viernes, julio 03, 2009

IMSS: la banda de los PAN-chitos

Francisco Rodríguez
Indice Político

A veces no nos dan a escoger entre las lágrimas y la risa, sino sólo entre las lágrimas,
y entonces hay que saberse decidir por las más hermosas. Maurice Maeterlinck

OBRAS INCONCLUSAS Y ya pagadas. Hasta de más. Aún no se termina el hospital de Playa del Carmen. De esta obra le platiqué en 2005, cuando se hizo la farsa para asignarle el contrato a Constructora Fenes. De todas maneras se la dieron. Y también se cumplió lo que ya se veía venir: que no la terminaría.
Con un retraso muy parecido al de la constructora de Humberto Armenta (de Monterrey) en el Hospital de San Pedro Xalpa, Pancho Molinar y Pancho Suárez le autorizaron un convenio de ampliación en monto y plazo en marzo de 2007. Y por supuesto que no terminó la obra, pero sí aprovechó para cobrar otros 3 ó 4 millones. Después la rescindieron, se inconformó, y como tiene un convenio que es un reconocimiento de que los retrasos son culpa del IMSS, les va a ganar en el juicio. En septiembre de 2008 le asignaron la terminación de la obra a ICA, solvente sin duda, pero a la fecha no ha terminado. Una obra no se termina por falta de dinero o de información, y como los “técnicos bachilleres pero genios y ‘leales’” del IMSS no saben de hospitales, pues…
Lo malo es que usted y yo somos los paganos, y los quintanarroenses los fregados. Se han quejado y manifestado los trabajadores y los representantes de la CROC, pero ni los ven ni los oyen. Los patrones, no dicen ni pío: no quieren auditorías.
La obra de Saltillo, a cargo también de ICA, tampoco se ha terminado. Y eso que tiene la visita semanal de Humberto Ramos “El Padrino”, Enrique Lozano “El Socio”, y Enrique Laborde “El Sobrino”, quienes todos los viernes derraman su sabiduría en tan afortunada obra. Sí, todos los viernes. Eso dicen los pliegos de comisión con cargo al erario. Después de eso se van a su casa, a ya sólo una hora de distancia.
Tampoco pueden terminar la obra de Matamoros. Dicen que Laborde y Castillo Gilbón les están subiendo los precios a la constructora, por instrucciones de Ramos. También dicen que ya lo amarraron con la Función Pública. Cierto o no, la obra no se termina. ¿Qué raro, no?
La (dis)Función Pública, por su parte, “lealtando” muy bien. Por algo dejó Germán El Victorioso, actual timonel de la trajinera color azul rata, a su achichincle –y pariente de Calderón— Vega Casillas a cargo del changarro. Y no se puede quejar: es mejor refugio para los “leales” que Isla Tortuga en el siglo XVII o que Hole in the Wall en el Viejo Oeste. Por algo Germán y Molinar, leales ambos, fueron vice-coordinadores de la PANdilla en la Legislatura anterior. También les ayuda a cuidar una señora de Celaya, amiga y ahijada de una señora de Zamora que vivía en Celaya, para que nada moleste a “los Gómez del Campo” del sexenio anterior.
La Auditoría Superior de la Federación tampoco le entra. ¿Será porque el presidente de la comisión que la controla en la Cámara de Diputados es hermano de Jesús Ortega “El Dócil”, “El Chucho” que es el mejor amigo de los panistas? ¿Alguien ve por los trabajadores de México? ¿Algún diputado? ¿Algún senador?
Pero, ¿de dónde sale Pancho Suárez Warden? Fue Oficial Mayor, a cargo de la lana, en Gobernación justo cuando Pancho Molinar era subsecretario. Sus funciones eran “administración de bienes materiales; labor de supervisión; licitaciones y adjudicación de contratos de bienes y servicios; manejo de recursos financieros; manejo de recursos humanos; informática”. En esas funciones estaba cuando el atraco de los 1 mil 200 millones del Fonden, y “lealtó” tan bien que a Carmen Segura no le hicieron nada y la blindaron con una diputación local en el DF.
Ya como director de “Administración” en el IMSS (funciones: administración de bienes materiales; licitaciones y adjudicación de contratos de bienes y servicios; manejo de recursos financieros; manejo de recursos humanos; obra pública) este Pancho contrató para proyectos de obras de salud a una empresa de Monterrey que, como Molinar, él mismo, Humberto Ramos et al, tampoco tenía experiencia en hospitales, pero que había trabajado en Gobernación cuando él era oficial mayor.
Fue con él en ese cargo que el IMSS centralizó las compras en 2008. Ya con ello resuelto, contrató —con una licitación a modo—, la compra de prótesis de rodilla con especificaciones menores y obsoletas, pero con un precio 82% mayor.
También fue jefe del brillante Castañeda Gómez del Campo, el del contrato de los 3 mil millones de pesos con la hindú Tata, y también era de su responsabilidad la subrogación de las guarderías.
Posgraduado en Harvard, diplomado en Stanford, graduado del IPADE, es casi casi tan capaz como su subordinado Héctor Morales Rodríguez, subjefe de Procedimientos de Contratación del IMSS, el bachiller de la MacDonald’s Burger University. Los resultados hablan, y hablan tan bien, que hoy es el Oficial Mayor del principado de la SCT, para –adivinó usted— administración de bienes materiales; licitaciones y adjudicación de contratos de bienes y servicios; manejo de recursos financieros; manejo de recursos humanos; con lo que ayuda a Molinar a seguir “lealtando”.
El IMSS tenía 6 mil millones de presupuesto para obras; la SCT tiene 150 mil millones. ¿Se irá a llevar a sus bachilleres? ¿Le suplicó Karam, deslumbrado, que se los dejara?
Jean Francois Molinar, (¡uf, casi le digo Juan Pancho!) el príncipe leal, aparece en la res pública en el IFE, como consejero “ciudadano”, apartidista por definición, y de allí derechito a Bucareli, a la apartidista subsecretaría de (sub)Desarrollo Político bajo las órdenes de Santiago Creel. Después escribe que Creel debe renunciar. Reaparece después como vicecoordinador de los azules (que no suizos), donde habla, habla y habla de democracia, de transparencia, de rendición de cuentas y demás rollos muy vendedores. Lo premian por su operación en el “haiga sido como haiga sido” y llega al Ducado del IMSS: integra el dream team, no termina las obras, gana el premio al trámite más inútil, va conquistando el concurso del burócrata más inútil, se habla de corrupción, su gestión huele, como dijo un azul con barbas, “a picardía”, subroga guarderías a una lista azul que huele a lealtad y que, transparencia de transparencias, no aparece.
Ya cerca del trono, cuando recibe el principado de la SCT, y les dice a los que quieren oír y a los (muchos) que no quieren también, que él es el delfín azul (en el Sureste les dicen toninas), que él, el más distinguido portaestandarte de la filosofía de Gómez Morin, es El Bueno... al más clásico estilo del PRI.
¿Bueno? ¿Quién sabe para qué? Ya se vio lo de Aviacsa, el litigio de Altamira perdido con su padre político, el subejercicio, la cancelación de Punta Colonet…
Las licitaciones están en camino, la (dis)Función Pública lista para “lealtar” las decisiones, la Auditoría Superior de la Federación domesticada…
¿Con estos leales hay que arar?

Índice Flamígero: Todo augura que el PAN será el gran derrotado de este domingo. No se necesita ser adivino para adelantarlo.

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