martes, febrero 03, 2009

Jorge Hank Rhon, visa cancelada

RICARDO RAVELO

A lo largo de su carrera política y empresarial a Jorge Hank Rhon se le ha acusado de todo: de lavado de dinero, de traficar con animales exóticos, de usar sus influencias para operar casas de apuestas, y hasta de estar implicado en las ejecuciones de Héctor Félix y de Francisco Ortiz, ambos del semanario Zeta de Tijuana… Sólo le faltaba que Estados Unidos le impidiera entrar en su territorio… y eso sucedió ya el 10 de enero pasado. Entonces, un empleado de la garita Tijuana-San Isidro observó que el exalcalde tenía un “cúmulo de datos sospechosos” en el vecino país. Y le quitó su visa.Hombre de excesos, dueño de una fortuna descomunal y proclive a los escándalos por su comportamiento excéntrico y fanfarrón, Jorge Hank Rhon está otra vez en líos: el 10 de enero pasado le fue cancelada su visa láser cuando un agente de la garita Tijuana-San Isidro le negó el paso.La razón: presuntas conductas ilícitas cometidas por el hijo del profesor Carlos Hank González en Estados Unidos, sustentadas todas en reportes policiacos.Ese día, Jorge Hank y su escolta hacían fila para la revisión aduanal. El exalcalde de Tijuana bajó de su automóvil en espera de que le tocara su turno. Faltaban unos cuantos vehículos cuando subió de nuevo al suyo. Entonces preparó sus documentos y los de su esposa. Los entregó a un agente de migración para que los deslizara en la banda magnética, según el trámite habitual.Apenas introducida la visa, la pantalla se saturó con los antecedentes del empresario y político que perdiera los comicios estatales en agosto de 2007; algunos eran incluso de índole penal. El cúmulo de datos sospechosos, que pueden estar relacionados con una investigación criminal en proceso, desconcertó al agente.Según una fuente consultada por el semanario Zeta, que aportó los pormenores de este hecho, el oficial comenzó a mover la cabeza al tiempo que balbuceaba: “Muchas sospechas, muchas sospechas…”. Y de inmediato canceló la visa.Con el rostro descompuesto, Jorge Hank no tuvo más remedio que regresar a su casa de Tijuana. Su esposa, impactada por el inesperado suceso, rompió en llanto.Pero el hijo del profesor Hank González parece estar acostumbrado a vivir en medio de escándalos. Afincado en esa ciudad fronteriza desde hace 24 años, poco le ha preocupado que lo relacionen con crímenes, lavado de dinero, excesos y hasta con el tráfico de drogas y de animales exóticos en peligro de extinción.En enero de 2007, cuando era alcalde de Tijuana, declaró a este semanario que los señalamientos en su contra no le quitaban el sueño. Desafiante, espetó: “No me han probado nada. Nada más falta que me investiguen el tipo de sangre”.Y añadió: “Esas acusaciones son producto de mi forma de ser y de mi gusto por los animales…” (Proceso 1575).A pesar de que siempre ha negado tener problemas legales en Estados Unidos, él y sus familiares fueron investigados por presuntas actividades ligadas al lavado de dinero.Julio Scherer García, fundador de Proceso, es quien mejor ha retratado el alma atribulada de Hank Rhon. En su libro La terca memoria (Grijalbo, 2008), por ejemplo, el periodista reproduce una entrevista con Adela Navarro, editora del semanario Zeta –el que más ha investigado a Hank Rhon–, quien le declara que el político y empresario se ufana de haber salido limpio de la investigación conocida como White Tiger (Tigre Blanco).–Señora, Hank Rhon sostiene que no tiene problema alguno con el gobierno de Estados Unidos. Cita que de la investigación conocida como White Tiger salió limpio.–Hank Rhon dice parcialmente la verdad: White Tiger es una pesquisa congelada, pero eso no significa que el caso esté cerrado. Oculta el expresidente municipal, en cambio, la humillación a que lo someten nuestros vecinos. (…) Hank Rhon –explica– posee cuarenta automóviles a su estilo. Todos son de lujo, doscientos cuarenta mil o 500 mil dólares, cada uno con placas de los Estados Unidos…Existen en la ciudad veinticuatro garitas para cruzar la “línea”. El gobierno de los Estados Unidos ideó un acceso que llamó “Sentri”, un paso VIP. Si usted se presenta en las oficinas correspondientes de aquel lado, muestra sus estados de cuenta, declaración de impuestos, comprobantes de residencia impecable, documentos transparentes, el FBI, que lo investigó hasta la minucia, autoriza para usted una tarjeta y lo registra en “Sentri”. (…) A Hank Rhon el FBI lo investigó y le negó la tarjeta. Pienso que para su personalidad egocéntrica, aspirante a los más altos puestos de la política –el tiempo es mío, ha dicho más de una vez– no puede existir humillación comparable al rechazo del FBI. Hank Rhon, sus coches, sus guaruras, sus placas de los Estados Unidos, todo él ha de someterse y transitar por una de las veintitrés líneas por las que todos cruzamos para ir a los Estados Unidos y regresar a nuestro trabajo y al brazo que siempre nos aguarda.Este es un extracto del reportaje que publica la revista Proceso en su edición 1683 que empezó a circular el domingo 1 de febrero, bajo el título "Muchas sospechas..."

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