martes, abril 27, 2010

Nunca se habían atrevido a tanto

Por Guillermo Fabela Quiñones

La violencia en muchas partes del país sigue en aumento, situación que demuestra el fracaso de la estrategia gubernamental para enfrentar este grave problema. Sin embargo, según el secretario de Gobernación, Fernando Gómez Mont, tal recrudecimiento se debe a que “cada vez son menos los miembros del crimen organizado”. Cabe suponer que cuando no haya un solo capo, la nación será un hervidero de sangre derramada, de acuerdo con el razonamiento del funcionario. Semejante absurdo patentiza la falta de seriedad de un “gobierno” que sigue empeñado en mantener políticas públicas que lesionan y debilitan el tejido social, como lo demuestran los hechos. Parece que no se dan cuenta, ni Felipe Calderón ni los principales miembros de su gabinete, que México vive en la antesala del infierno, no sólo por lo que concierne a las actividades del crimen organizado, sino porque la economía sigue hundiéndose, a pesar de los miles de millones de pesos gastados en propaganda engañosa.
Es fácil suponer que millones de mexicanos afectados por el clima de violencia que se vive en México, no pueden estar de acuerdo con el titular de Gobernación cuando afirma que él se siente a salvo en la guerra contra el crimen organizado y que no tiene miedo. Según Gómez Mont, “Sólo corren peligro quienes tienen miedo”, aseveración incorrecta desde cualquier punto de vista, porque el temor es consustancial a cualquier individuo normal que tiene un mínimo sentido de conservación. Es impensable, en las actuales circunstancias, no sentir miedo ante una realidad inédita, demostrativa de una terrible descomposición social que rebasa las posibilidades del Estado para superarla. No, desde luego, mientras al frente del Ejecutivo esté un mandatario ajeno por completo a las necesidades concretas de la población nacional, una de las principales causas de la situación prevaleciente.
La guerra de Calderón contra el narcotráfico ha tenido resultados contraproducentes, no los que espera la ciudadanía. Los hechos patentizan que es falso que “los inventarios de personas y sicarios que tiene la delincuencia se han ido reduciendo de manera notable, y están tratando de dirigir su capacidad de fuego a lo que más temen en este momento: la autoridad”. Lo que ha logrado el inquilino de Los Pinos con su terquedad, es demostrar claramente que el gobierno federal no está capacitado o no tiene una verdadera voluntad para enfrentar al crimen organizado. Lo único que se ha conseguido realmente, de conformidad con los hechos, es que las organizaciones delictivas se fortalecieran a niveles nunca antes vistos, y que ahora en la Casa Blanca en Washington digan que los mexicanos no podemos resolver solos el gravísimo problema de la inseguridad y del combate al narcotráfico.
Si ese era el verdadero objetivo que buscaba Calderón, lo consiguió plenamente. Quizá el pago a su obediencia sea un mayor apoyo del gobierno estadounidense al PAN para que siga en el poder y cumpla el plan denominado “México2030, Proyecto de Gran Visión”, el cual asumió Calderón a partir de que ocupó la silla presidencial. En éste se contempla la anexión de México a Estados Unidos, con el fin de que las economías de ambos países se rijan de conformidad con los intereses de la nación vecina y los recursos energéticos mexicanos pasen a ser administrados por Washington. Se plantea la promulgación de una nueva Constitución en la que se aboliría la propiedad pública, se desconocerían los derechos colectivos de los trabajadores y quedaría nulificado el concepto de soberanía nacional.
Ello explica el empeño en aprobar una reforma laboral acorde con tales lineamientos, así como el afán ilimitado de privatizar PEMEX y la Comisión Federal de Electricidad. Desde luego, así tiene sentido una medida tan impopular como la liquidación de Luz y Fuerza del Centro y el finiquito del Sindicato Mexicano de Electricistas, por el que se dejó en el desempleo a 44 mil trabajadores. Lo que no tiene explicación es cómo, a medida que la burocracia dorada “mexicana” se muestra más obsecuente con el gobierno y las autoridades estadounidenses, los resultados son tan contraproducentes, como lo demuestra la recién aprobada ley contra los emigrantes en el estado de Arizona, que si no se deroga de aquí a tres meses, permitirá a los policías de esa entidad detener a cualquier persona que les parezca sospechosa de ser indocumentada. Nunca antes la relación bilateral se había visto tan negativa para los intereses de México, nunca antes la Casa Blanca se había atrevido a tanto, con excepción de los acontecimientos de 1847 y 1914.

(gmofavela@hotmail.com)

No hay comentarios.: