martes, octubre 27, 2009

El regalo secreto de Bours a la Ford


Autoritario como político, Eduardo Bours fue un desastre como administrador. Fracasó incluso en las operaciones financieras que realizó para reactivar económicamente a Sonora y así proyectar su figura política. Copias de documentos oficiales muestran que, con tal de elevar los indicadores de empleo, Bours incluso le dio “incentivos no fiscales” y “confidenciales” al menos por 100 millones de pesos a la trasnacional Ford Motor Company... Pero ni así.

Eduardo Bours Castelo dejó el estado de Sonora en una situación de emergencia financiera. Al tomar el poder el nuevo gobernador, Guillermo Padrés Elías, encontró las arcas vacías y una deuda presupuestal de mil 402 millones de pesos.
Pero no sólo eso: el nuevo mandatario del PAN también está por comprobar que la administración estatal realizó transferencias irregulares de dinero, como aquella por 100 millones de pesos con la que benefició a Ford Motor Company en 2006, operación que no aparece en las cuentas públicas de Bours porque se hizo a través de un convenio “confidencial”, pero ahora puede ser objeto de una investigación o de auditorías externas.
El excoordinador de Acción Nacional en el Congreso de Sonora, Florencio Díaz, señala que la falta de transparencia fue una de las deficiencias más graves del gobierno anterior, por lo que hace falta auditarlo para conocer con precisión lo que hizo con el dinero del erario estatal.
En el mismo sentido se pronunció la exdiputada del PRD Petra Santos, quien al igual que su colega panista se sorprendió al enterarse del depósito millonario que le hizo Bours a la trasnacional. Ella propone que se forme con ciudadanos una comisión investigadora para llegar al fondo de éste y de otros casos de malos manejos de los recursos públicos.
“No se puede aceptar que se haya dado esa cantidad de dinero, 100 millones de pesos, a una empresa sin que se sepa públicamente, sólo porque se trata de un convenio confidencial. Eso es ilegal porque se trata de recursos públicos y por eso se tiene que investigar”, reitera Santos, quien fue candidata a gobernadora en la pasada elección.
Señala que aunque se generaron empleos, éstos no justifican el monto que Bours le otorgó a Ford y tampoco que lo haya hecho con carácter “confidencial”, ya que de por sí, gracias a su administración, Sonora está en el penúltimo lugar nacional en el rubro de transparencia.
Cuando Bours inició su gobierno en 2003 prometió a los sonorenses que los iba a llevar a los niveles de prosperidad de los países desarrollados. Les ofreció “un estado de primer mundo”.
Basado en el éxito de las empresas de su familia en las ramas vitivinícola, financiera y de venta de autos, Eduardo Bours ofreció crear empleos y para ello firmó un “convenio de coordinación” con Ford Motor Company por 900 millones de pesos, a condición de que la automotriz modernizara y ampliara su planta de estampado y ensamblado en Hermosillo.
Con esa acción, que sí se hizo pública, Bours deseaba iniciar exitosamente su gobierno en Sonora. Necesitaba reafirmarse con acciones populares, ya que ganó el cargo por sólo 1% de votos ante el panista Ramón Corral.
Según el convenio con Ford, cuya copia tiene Proceso, la trasnacional utilizaría los 900 millones para costear la ampliación de la planta mencionada, donde se producirían 300 mil unidades anuales de un nuevo modelo que sólo se vendería en el extranjero a partir de 2005.
Para ampliar su planta, Ford tenía previsto invertir mil 600 millones de dólares, de los cuales mil 200 eran de sus propias arcas; los 400 millones restantes los aportarían proveedores. Ese proyecto implicaba la creación de 6 mil 800 empleos directos, 5 mil temporales y 22 mil indirectos para impulsar el desarrollo económico de Sonora, que se encuentra en último lugar de las entidades fronterizas mexicanas.
Sin embargo, no fue suficiente. Sonora sólo alcanzó a ocupar el lugar 14 de productividad en el país entre 2003 y 2006, según las estadísticas del Instituto Mexicano de Competitividad (Imco). Entonces Bours tomó otra decisión: bursatilizar los impuestos de tenencia, placas y el impuesto a autos nuevos para contar con mayores recursos y realizar grandes obras públicas que la gente asociara con su figura y de esta forma lo catapultaran a la elección presidencial de 2012.
Pero esa medida también falló.
Fracaso confidencial
A mediados de 2007, Bours presentó el Plan Sonora Proyecta (PSP), consistente en crear uno o varios fideicomisos para administrar, en un plazo de 30 años, 114 mil millones de pesos provenientes de los impuestos por tenencia y placas, así como el de autos nuevos.
Para ello, el entonces gobernador mandó al Congreso local dos iniciativas para reformar la Ley de Deuda Pública de modo que permitiera la apertura de un fideicomiso de financiamiento para que el gobierno estatal obtuviera de inmediato hasta 9 mil 200 millones de pesos.
Las iniciativas fueron aprobadas con un solo voto de diferencia. Y el gobernador afirmó que, de entrada, asignaría 4 mil millones de pesos “para detonar” la infraestructura de los 35 municipios, mientras que los 5 mil 200 millones de pesos restantes se destinarían a pagar la deuda pública.
No obstante, los diputados panistas del estado presentaron una controversia constitucional contra la jugada financiera de Bours, alegando que los recursos públicos no pueden ser manejados mediante un fideicomiso privado. Esto paró en seco los planes del ambicioso empresario y político priista. La Suprema Corte de Justicia de la Nación aún no da a conocer su fallo, en tanto Bours, para salir del paso, decidió endeudarse con Banorte por 4 mil 588 millones de pesos.
Esta deuda agravó la emergencia financiera en la que Bours dejó a Sonora, lo que obliga al nuevo gobernador a implantar medidas de austeridad, pues según el secretario de Hacienda estatal, Alejandro López Caballero, en las cuentas bancarias oficiales únicamente quedan 587 millones de pesos.
Paralelamente, y a pesar de ese fracaso, Bours donó de manera confidencial 100 millones de pesos a Ford para que continuara con la ampliación de su planta en Hermosillo y de esa forma creara 12 mil empleos.
El 10 de octubre de 2006, en el salón Constitucional de la sede oficial en Hermosillo, se llevó a cabo una reunión extraordinaria de la Comisión para el Desarrollo Económico de Sonora con Bours. De acuerdo con el acta correspondiente, de la cual tiene copia este semanario, ahí se aprobó que el gobierno del estado le otorgara a Ford un subsidio adicional de 100 millones de pesos como incentivo por la ampliación de su planta armadora.
“Dentro de las negociaciones y compromisos que se emprendieron desde el sexenio pasado y que fueron ratificadas por nuestro gobernador al inicio de esta Administración para con la Empresa Ford Motor Company, S. A. de C. V., se encuentra un subsidio a la tasa de crédito de la señalada empresa correspondiente a la cantidad de 100 millones de pesos a otorgarse del ejercicio 2006”, se asienta en el acta.
En esa reunión, se informó que el gobierno de la entidad recibió una carta de Louise K. Goeser, presidenta y directora general de la trasnacional, en la que señala que Ford cumplió con la meta de generar 12 mil empleos desde que instaló la planta en 1986, por lo cual ya se hacía acreedora de los incentivos fiscales prometidos.
Asimismo, la Comisión para el Desarrollo Económico manifiesta que puede cumplirse el compromiso sin afectar sus fondos originales, aplicando una ampliación presupuestaria.
El acta, firmada por el gobernador, especifica que el acuerdo es “confidencial” e incluye un llamado a los funcionarios sonorenses para que respeten esa condición:
“Es necesario que independientemente de lo que se decida en esta reunión, los hace partícipes de un Acuerdo de Confidencialidad que el Gobierno del Estado tiene suscrito con la Empresa Ford Motor Company, S.A. de C.V., en el que se establece que cualquier documento, comunicación, o resolución que sea presentada, contestada o emitida a la citada empresa, en relación a este tema, tiene carácter de CONFIDENCIAL; por lo que solicita su compromiso de mantener este asunto en esos términos.”
De acuerdo con el acta, en esa reunión se sometió a voto la solicitud de la representante de Ford y la consiguiente entrega inmediata de los “incentivos no fiscales”. La medida fue aprobada por unanimidad y la sesión extraordinaria se cerró a las 13 horas del 10 de octubre de 2006.
Dos meses después, el 14 de diciembre, la Secretaría de Economía de Sonora emitió un cheque de Banorte por 100 millones de pesos –del que Proceso también tiene copia– y lo transfirió vía electrónica a una cuenta de Ford Motor Company en HSBC.
De esa manera se cerró el trato de Bours con Ford, empresa que desde 2003 anunció que invertiría mil 200 millones de dólares en la ampliación de su planta en Hermosillo con el fin de producir los modelos de lujo Fusion, Mercury Milán y Lincoln Zephyr. Este último es el primero de su tipo que se fabrica fuera de Estados Unidos.
Sin embargo, la disposición del gobierno de Bours para facilitar la ampliación de la planta automotriz fue más allá.
Según una carta de Raymundo García de León, presidente ejecutivo del Consejo para la Promoción Económica de Sonora (Copreson), fechada el 2 de mayo de 2003 y dirigida a la Secretaría de Hacienda del estado, desde entonces ya se había negociado con Ford un subsidio a la tasa de crédito por 32 millones de dólares para 2005 y 2005.
En esa misiva se desglosa el apoyo que el gobierno de Bours heredaría a los gobiernos sucesivos hasta 2015: la aportación para el subsidio a la tasa de crédito sería de 10 millones de dólares anuales, es decir, en el periodo de 2005 a 2015 se daría una ayuda a la trasnacional por un total de 132 millones de dólares.
Este compromiso, precisa la carta de García de León, se traduciría “en obras, derechos, becas para la capacitación, infraestructura para proveedores y para la zona donde se ubicara el proyecto”, y con la condición de que Ford cumpliera con la generación de 12 mil empleos directos.
Pero el compromiso de la trasnacional quedó en entredicho. Según el economista Germán Palafox, investigador de la Universidad de Sonora, la entidad únicamente se benefició con 3 mil empleos y la empresa se quedó con todas las ganancias.
Opacidad gubernamental
Al revisar la cuenta pública de Sonora correspondiente a 2007 y 2008, donde debieron registrarse todos los apoyos públicos que el gobierno de Eduardo Bours dio a las empresas para la generación de empleos, no se encontró información sobre el acuerdo con la trasnacional automotriz.
Florencio Chito Díaz, entonces coordinador de la bancada del PAN en el Congreso de Sonora, tampoco recuerda haber visto, en los informes financieros que Bours envió a los legisladores, el apoyo que se daba a Ford.
“Ni la más mínima idea tengo al respecto –dice cuando se le pregunta si se enteró de que Bours le dio 100 millones de pesos a Ford–; muchas de las cuentas públicas que nos enviaban a los diputados ya estaban ‘planchadas’; la verdad, yo no recuerdo haber visto nada de ese dinero”, insiste.
Pero señala que, también por aquellas fechas, el gobierno de Bours “olvidó” registrar el ingreso de 500 millones de pesos por la concesión de la carretera Santa Ana-Altar. Señala que cuando él cuestionó a la Secretaría de Hacienda del estado dónde estaba ese dinero, la dependencia le mandó a destiempo y sin detalles una lista de obras donde supuestamente se había invertido.
“No sé si haya salido de ahí una parte del dinero para la Ford, pero es evidente que ningún gobierno tiene a su disposición tanto dinero para dárselo a alguien de manera inmediata. Estoy especulando, pero igual pudo haber salido ese dinero para la Ford de la concesión de la carretera”, comenta Díaz, quien actualmente es delegado de la Comisión Nacional del Agua en Sonora.
Sostiene que la falta de transparencia fue precisamente una de las deficiencias más graves del gobierno de Eduardo Bours, y que hace falta auditar su administración para conocer con exactitud cómo manejó los recursos financieros de la entidad.
A su vez, la exdiputada Petra Santos recuerda que ella nunca votó por la aprobación de la cuenta pública que el gobernador enviaba al Congreso, porque el PRI siempre negociaba con el PAN.
La perredista supone que ambos partidos se pusieron de acuerdo para no dar a conocer el convenio confidencial de Bours con la trasnacional. “Llegaban a arreglos para no sacar la información. Yo nunca supe de esos 100 millones de pesos. Cuando nos daban la cuenta pública, ya llegaba negociada y ni siquiera podíamos revisarla. Si querías poner una solicitud en el Instituto de Transparencia, no había posibilidad de tener la información porque la manejaba el Instituto Electoral, que estaba a favor de Bours”, reitera.

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