sábado, junio 20, 2009

Recuento de los resultados (daños) de los gobiernos Fox-Calderón

¿Cuánto pagará el ISSSTE a particulares por los medicamentos?

Carlos Fernández-Vega

Nutridos son los resultados negativos del dúo dinámico, peor encarecimiento de los productos básicos, pérdida de poder adquisitivo, desempleo, aumento del sector informal, devaluación y crisis económica forman parte del espeluznante balance que para el grueso de los mexicanos arrojan los gobiernos de la transición (cambio y continuidad, Fox y Calderón), independientemente de la tortura sicológica que implican sus discursos y su bombardeo propagandístico.

Son muchos más, desde luego, pero en un recuento sobre la evolución de los precios de la canasta básica y su impacto en los salarios y el empleo, el Centro de Estudios de las Finanzas Públicas de la Cámara de Diputados (CEFP) nos ofrece el siguiente paseo, a todas luces ingrato, de los años de la transición y sus resultados: los precios de la canasta básica han mostrado un mayor incremento que el del índice general. Se observa que el salario mínimo general ha crecido menos que el salario medio de cotización al IMSS. El mínimo perdió su poder adquisitivo en relación con la canasta básica; en tanto que el salario medio de cotización al IMSS apenas incrementó su poder de compra, aunque en los últimos años se mantuvo casi constante. Esta diferencia se explica por el aumento que registraron los componentes del salario medio nominal de cotización del IMSS en comparación con el salario mínimo general.

Particularmente, algunos bienes de la canasta básica han registrado incrementos significativos, lo que ha afectado el poder adquisitivo de los salarios, observándose que algunos productos más que duplicaron su precio en ese periodo. Algunos ejemplos (todas las cifras son porcentajes): tortilla de maíz, 110; pan blanco, 85; pan de caja (léase el del monopolio Bimbo), 100; pasta para sopa, 65; galletas de animalitos, 55; harinas de trigo, 65; arroz, 120; bistec de res, 65; jamón, 50; atún y sardina, 52; leche pasteurizada, 67; huevo, 115; aceites y grasas vegetales comestibles, 110; chile, 62; frijol, 126 por ciento; azúcar, 45; y refrescos, 45. Además, electricidad, 140; gas doméstico, 105; gasolina Magna, 36; gasolina Premium, 47; aceites lubricantes, 90; servicio telefónico local, 10; antibióticos, 60 por ciento; analgésicos, 65; anticonceptivos, 100; gastrointestinales, 76; antigripales, 80; pesero, 55; Metro, 35; autobús urbano, 73; y taxi, 47.

Con la transición en Los Pinos, apunta el CEFP subraya que se observa un cambio en la estructura del mercado laboral, en donde cada vez va ganando mayor participación la contratación eventual, la cual se caracteriza por inestabilidad en el lugar de trabajo, reducidos salarios, bajas o nulas prestaciones y falta de acceso a la seguridad social. La fuerza laboral se encuentra en un proceso de concentración en el sector de los servicios, en tanto que la ocupada en el sector industrial ha venido reduciendo su participación; y la ocupada en el sector agropecuario casi se mantiene constante. Por área geográfica, la estructura del mercado laboral se ha mantenido casi constante a lo largo de los últimos años. En el periodo de análisis, se observa un incremento tanto en la tasa oficial de desocupación abierta como en la ocupación en el sector informal; en tanto que la participación del empleo en el sector formal ha disminuido.

Al inicio de la transición habían 12 millones 386 mil 763 trabajadores permanentes y eventuales urbanos asegurados en el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), 90.8 por ciento de ellos permanentes y 9.2 por ciento eventuales. En mayo de 2009, el número fue de 13 millones 868 mil 132, de los que 88 por ciento fueron permanentes y 12 por ciento eventuales. En nueve años, se registraron un millón 481 mil empleos formales, para una demanda real cercana a 11 millones de plazas laborales. Así, al sector informal ingresaron más de 3 millones de mexicanos; alrededor de 4 millones emigraron al extranjero (fundamentalmente a Estados Unidos) y cerca de 2.5 millones de mantienen en el desempleo abierto.

En el periodo se observa un cambio lento en la estructura del mercado laboral; cada vez va ganando mayor participación la contratación eventual, que generalmente se caracteriza por inestabilidad en el lugar de trabajo, bajos salarios y bajas o nulas prestaciones y acceso a la seguridad social; crece el desempleo, la informalidad y la emigración, con una economía estancada, en vías de empeorar.

Y si de fracasos se trata, allí están los bancos chatarra autorizados, en la mayoría de los casos, como moneda de cambio por el gobierno foxista a los empresarios que desinteresadamente apoyaron al Felipillo. Uno de ellos, otorgado al Grupo Chedraui (Banco Fácil) ayer oficialmente mordió el polvo, tras escasos dos años y tres meses de operación. Se le hizo Fácil y a estas alturas reporta un índice de morosidad superior a 32 por ciento, uno de los más elevados del sistema.

La ficha oficial dice así: “mediante escrito del 18 de agosto de 2006, presentado ante esta Secretaría de Hacienda y Crédito Público en esa misma fecha, las empresas Sociedad Shermfin y Controladora SFG, esta última controlada directamente por Mexlnv Holding, la que, a su vez, es controlada, por una parte, por Sherman Financial Group, empresa que, al igual que aquella, ha sido constituida bajo las leyes de Estados Unidos de América, y, por la otra, por Sergio, José Antonio y José Ramón Chedraui Eguía, y Alfredo Chedraui López solicitaron conjuntamente a esta Secretaría (…) que otorgue, de conformidad con la Ley de Instituciones de Crédito, su autorización para la organización y operación de una institución de banca múltiple, cuya denominación sería Banco Fácil”. Y el jalado Vicente Fox, junto con Francisco Gil Díaz, pagó. ¿Quién lo rescatará?

Las rebanadas del pastel

Daniel Karam, director general del IMSS, mantiene incumplido su compromiso de hacer público el inventario detallado de los beneficiarios con la subrogación de guarderías de ese Instituto. Lo anunció el 10 de junio, lo reiteró el 15, y en ambos casos aseguró: “se trata de que exista total transparencia y rendición de cuentas. Y nada. Parece que los compromisos, la rendición de cuentas y la transparencia no son su fuerte… Y la lectoría propone: con el anuncio de Calderón de que los particulares van a surtir las medicinas que el ISSSTE no tenga en existencia, creo que estamos a tiempo de solicitar se haga público el precio que el instituto paga actualmente y cuánto pagará a los particulares (Luis Carlos Scheinvar, lscheinvar@hotmail.com), pero como se trata de un asunto de transparencia difícilmente lo harán.

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