El crimen, articulado desde las esferas políticas, financieras y policiales: Vera

Cuestiona Serapaz “circo” en medios al presentar a detenidos

Mariana Norandi

El obispo de Saltillo, Coahuila, Raúl Vera López, afirmó que el crimen organizado está articulado desde esferas políticas, policiales y financieras, por lo que, para acabarlo, el gobierno federal debe confrontar a las cabezas del narcotráfico, pero también a los elementos que desde el poder protegen a estas personas.

“El narcotráfico se debe enfrentar acabando con las cabezas de los cárteles, pero también combatiendo a los políticos que los apoyan y a los empresarios y banqueros que les lavan el dinero.”

Dijo que el gobierno federal está luchando contra la delincuencia organizada desde las “capas superficiales” del problema, no desde el fondo, que es la pobreza, la desigualdad social y la falta de oportunidades económicas para la población.

Sostuvo que las imagénes transmitidas por las televisoras, donde se exhibe ante las cámaras a detenidos que son golpeados y torturados, es “circo para el pueblo” con el fin de tapar la impunidad que existe hacia los verdaderos culpables del crimen organizado.

“Muestran una situación aparatosa de los delincuentes, a quienes sólo les queda que los maten y les apliquen la pena de muerte. Hoy los exhiben golpeados y con moretones, mañana nos los van a enseñar colgados, quemados o en la silla eléctrica. Pero tienen que recurrir a esas escenas porque saben que los mexicanos estamos conscientes de que no están haciendo nada y que están dejando impunes a aquellos que realmente sustentan el narcotráfico.”

Por su parte, Dolores González Saravia, directora de la organización civil Servicios y Asesoría para la Paz (Serapaz), advirtió que el consentimiento social que se está generando hacia el uso de la fuerza como estrategia privilegiada en el combate al crimen organizado es muy grave y representa un riesgo para el proceso democrático del país y la garantía de los derechos humanos.

También expresó preocupación por la militarización con que el Estado intenta dar respuesta al crimen organizado, porque está imponiendo una lógica militar sobre una civil.

“Esto nos está llevando a una situación en la que no hay distingos y cada quien pone del otro lado a quien le parece: un delincuente, un luchador social o a quien contravenga determinados intereses. Esto nos ubica ante una guerra de percepción de quién es el enemigo.”

Indicó que la sociedad civil debe organizarse para revertir esta estrategia de Estado, abrir el debate público en torno a la militarización y violación de los derechos humanos, y edificar una idea de paz no desde el concepto de pacificación, sino desde el de justicia social y dignidad.