sector Público fueron generados por Petróleos Mexicanos.

En contrapartida, el Impuesto Sobre la Renta (ISR) y el Impuesto Empresarial a Tasa Única (IETU), registraron un avance inferior a lo programado, ya que en conjunto se ubicaron 17 mil millones de pesos por debajo de lo programado en la Ley de Ingresos.

No obstante la menor recaudación del ISR y del IETU, se observa que las devoluciones de impuestos que se realizan principalmente a las grandes empresas ascendieron a 93 mil 613.5 millones de pesos, de los cuales 9 mil 604 millones de pesos fueron devoluciones por concepto del ISR y 81 mil 528.3 millones de pesos, por concepto del Impuesto al Valor Agregado (IVA).

De esta manera, es pertinente señalar que la devolución de impuestos efectuada principalmente a las grandes empresas por concepto del IVA fue equivalente a la totalidad de los ingresos propios de Pemex durante el primer semestre del año.

Por su parte, las devoluciones de impuestos por concepto del ISR durante el primer semestre del año, fueron equivalentes a lo que se erogará en el Programa para la Atención a los Adultos Mayores de 70 años, en las Zonas Rurales, que coordina Sedesol y que contó con una asignación total de 9 mil 916.4 millones de pesos.

Finalmente, es conveniente señalar que los créditos fiscales irrecuperables, mismos que son los impuestos que dejan de ingresar a las arcas nacionales, por haber perdido juicios el Sistema de Administración Tributaria (SAT), registraron un incremento de 10 mil 849 millones de pesos, para ubicarse en 142 mil 248 millones de pesos, cifra que representa el presupuesto ejercido en el primer semestre, por las secretarías de Educación Pública (83,060 mdp), Salud (23,100 mdp), Desarrollo Social (22,639 mdp) y Seguridad Pública (6,672 mdp) en conjunto. Una asignación total de 9 mil 916.4 millones de pesos.

Al mismo tiempo que mediante estas devoluciones millones de pesos fluyen hacia los grandes empresarios, la situación de la mauyoría de la población se agrava.

De acuerdo con datos obtenidos por la Secretaría de la Hacienda Pública del Gobierno Legitimo de México, se observa que durante los primeros 7 meses del presente año, el precio de 42 productos que componen la canasta básica registró un incremento de 11%, con lo que el poder adquisitivo del salario mínimo durante la presente administración ha registrado una pérdida acumulada que asciende a 39% y que se acentuará durante los próximos meses, debido al incremento en los precios de prácticamente la totalidad de los energéticos, afectando con ello aún más el nivel de vida de toda la población.

De acuerdo con información publicada por la Procuraduría Federal del Consumidor, se observa que, en diciembre de 2006, el costo de una canasta básica de 42 productos se ubicó en 818.44 pesos, lo que significa que una persona que percibiera el salario mínimo tenía que destinar 134.81 horas de trabajo, es decir 16.8 días de trabajo (en jornadas de 8 horas), para adquirir estos productos, mientras que para el mes de julio del presente año, la misma persona tiene que destinar 187.7 horas de trabajo, es decir 23.4 días de trabajo (en jornadas de 8 horas) para adquirir la misma canasta para su sustento.

Más aún, tan sólo en lo que va de este año, el costo de la canasta referida pasó de 1,104.63 pesos en enero de este año, a 1,230.83 pesos al último día de julio, esto es, un incremento del 11.4 %, es decir que mientras que en enero del presente año una persona que percibe un salario mínimo tenía que destinar 168.13 horas de trabajo para adquirirla, para julio tenía que dedicarle 187.7 horas, lo que muestra claramente la pérdida de 11.4% en su poder adquisitivo, solamente durante los primeros 7 meses del presente año.

Así, por ejemplo, entre enero y julio del presente año, productos absolutamente básicos como el frijol han registrado incrementos de 17.65%, al pasar el costo de un kilogramo de 17 pesos en enero a 20 pesos en julio, o bien la bolsa de 500 grs de lenteja que pasó de 8 pesos a 9.10 pesos, o el arroz que se incrementó en 63.79% al pasar de 10.99 a 18.0 pesos el costo por kilogramo.

Lo mismo ha sucedido con el pan de caja Bimbo, que pasó de 21.10 a 22.50, es decir un incremento de 6.6%, o el pollo entero que pasó de 25.30 a 30.0, lo que implicó un incremento de 18.58%.

En esta misma situación se encuentra el huevo, que pasó de 15.99 a 17.90 la caja con 12 huevos, lo que significa un incremento de 11.9%, o el aceite de cocina que registró un incremento de 50.9% al pasar el costo de un litro en enero de este año de 25.50 a 38.50 al mes de julio.

Cabe destacar que durante los últimos 19 meses el costo de estos productos básicos han registrado incrementos históricos: un kilogramo de frijol costaba 9.60 pesos en diciembre de 2006, y al mes de julio del 2008 su costo es de 20 pesos, es decir 108% más, o bien el huevo que pasó de 9.96 pesos la caja con 12 piezas a 17.90, lo que implica un incremento de 79.7%.

Llaman la atención casos como la lenteja, cuyo incremento ha sido de 127% al pasar el costo de la bolsa de 500 grs de 4 pesos en enero del 2006 a 9.10 pesos en julio de 2008.

Por su parte, el pan de caja Bimbo pasó de 13.20 pesos la bolsa de 680 grs a 22.50 pesos, lo que implica un incremento de 70.45%

Cabe señalar que el repunte en el crecimiento de los precios y en especial en el caso de los alimentos, afectan mucho más a las personas de bajos ingresos, ya que de acuerdo con la última encuesta de ingreso-gasto, llevada a cabo por el INEGI, los mexicanos destinan en promedio 30% de su ingreso para adquirir alimentos, 18% de éste para transporte, 15% para educación, entre otros.

Finalmente, los datos muestran el nulo impacto que tuvo el “supuesto congelamiento de precios” anunciado por las autoridades el pasado 17 de junio del presente año, ya que, de acuerdo con lo reportado por la Profeco, durante esa semana el costo de la canasta básica referida se ubicó en 1,183.76 pesos y casi un mes y medio después, es decir al 30 de julio, su costo ascendió a 1,230.83 pesos, lo que ha significado un incremento de casi 4% a partir del anuncio del congelamiento de precios en artículos básicos.

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