jueves, octubre 22, 2009

Plan B. La calle de la esperanza

Por Lydia Cacho





22 octubre 2009

Una mujer del estado de México detectó a un sujeto que estacionaba su auto frente a su casa en una calle con muy poca circulación. Días después observó que se drogaba en el vehículo y que otros jóvenes se le acercaban, aparentemente a comprar tachas.

La señora pensó en llamar a la policía, pero tomó una decisión increíble: competir con el probable narcomenudista. Limpió su garage y con su pequeño hijo fue a rentar unas películas. Llamaron a los amigos, hicieron palomitas y en un par de semanas el cine en su casa tuvo tal éxito entre los chavitos que la mujer decidió, unida ya a sus vecinos, cerrar la calle por la tarde. Improvisaron una pantalla con sábanas, otro vecino trajo un aparato de sonido y las y los jóvenes decidieron crear un grupo de debate sobre las películas.

El cineclub vecinal se convirtió en un éxito. Ante la falta de espacios públicos adecuados para que se reúnan, jueguen, se diviertan y aprendan a vivir en comunidad niños, niñas y adolescentes, la solución fue la determinación creativa de una mujer que se negó a reaccionar desde el enojo. En lugar de esperar decidió actuar y el resultado es magnífico. El hombre que se drogaba en el auto se fue y nadie lo ha visto en esa zona.

Una tarde, con la calle llena del feliz auditorio, la policía intentó arrestar a la dueña de las sábanas y del videoproyector. A pesar de explicarle a la autoridad que ese no es un negocio sino un proyecto social vecinal, una alternativa para las y los jóvenes, la policía insistió.

Otra vez la mujer le dio la vuelta al problema. Se sumó un grupo de artistas con un plan de alcance estatal que incluye acciones concretas de prevención de adiciones y violencia a través del teatro y del cine. Unido al plan hay un experto en seguridad que prepara un proyecto de prevención proactiva de adicción y violencia similar al que se implementó en Londres con éxito. En muchos rincones de México hay gente sembrando ideas y acciones para transformarlo. Hoy celebro este ejemplo inspirador.

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