sábado, agosto 23, 2008

• La carencia del método
• Duda existencial

Quien piensa poco, mi estimado, se equivoca mucho. El divertido letargo intencional de este régimen de civiles de chisguete parece mostrar síntomas claros de estupidez crónica. Hoy que la República se reúne para (satisfacer un disfuncional morbo social de una llamativa foto) afinar la solidez de un acuerdo para la seguridad que claramente está establecido por ley en varias instituciones, el sonriente respetable se pregunta con excelsa ingenuidad si estos imb…erbes en el poder (del no poder) tienen, a estas alturas del partido, el análisis claro del complejo diagnóstico general alrededor de un problema como los es la organizada delincuencia.
Porque los meollos y nudos marinos del simpático asunto, my friend, oscilan en los niveles de los conceptos en lo estructural, en lo conceptual, en lo funcional, en lo organizacional y last but not least en lo... legal. Sobre todo cuando Felipe & his dumb squad cacareando la mentada cultura de la (i)legalidad están completamente disociados de lo que está establecido en la ley, comenzando, of course, por la mismísima Ley Orgánica del Gobierno Federal donde las responsabilidades no se están cumpliendo al pie de la letra. Porque si de facto opera una célebre Policía Federal aderezado por el absoluto descontrol de su despliegue abriendo las puertas para la llegada de los intereses de la bola de traviesos, la estrategia anunciada por Calderón desde aquellos aciagos días de diciembre del 2006 contra la organizada delincuencia, ya hizo agua.
Súmele que la ocurrente bandera nacionalista para la recuperación de los espacios perdidos fue enarbolada, erróneamente, por el inquilino de Los Pinos, quien cual soldadito retozón posaba para la foto girando instrucciones que al día de hoy… no han dado resultados, lo coloca como el primer y único responsable del monumental fracaso.
La desfachatez y el cinismo de esta improvisada caterva de miembros del Gymboree cuyo superpoderoso tesorito en Bucareli alega, 20 meses después y con una escalofriante cifra de más de 4500 ejecutados en lo que va del sexenio que porfa, este gobierno tiene una estrategia integral de largo alcance con ejes distintos para ir avanzando y venciendo a la delincuencia es, de risa loca. Sobre todo cuando estos insuperables talentos y expertos en materia de seguridad asumen (desconociendo que assumption is the mother of all fuckups) que el problema delincuencial es de policías y ladrones.
Y en medio navega la corrupción, la improvisación y ahora se estrena la simulación de cómo resolver el problema. Y para salir en la grotesca foto surgen documentos de la “sociedad civil”, del Legislativo, de la Conago... y ya encarrerados, no estaría mal, amable lector, releer el mentado Plan Nacional de Desarrollo en este sugestivo rubro anunciado, hace lunas, con lujo de bombo y platillo... para la foto, remember?
Porque los discursos de Felipe y Juan Camilo ya no tienen sustancia. Acartonados y cual disco rayado manifiestan que el síndrome de la simulación o del haiga sido como haiga sido desarrolla esa perversidad de desviar la atención, lucrar políticamente con la tragedia ocultando un problema en lugar de resolverlo. Y para esto se necesita de un método… del cual carecen. Hoy se agotó el discurso de la Policía Federal. De la inteligencia operativa. De la tecnología.
Los hechos, my friend, secuestran las palabras del régimen.
Con el agravante que las instituciones no se fortalecen sino se mandan consecutivamente al diablo, se vulneran y, en el peor de los casos, se apuntalan los intereses particulares de poder y/o de una pandilla de enanos mentales.
¿Dónde están las conclusiones de todos los documentos elaborados en la célebre Conferencia de Procuradores…? ¿Dónde están las conclusiones de la Conferencia de Participación Municipal, perteneciente también al mentado Sistema Nacional de Seguridad Pública…? ¿Dónde están los diagnósticos de los iluminados y poderosos Consejos Consultivos de Participación Ciudadana donde el pleito ha sido por la seductora foto...?
Abusar de la desmemoria colectiva es una arriesgada apuesta. Para todos.
Y de ingenua pasadita, my friend, estos improvisados deberían cuidar mucho más el rol de una institución con la solidez como el de nuestras fuerzas armadas ya que garantiza, como última instancia, el orden social.
¿Vamos bien o me regreso...?
Por la Mirilla
Duda existencial cándida: ¿cuál será el culebrón detrás de las pautas del IFE y los simpáticos cableros...?
gomezalce@aol.com

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