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Se ha generado ya un “avance histórico” en la transformación de la conciencia popular de nuestro país hacia una sociedad más justa y duradera, porque hay grupos de personas y de organizaciones que han comenzado a atreverse al cambio, afirmó el Obispo Emérito de San Cristóbal de las Casas, Samuel Ruiz García/ Fraternal visita a nuestro Director General
El Obispo Emérito de San Cristóbal de las Casas, Samuel Ruiz García, afirmó ayer que, en general, se ha producido “un avance histórico” en la transformación de la conciencia popular hacia una sociedad más justa y duradera, porque hay grupos de personas y de organizaciones que han comenzado a atreverse al cambio.
En entrevista en la casa de nuestro Director General, el Periodista Mario Renato Menéndez Rodríguez, a quien hizo una fraternal visita, el Prelado sostuvo que en ese proceso la Iglesia Católica ha modificado la interpretación que se tenía de los Evangelios y ha mostrado que el Reino de los Cielos comienza aquí, “en la parte terrestre de la construcción de una sociedad justa y duradera, una sociedad diferente de la actual”.
“Siendo objetivista, vemos cómo hay una conciencia creciente que exige un cambio de situación. No podemos ver a la sociedad con tranquilidad, sino que hay que transformarla, encaminarnos a algo nuevo, donde no haya dominación ni sea la injusticia lo que prive”, expuso.
El también miembro de la Comisión de Pastoral Social de la Conferencia del Episcopado Mexicano sostuvo que la nueva sociedad debe eliminar “la complicidad y la corrupción”, conceptos que no deben germinar en la conciencia popular.
“Hay mucha gente que sabe que se tiene que caminar a una sociedad diferente. Y en ese sentido hay una modificación sensible a procesos de cambio”, comentó.
Nuestro Director General intervino en la plática para subrayar que ahora el concepto de solidaridad debe ser importante para la sociedad, pero entendido como el apoyo de un todo único, diferente de la caridad y del sentido político que tuvo hace poco más de una década.
“En general podemos decir que hay un avance histórico. Ya va tejiéndose en las bases ese nuevo concepto, la nueva realidad, hay cooperativas, acciones determinadas de la acción concreta”, consideró el Prelado.
Ruiz García comentó que si bien en Chiapas los Acuerdos de San Andrés no fueron aceptados ampliamente por el gobierno e implementados en esa Entidad, a pesar de que fueron firmados bilateralmente, en otros Estados del país se han ido adoptando de poco en poco.
“He visto en distintos Estados, modificaciones a los códigos estatales de forma gradual, aunque no sea espectacular, sino profunda, los acuerdos de San Andrés han tenido eco en todo el país”, precisó.
—¿Ha valido la pena, entonces, la lucha? —preguntó el reportero.
—Valió la pena en algún sentido. Con motivo de los 500 años del descubrimiento de América, cuando se dijo que los indígenas no eran objetos, sino sujetos de su propia historia, eso tuvo una repercusión irreversible. Se dio el levantamiento del EZLN, hubo peticiones de justicia, hay manifestaciones y por ese camino se llega a la autodefensa. No tiene el pensamiento en tener un logro beneficioso determinado, sino lo que trata es de que haya una penetración de la toma de conciencia.
Sin embargo, también alertó el hecho de que en la actualidad, bajo el gobierno espurio de Felipe Calderón Hinojosa, “las declaraciones, movimientos y demandas de justicia son considerados como preámbulos de terrorismo y por su control violento no se augura buen futuro”.
Ruiz García consideró asimismo que la Comisión de Pastoral Social es una de las más destacadas del CEM, pues su naturaleza le permite estar cercana a los acontecimientos sociales, a los que da una respuesta adecuada desde el punto de vista de la Iglesia Católica.
“La situación es que el Evangelio, interpretado en una forma reduccionista como una cosa trascendental celestial no tiene nada qué ver con el mundo y con la exigencia de que se construya una nueva sociedad. En ese sentido, se le da una dimensión social y política, no partidista, sino relacionada con la transformación, de esta suerte es la comisión una de las que reflejando el pensamiento del Episcopado, al seguir de cerca los acontecimientos”, indicó.
El Obispo Emérito de San Cristóbal opinó que la situación económica actual sólo vino a agravar la tensión social. “Hoy día podemos decir que la situación económica trae como consecuencia una tensión social y hay el riesgo, situaciones concretas, de manifestaciones de demanda de justicia que no son atendidas, sino reprimidas”.
“Se ve que movimientos que han recorrido manifestaciones justas han tenido represión y se han convertido por defensa en movimientos armados. Pero creo que la respuesta que desde el Evangelio hay que dar, tiene que orientar a una construcción pacífica, la resolución de los conflictos con enfoque político”.
Comentó, sin embargo, que “lamentablemente vemos que la palabra vivida por personas mezcladas en la política del país, tienen la penetración de una idea en donde es la búsqueda del dominio y del servicio y hay una corrupción generalizada que no tocaba a los partidos y últimamente sí, ha penetrado y causado divisiones muy serias, algunos eran esperanza, pero ahora eso se reduce”.
Indicó que los mexicanos vivimos en una situación bastante conflictiva. “Evidente que cualquier cosa que antes tenía una circunscripción, se convierte por la solidaridad en algo mayor, si hay un problema en un mercado, no sólo se vive el conflicto de cerca, sino los que se asocian tienen un encaminamiento que trasciende la situación y la búsqueda de una reforma”.
Consideró que los conflictos no tienen un deterioro, sino que están encaminados a una transformación, un mejoramiento. “No hay una indicación concreta sino general, hay opciones que se pueden tomar, si se toma este partido o tal o cual corriente, según lo que nos diga el Evangelio, pero evidentemente buscado por los que buscamos la transformación pacífica”, agregó.
En la entrevista expuso que la situación social exige una transformación fundamental, porque vivimos en una situación de dominación de un sistema en la que las acciones injustas tienen que llevar a que no sólo haya una modificación sino un sistema diferente.
Y, en ese sentido, señaló que la sociedad se encamina hacia las modificaciones sustanciales.
“Se tiende a una transformación. Antes se esperaba que fuera por medio de la violencia, hoy los conscientes saben que no sólo las acciones, sino los procesos de justicia van llevando a una transformación gradual, en el ámbito donde hay una transformación”.
“No se tiene que esperar a que haya una sociedad nueva, sino una conciencia. Recientemente hemos visto manifestaciones multitudinarias que dicen este sistema no es el último sino definitivo. La conciencia generalizada se manifiesta ahora en un nivel. Ciertas esferas que eran un poco impermeables, al verse confrontadas con lo que pasa, logran tener mucha mayor claridad y buscar una transformación”, finalizó.
(Rafael Gómez Chi)
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