martes, agosto 05, 2008

Un irrenunciable derecho constitucional

Ricardo Andrade Jardí

Mientras en el abrevadero de los dinosaurios que mal se conoce como Congreso de la Unión se alista la “reforma petrolera”, que no energética, puesto que ni “la iniciativa” de la Casa Blanca presentada por el usurpador en turno, ni la clonada de esa presentada por el ala centroderecha del PRIANNI es una reforma energética ya no se ocupa más que de ver cómo vender PEMEX más pronto y, sobretodo, de cómo hacer para que las corporaciones trasnacionales expriman para su particular beneficio los hidrocarburos, mientras la telecracia nos promueve los “bonos ciudadanos”, que se negocian ya en el extranjero, los que surgen de la misma demagogia de los 4 mil pesos mensuales que el segundo esposo de Martha Sahagún ofrecía en su campaña publicitaria… perdón ¿o era política? y que efectivamente repartió, pero sólo entre el reducido círculo de los

“Amigos del presidente”, y ni siquiera entre todos, de ahí los escándalos con los que se demostró que Fox recibió dinero del extranjero para su campaña con lo que nada pasó pese a que “la ley” supone tal delito como grave y estipula entre sus penas la cancelación del registro político del partido que cometa tan aberrante ilícito contra la nación. Pero para eso México tendría que ser cuando menos una democracia bananera y no una dictacracia de las concesiones más bananeras del planeta.
Mientras esto pasa y justamente con el marco de estas fechorías es que el Movimiento Ciudadana en Defensa del Petróleo, el Movimiento Ciudadano de Resistencia Civil Pacífica que aglutinado en la Convención Nacional Democrática (CND) y el FAP (sin “Los Chuchos”, que esos ya de plano son parte de la dinámica de la mediocridad oficialista) han convocado a la Consulta Popular sobre la reforma energética, misma que se efectuó en el D.F., y nueve estados más, el 27 de julio de 2008, Consulta Popular que no ha terminado y para el 10 de agosto se está convocando a los estados del Sur y para el 24 en los del Norte con la idea de que se expresen los ciudadanos de todo el país.
Si bien nos dicen las derechas y sus poderes de facto que la Consulta no es vinculatoria, se olvidan de decirnos que pese a todo es un derecho constitucional y que es justamente en el pueblo donde radica la Soberanía Nacional y es el pueblo el único que tiene derecho a decidir sobre el futuro de la misma así como sus formas de organización siempre que lo considere necesario (art. 39 de la Constitución de 1917 aún vigente). Recordemos que doscientos, de los 300, diputados que votarán la “reforma energética” no fueron elegidos por los ciudadanos, por nadie, en realidad, son impuestos por los partidos que hoy se reparten el país como rancho, por lo que deberían estar imposibilitados para votar cualquier reforma constitucional, es más, no tendrían ni siquiera porqué ser “representantes populares” y menos aún ganar un salario proveniente del dinero público.
La Consulta, más allá de su capacidad vinculatoria o no, es un ejercicio de democracia directa, de la democracia para todos y no para unos cuantos y en este ejercicio que ningún demócrata de verdad debería rechazar, la ciudadanía asume la responsabilidad de su futuro y como tal expresará un mandato popular con relación al tema consultado, en este caso la pretendida “reforma energética”.
Lo verdaderamente sustancial de este ejercicio democrático es que se abren los cauces ciudadanos para empezar a cambiar los rumbos de un sistema político agotado, autoritario y corrupto hasta la médula, se abre la posibilidad de que los ciudadanos encontremos los mecanismos reales para la rendición de cuentas públicas de los gobernantes frente a sus gobernados, es decir, si partimos de la permisa de que “la democracia consiste en hacer público lo que es y debe ser público”, es en la democracia participativa donde encontramos la mejor vía para lograrlo; en el ejercicio de la Consulta Popular nacerán necesariamente nuevas subjetividades de cambio, que desde la ciudadanía impulsarán una verdadera transformación democrática…
Son los conservadores concesionados, los empresarios corruptos, los políticos decadentes, el clero privilegiado, el crimen organizado (en el interior mismo de las instituciones “democráticas) los verdaderos opositores a la Consulta, pues son ellos los que viven de la mentira y la demagogia, de la corrupción y la impunidad, los que tienen todo que perder. Mientras el Despertar Ciudadano en cambio tiene un mundo nuevo que ganar.
¡El 10 de agosto en Yucatán todos a votar en la Consulta Popular sobre la reforma energética!
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consultayucatan@hotmail.com

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