martes, diciembre 02, 2008

Boletín Informativo ISA núm 596

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Sumario:

I. Cotejo, por José Agustín Ortiz Pinchetti

II. Buscando explicaciones inciertas, el gobierno perdió las ciertas, por Mario di Costanzo Armenta

III. La ciudad y la crisis, por Bernardo Bátiz V.

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COTEJO

por José Agustín Ortiz Pinchetti, secretario de Relaciones Políticas del gobierno legítimo de México

(publicado en La Jornada el 30 de noviembre de 2008)

Hace dos años, dos rivales políticos presentaron sus proyectos a la nación. Felipe Calderón, protegido por un batallón de paracaidistas en un recinto oficial. Andrés Manuel López Obrador, unos días antes, aclamado por una multitud en el Zócalo. Ha corrido ya el suficiente tiempo: hagamos un examen mínimo de los resultados.

Calderón prometió que superaría el estancamiento económico que duraba ya 24 años. Se autoproclamó “el presidente del empleo”. A pesar de dos años de altas remesas y altísimos precios del petróleo, todo ha ido para mal, y hoy está peor que nunca. Inflación de 40 por ciento en los básicos. Los últimos tres meses se han perdido 250 mil empleos. Devaluación de 40 por ciento. Ante la peor crisis global no tiene estrategia congruente.

Por el origen oscuro de su presidencia, se lanzó a una ofensiva militar contra el narco y su violencia. Este año, más de 5 mil muertos, entre ellos centenares de policías y militares. Ante denuncia de la DEA, el aparato de seguridad se desmoronó. En el plano político, han caído las preferencias por el PAN 15 puntos. Al intento del titular del Ejecutivo de reformar la ley de medios para cumplir el dictamen de la Suprema Corte, la televisión respondió sacando al pobre Calderón dos días del aire. Por supuesto, el michoacano se rindió y tuvo la felonía de acusar a Creel de mala relación con los medios y destituirlo.

AMLO se propuso sólo dos cosas: organizar su movimiento y defender la soberanía y la economía de las clases media y popular. Ningún otro personaje ha sufrido un acoso tan brutal: el Estado, la oligarquía y los medios. Sin embargo, logró la hazaña de frenar la privatización de Pemex a pesar del contubernio del PRI y el PAN y las presiones internacionales, convirtiendo a las multitudes en brigadas. Registró a 2 millones 150 mil simpatizantes y formó más de 800 comités municipales.

El obradorismo ha ofrecido un proyecto alternativo vertebrado para responder al derrumbe económico. Ahora su movimiento hará presión para que bajen los precios excesivos de combustibles y alimentos y exigir el respeto al derecho constitucional a la información.

Los medios dan por muerto a AMLO, pero la oligarquía sabe que tiene fuerza inédita. La preocupación de ella es cuándo y cómo la usará. Oligarquía y pueblo saben que Calderón es el presidente más débil desde Ortiz Rubio. Nadie sabe el costo que esta debilidad tendrá para la nación.

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BUSCANDO EXPLICACIONES INCIERTAS, EL GOBIERNO PERDIÓ LAS CIERTAS

por Mario di Costanzo Armenta, secretario de la Hacienda Pública del gobierno legítimo de México

(publicado en La Jornada el 30 de noviembre de 2008)

Sin lugar a dudas, las presiones que enfrentará el peso durante los próximos meses serán reflejo de las grandes fallas estructurales de la economía nacional, por lo cual resulta incierta la tesis del gobierno en el sentido de que el comportamiento de nuestra moneda es producto de la crisis financiera por la que atraviesa el mundo y tampoco puede concluirse que la devaluación de nuestro tipo de cambio sea resultado de la especulación llevada a cabo por diversas empresas.

De esta manera, mientras el gobierno se dedica a buscar una serie de explicaciones inciertas sobre la situación por la que atraviesa el sector externo de la economía, lo cierto es que el país se encamina a una tremenda crisis de su balanza de pagos, que podría llevar al tipo de cambio a niveles muy cercanos a los 18 pesos por dólar, con lo que prácticamente se daría por terminado el proyecto económico sexenal de Felipe Calderón y Agustín Carstens.

Para corroborar lo anterior basta mencionar que durante los primeros 10 meses del año el saldo de la balanza comercial de nuestro país registró un déficit de 11 mil 119 millones de dólares. Sin embargo, si se excluyen las exportaciones petroleras el déficit fue mayor de 52 mil millones de dólares.

Esta situación muestra claramente la vulnerabilidad y dependencia del comportamiento del sector externo de la economía mexicana con respecto de los ingresos petroleros. Más aún si consideramos que hasta el mes de septiembre las exportaciones petroleras se vieron apoyadas por un precio del petróleo para la mezcla mexicana que se ubico en 92.1 dólares por barril, mientras para el mes de octubre gran parte del déficit comercial obedeció a la disminución de los ingresos petroleros.

De ahí resulta muy cierto que, mas allá de los recursos adicionales que se aprueben en el “gringoproa” para apoyar a los “gigantes en quiebra”, el deterioro del ambiente económico nacional e internacional provocará efectos combinados que sin lugar a dudas generarán presiones sin precedente para nuestra moneda. Entre las cuales podemos señalar las siguientes:

Menor la entrada de dólares por petróleo

Resulta claro que México registrará una importante disminución de la entrada de dólares debido tanto a la disminución del precio del petróleo, que se ubicará entre 35 y 45 dólares por barril durante el próximo año, pero también por disminución de la plataforma (cantidad) de petróleo exportado debido a la declinación de Cantarell, cuyo desplome en la producción se ha dado de manera acelerada durante los pasados meses, a grado tal que el yacimiento más importante del país se encuentra produciendo en la actualidad sólo la mitad (1.075 mbd) de lo que alcanzó en 2005 (2.066 mbd).

Se reducirán las remesas

De acuerdo con datos del Banco de México, al mes de septiembre de este año las remesas hechas por los trabajadores mexicanos en Estados Unidos ascendieron a 17 mil 526 millones de dólares, lo que significó una caída anual de casi 4%. Se estima que las remesas enviadas por los mexicanos que trabajan en EU se reducirán entre 20% y 25% durante el próximo año, lo que significa una reducción de cuatro mil a cinco mil millones de dólares con respecto de 2008.

Bajarán exportaciones no petroleras

Durante el mes de septiembre, las exportaciones mexicanas no petroleras ya empezaron a mostrar un menor dinamismo, derivado de la recesión mundial y en especial de la crisis financiera en EU, país que necesariamente reducirá sus compras al resto del mundo. A esto se añade que las empresas mexicanas han perdido competitividad debido al incremento en el costo de los insumos para la producción, dentro de los cuales se encuentran los costos de la energía eléctrica, el gas y las gasolinas.

Continuarán las importaciones

Las importaciones que realiza nuestro país debido a la ausencia de producción en el mercado interno continuarán, ya que gran parte de ellas son productos alimenticios de consumo final, o bien ingredientes para producir alimentos, por lo que prácticamente resultará imposible que estas compras se reduzcan.

Al respecto, cabe señalar que durante el presente año las compañías agropecuarias que dominan 80 por ciento del comercio mundial de cereales obtuvieron “ganancias extra normales” debido a la escasez de alimentos, la promoción y subsidios a los agrocombustibles.

De esta manera, de acuerdo con estudios recientes, Cargill aumentó sus ganancias 36 por ciento; ADM, 67 por ciento; Conagra, 30 por ciento; Bunge, 49 por ciento; Dreyfus, 77 por ciento; Monsanto, 44 por ciento, y DuPont-Pioneer, 19 por ciento.

Los cuatro factores anteriormente referidos contribuirán a “agrandar” el déficit del sector externo del país y los requerimientos de dólares, por lo que la nación enfrentará una devaluación aún mayor de su moneda, que generará un circulo vicioso, ya que al devaluarse el tipo de cambio se incrementará todavía más el precio de los alimentos y del resto de los bienes importados, deteriorando con ello aún más el poder adquisitivo de la gente.

En este contexto, el Banco de México se vería obligado a incrementar sustancialmente la tasa de interés, con lo que se agravaría el problema de la cartera vencida en el país y aumentarían las posibilidades de que México viva una fuerte recesión económica.

Por ello resulta verdaderamente apremiante que el gobierno deje de buscar soluciones de coyuntura a los problemas estructurales que enfrentamos, y se olvide de las explicaciones inciertas, ya que lo realmente cierto es que temas como la cartera vencida, las Afore y el incremento de los precios requieren una solución integral e inmediata.

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LA CIUDAD Y LA CRISIS

por Bernardo Bátiz V., secretario de Justicia y Seguridad del gobierno legítimo de México

(publicado en La Jornada el 29 de noviembre de 2008)

Cuando se presenta, como ahora, una crisis económica global, parte provocada por los especuladores y parte como resultado natural del fracaso del capitalismo, que funciona en el mundo entero como una de esas grandes pirámides con las que se defrauda a los incautos, es necesario reaccionar y no quedarnos tan sólo en la etapa de los lamentos, las críticas acerbas, los chistes y las caricaturas, que ciertamente son un desahogo y una protesta, pero que no son suficientes.

Tenemos que actuar. En varias partes del país se están formando ya grupos organizados de producción artesanal de mermeladas, objetos necesarios en el hogar, pan casero y otras mercaderías, que salen mucho más baratas si se fabrican y distribuyen por los mismos que las producen o sus familiares cercanos y vecinos.

En otro ámbito de la vida social, resurge el cooperativismo y aparecen nuevamente mecanismos de defensa espontáneos, que sustituyen a la carísima banca comercial, como “tandas”, cajas de ahorro y otras formas de crédito basadas en la fraternidad y en la confianza.

En la ciudad de México nos encontramos mejor pertrechados que en otros lugares para sortear esta época de vacas flacas; funcionan múltiples servicios destinados a paliar la situación de los más pobres mediante programas sociales, como el de pensión a los adultos mayores, becas a los preparatorianos o apoyos a madres solteras y a incapacitados. La Secretaría del Trabajo se ocupa también, con bastante éxito, de fomentar el cooperativismo, alternativa más justa de producción y distribución de bienes y servicios, sin enriquecer a los intermediarios.

José Ángel Conchello, quien falleció en un accidente extraño cuando encabezaba una campaña en defensa del petróleo mexicano, decía en alguno de sus libros, que en las épocas de crisis económica el Estado debe de promover muchas pequeñas obras útiles, que no requieren de grandes inversiones y que se pueden hacer con mano de obra que en estas épocas se encuentra disponible. El Estado debe ser el rector de la economía e intervenir para evitar los grandes desequilibrios sociales y precisamente uno de sus instrumentos puede ser la inversión en trabajos de poda de árboles, reparación de inmuebles, pintura de escuelas, arreglo de banquetas y otros, que hacen mejor y más fácil la vida de la urbe y que al mismo tiempo generan ingresos para quienes pierden sus empleos habituales.

En su discurso del 23 de noviembre de 2008, Andrés Manuel López Obrador hizo un llamado en un sentido similar. Volvió, como lo ha hecho otras veces, a fustigar a quienes eligen como su ideología política la adoración al dinero, promueven la corrupción y el afán de lucro por encima de la dignidad, los valores morales y el amor al prójimo.

Lamentablemente, muchos de los grandes medios de comunicación, especialmente las televisoras, hicieron el vacío alrededor de esta llamada de atención, que fue rica en conceptos y en propuestas concretas; hubo un periódico nacional, que publicó una pequeña foto en las páginas interiores, con una mujer solitaria enarbolando un cartel en defensa de la economía popular, lo que es una falta de objetividad y un insulto a las docenas de miles de personas que participaron en el acto y que abarrotaban la avenida Juárez desde el Eje Central Lázaro Cárdenas hasta el Paseo de la Reforma.

Otros medios insinúan o acusan claramente al movimiento de violento y arbitrario; en todas estas manifestaciones multitudinarias no hay agresión a nadie, ni vidrios rotos ni piedras volando por los aires ni vehículos destrozados; se esgrimen ideas, conceptos y críticas, algunas ciertamente severas, pero muy merecidas y la tónica es la de un movimiento enérgico, resistente e incansable, pero no violento. Quien llama al pueblo a movilizarse a partir de la dignidad, la verdad, los valores y el amor al prójimo, se acerca más a los grandes líderes morales de la historia que a los incendiarios y anarquistas.

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