viernes, abril 17, 2009

Columna Asimetrias. La Visita






17 abril 2009



“No nos engañemos ni nos dejemos engañar: la visita de Barack Obama
a México es en el interés de Estados Unidos, no el de México”.

Armando Abaunzábal Anchor.


I

El sentir del caro leyente Abaunzábal reflejaría, al parecer, sentimiento generalizado en México acerca de los motivos de la visita de Estado que inició el jueves el Presidente de Estados Unidos, Barack Hussein Obama. Ha venido porque tiene un interés concreto.

Pero ese interés no es personal ni por simpatías hacia Felipe Calderón –a quien sabe titular espurio del Poder Ejecutivo del Estado mexicano— ni obedece a premisas y silogismos de una adhesión a lo valores de la buena vecindad.

No. Don Barack responde a los imperativos de la historia de la siempre asimétrica relación bilateral y, desde luego, a las historias de México y del propio EU. Responde sobre todo a los imperativos del imperialismo estadunidense.

El imperialismo estadunidense es una realidad insoslayable, tan material como lo son los hechos factuales, aunque por delicadezas diplomáticas e ignorancia de los gobernantes mexicanos acerca de la ciencia política, ese verismo sea desestimado.

En sus tiempos, a Roma, Inglaterra y España u otras metrópolis anteriores y posteriores se les reconocía como imperios, pero se les señalaba con connotaciones peyorativas como imperialismos. Eran imperialistas.

Y por imperialismos definiríanse aquí con el sufijo “-ismos” una forma para significar doctrinas, sistemas, eacuelas o movimientos sociales, políticos, económicos, artísticos, científicos, etcétera. El sufijo “-istas” acentúa ese significado como práctica.

A los personeros del poder político de los Estados imperiales romano, inglés, español, autrohúngaro, holandés, francés, Etc., no les agradaba que les considerasen y llamasen imperialistas; lo tomaban cual inulto. Los estadunidenses lo toman hoy igual.

II

Pero la historia de sus prácticas y secuelas –por lo general terribles para los pueblos “imperializados” –conquistados, dominados, explotados a veces hasta la esclavitud y saqueadas sus riquezas materiales y culturales-- le dio al imperialismo sentido negativa.

México es ejemplo paradigmático de ello. El imperialismo español primero, luego el francés y desde 1848 hasta hoy el estadunidense nos han conquistado, dominado y saqueado bajo modalidades militares, políticas, económicas y culturales varias.

Podríase decir que, de hecho, con la guerra de rapiña de EU contra México en 1846 se inauguró el imperialismo estadunidense, inspirado en los sofismas religiosoides del “destino manifiesto” y el “expansionismo” y otras socaliñas, artilugios y supercherías.

Los ejércitos armados y civiles –agentes de ventas de bienes y servicios, espías, policías, asesores y supervisores gringos impuestos a gobiernos locales, Etc.— del imperialismo estadunidense hállanse doquiera en el planeta.

Cierto. Se les encuentra en los rincones más remotos del globo terráqueo. Sus legiones de centuriones ramboescos y schwarzeneggerianos y sus exportaciones de armas y tecnología bélica y prácticas de negocios son sin duda ubicuo.

En México, esa presencia es omnímoda. Más la omnipresencia del imperialismo estadunidense aquí es matizada por los propios personeros de las instituciones del poder político del Estado mexicano. No registran esa omnipresencia; no es registrada.

III

Los personeros de las instancias ejecutiva, legislativa y judicial en lo federal y en cada uno de los 31 Estados Unidos Mexicanos y el Distrito Federal parecen pensar que el imperialismo es “cosa de algunos locos”, implicando así que la percepción es falsa.

Esa actitud tiene causales filosóficas, ideológicas y políticas profundas y cuyo objetivo sería el de borrar nuestra memoria histórica y, por ende, nuestra identidad para imbuir en nuestra psique colectiva un modo de ser afín a la uniformidad.

Por ello, no en vano muchos mexicanos de lúcida conciencia piensan que la misión del nuevo embajador de EU en México, Carlos Pascual, obedece a esos propósitos de desarrollar estrategias para “estadunidizar” a los mexicanos.

¿Es ese, acaso, un plan diseñado por el señor Obama? Por supuesto que no. Ese objetivo fue identificado hace décadas atrás por los pensadores estadunidenses al servicio del imperialismo y la filosofía que lo inspira y lógica en la que se sustenta.

Pensaríase probable que don Barack tiene siquiera idea de ello, pues él, como sus predecesores, son sólo instrumentos, operadores y voceros de los intereses geopolíticos de EU, que no ven como imperio pero cuya conducta es decididamente imperialista.

Con esa calidad ha venido a México, encontrándose aquí con el jefe del Espuriato local afín ideológicamente a los intereses estratégicos del imperialismo e identificado con éste y anuente a sus decisiones en lo bilateral. Don Barack ha venido a dar órdenes.

ffponte@gmail.com

Glosario:

Anuente: que da anuencia.

Ramboescos: relativo a John Rambo, personaje emblemático del soldado estadunidense y del militarismo de su país, representado en cine por Sylvester Stallone.

Sufijo: en gramática se dice del afijo que va pospuesto y, en particular, de los pronombres que se juntan al verbo y forman con él una sola palabra.

Schwarzeneggerianos: de Arnoldo Schwarzenegger, actor de cine de acción exaltando aventurerismo militar..

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