sábado, noviembre 08, 2008

■ Cumplirá promesa de liberar viajes y remesas de cubanos emigrados, dicen en La Habana
Obama ganó en Florida sin amenazar con mano dura contra Cuba, destacan expertos
■ Estiman que podría caer la “vieja guardia” de línea dura y el ascenso de “voces más razonables”


La Habana, 7 de noviembre. Barack Obama ganó el estado de Florida, de fuerte activismo anticastrista, sin recurrir a la línea de mano dura contra Cuba y, más aún, sin que la isla fuera tema de campaña; el nuevo presidente podrá tomar a corto plazo decisiones que alivien el conflicto con La Habana, aunque aún habrá que esperar para un cambio de fondo, estimaron expertos consultados por La Jornada.
“Una de las mayores diferencias entre los candidatos fueron sus asesores para América Latina”, dijo Carlo Dade, director ejecutivo de la Fundación Canadiense para América Latina (Focal), de la ciudad de Ottawa, dedicada al análisis hemisférico.
John McCain mantuvo a funcionarios de la administración de George W. Bush de línea dura hacia Cuba (Adolfo Franco, Otto Reich), mientras que Obama y sus asesores son contrarios a las limitaciones a los viajes y a las remesas de los cubanos y podrían eliminarlas, apuntó el experto.
En el análisis poselectoral, los investigadores esperan que Obama cumplirá su promesa de campaña de liberar los viajes y las remesas de los cubanos emigrados.
Phillip Peters, analista del Instituto Lexington de Washington, autor de numerosos ensayos sobre economía cubana y del blog The Cuban triangle, estimó que era “notable” el triunfo de Obama en Florida “sin abogar por la línea dura hacia Cuba; en general su victoria tuvo poco que ver a nivel estatal con el asunto de Cuba. Fue impulsada más bien por los temas grandes de su candidatura, como la crisis económica, que en el sector inmobiliario tuvo un impacto destacado en ese estado, y por la inédita capacidad organizativa de la campaña demócrata, la cual produjo una ventaja aplastante en recursos financieros y en contactos sistemáticos con los electores”.
Daniel Erikson, del grupo privado Diálogo Interamericano, de Washington, recordó que Obama recibió “pocos votos de cubanoestadunidenses, pero muchos de otros sectores de la sociedad, incluso blancos, negros, mujeres, latinos no cubanos y jóvenes”.
Aunque los congresistas republicanos anticastristas de Florida se religieron, “en la elección presidencial hubo tantos nuevos votantes que el impacto del voto cubano se diluyó”. Erikson dijo que a corto plazo no espera un diálogo de alto nivel entre Washington y La Habana y recordó que Obama había dicho que mantendría el bloqueo a la isla caribeña.
“Cambios más profundos requerirían una concesión mayor del gobierno cubano en cuanto a presos políticos y democratización”, dijo Dade, pero hizo notar que lo más importante “no es tanto la victoria de Obama como la derrota de McCain y los cambios que esto podría traer en el aparato republicano de política exterior”.
“Quizás veremos la caída de la vieja guardia de línea dura hacia Cuba y el ascenso de voces más razonables, como Richard Lugar. Si esto sucede, Obama tendrá la libertad de acción y la cobertura política para actuar contra los aspectos más restrictivos del embargo”, como en su momento lo hizo el presidente Bill Clinton.
Obama estará ocupado en temas candentes como Irak, Afganistán, Corea e Irán y no podrá de inmediato voltear hacia el sur del continente, pero sí hacer las reformas que ofreció en campaña en su política hacia Cuba, dijo Dade.
“Esto daría una señal de cambio en la política de Estados Unidos sin incurrir en un gran costo político o financiero. En otras palabras, es el tipo de actos muy simbólicos que uno podría esperar que Obama hiciera pronto”.

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