martes, febrero 17, 2009

De las Democracias del Demonio…


Por Julio Ricardo Blanchet Cruz


17 febrero 2009
jrbc@diariolibertad.org.mx

Entendiendo que para cenar guisado de conejo primeramente se requiere que haya conejo. Es fácil entender que para que crezca la Democracia, primero tiene que haberla...

Y en nuestro México, esa señora, la Democracia, no existe más que en la calenturientamente de quienes nos gobiernan y sus intereses personales, que por supuesto nada tienen que ver con la Patria…

Independientemente de que la democracia existe o no existe. Es, o no es. Y quien diga lo contrario es un demagogo. Pensar que la Democracia puede crecer, como los embarazos, no parece ser muy correcto...

En el mejor de los casos podría decirse que la Democracia se simplifica. Pero no puede decirse que la Democracia se perfecciona, o que la Democracia disminuye (o crece, como dicen los 23 millones de comerciales; los que por cierto, ya se los podrían estar ahorrando, pues ya hartan con tantas mentiras...

La Democracia es la voluntad de la mayoría. Lo demás son pamplinas y cuentos chinos con los que, a quienes trabajamos, nos sacan más de 3 mil millones de pesos para llevar a cabo su show de la Democracia...

Show, que visto desde afuera, es como un carnaval en el que todos son comparsas de sí mismos y para ello se disfrazan o embozan para que no los reconozcan. Pero todo es una farsa, un carnaval en el que todo se vale, menos mostrara la verdadera cara, la verdadera identidad...

Y viendo el show se le viene a uno a la mente, que es lo que han de pensar de nosotros, que mientras en el resto del mundo los resultados de las elecciones se conocen a las horas de haberse terminado la votación; en nuestro México no sucede lo mismo. Y ejemplos tenemos para aventar para arriba...

Sin dejar de comentar que en Venezuela la votación fue electrónica y registrando la huella digital, con lo que se evitaron en mucho las protestas por fraude...

Mientras que aquí nosotros todavía nos tenemos que enfrentar a los mapaches, carruseles y demás cochupos que rutinariamente se llevan a cabo en los comicios electorales…

Finalmente, una Democracia en la que el ciudadano común y corriente no puede llegar a ningún cargo de elección popular si no pertenece a ningún Partido, no puede llamarse Democracia...

En última instancia, como hasta el cansancio se ha dicho, sería una Partidocracia. Y si a esa Partidocracia todavía le agregamos las cuestiones consanguíneas, de tal suerte que olímpicamente se pasan las gubernaturas de padres a hijos...

Mejor podrían hablarnos de una monarquía disimulada (o hipócrita, como se prefiera) pero no de una Democracia...

Que es la palabra mágica con la que los EEUU conquistó al mundo para vender los productos chatarra que representan su estilo de vida. Llevar la Democracia al mundo, como se lo propusieron Reagan y Woytila, es llevarles la Libertad decían los muy ladinos. Uno murió consciente de que se estaba volviendo loco; y el otro retorcido de mente y cuerpo...

Pero Libertad es la otra palabra mágica que ha utilizado el Imperio del consumismo para vender Coca-Colas. Curiosamente en un Estado Policiaco no se puede tener mucha Libertad; y menos si en este Estado Policiaco no se practica la Democracia...

Porque el decir que la voluntad de la mayoría debe ser el Poder que mande, no solo significa que lleguen a la silla por voluntad de la mayoría; sino que una vez que estén ahí, atiendan, obedezcan lo que la mayoría quiere que se haga...

Ya se está viendo que Obama no va a poder cumplir todo lo que el pueblo le pidió y él prometió que haría; por lo que cabe preguntar: ¿No es realmente un show?...

Y luego, cuando de a de veras se lleva a cabo la Democracia, como sucedió el domingo pasado en Venezuela y hace unos días en Bolivia, entonces no les gusta y dicen que son Democracias del Demonio...

Y nos vemos mañana, si el Sol me presta vida

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