sábado, mayo 15, 2010

El pozo y nosotros

Manú Dornbierer
Satiricosas

A principios del sexenio, los “gritones de Calderón” querían privatizar a Pemex a la brevedad y llenaban sus espacios informativos con una desvergonzada propaganda neoliberal. Querían que México regalara el Golfo a las compañías petroleras extranjeras para perforar a grandes profundidades inmediatamente. Querían hacer creer que sólo esa traidora medida “moderna” nos salvaría. Era indispensable entregar el petróleo y rápido, porque Pemex no servía para nada y de todos los ingenieros petroleros nacionales no se hacía uno. La tecnología mexicana era de carcajada, decían.
Lo que callaban era que para entonces, además de apoderarse financieramente de la paraestatal, Fox había sobreexplotado el pozo Cantarell, que naturalmente empezaba a disminuir su producción. Tampoco se dijo que Fox rellenó a Pemex de panistas amigos para poder saquearlo. Su esposa Marta Sahagún insertó a César Nava, su ahijado y amigo de sus hijos Bribiesca, como jefe del Jurídico de Pemex. Hoy es presidente nacional del PAN, pero entonces sólo tenía manipulables 25 años, corta edad para ser el abogado de una de las empresas petroleras más grandes del mundo, perteneciente a todos los mexicanos.
Calderón y sus gritones eran ¿o aún son? grandes admiradores de George W. Bush y sus halcones, creadores del terrorismo mundial que produjo entre otros horrores la guerra de Irak, financiada por el gobierno bushista con todo y el Congreso de Estados Unidos que pareció caer en sus redes. El objetivo real era que los hombres de negocios occidentales, gringos e ingleses, se apoderaran de ese país y finalmente obtuvieran inmensos contratos de reconstrucción una vez concretada la destrucción de ese país. Esa fue la manera de Estados Unidos de “llevar la democracia” al país de su antiguo socio y por fin odiado enemigo Saddam Hussein. Bien decía en el famoso sitio de Internet “Rebelión” Pascual Serrano en aquel atroz 2003: Es habitual hablar de los intereses de Estados Unidos en el petróleo iraquí y en el control de Oriente Medio. Pero no se trata de los intereses de un país, sino de la cleptocracia que rodea al presidente Bush. Son un grupo de altos ejecutivos de las multinacionales petroleras, energéticas, químicas, farmacéuticas y automovilísticas que han asaltado el poder de la mayor potencia del mundo con el único objetivo de enriquecerse sin importarles los crímenes que tengan que cometer para ello.
A éstos querían ¡y siguen queriendo! entregar el petróleo de México los neoliberales mexicanos salinistas, zedillistas, foxistas, calderonistas. Y fue
para detener los peligrosísimos spots en pos de la entrega de Pemex que se organizó y llevó a cabo públicamente el Foro del Petróleo que pudimos seguir los ciudadanos por televisión para enterarnos con veracidad de lo que es la fortuna petrolera de México, así priístas y panistas metan en ella las manotas hasta el codo. Un reproche al Foro: No invitaron los organizadores ingenieros petroleros al que entre ellos destacó en la producción de petróleo de México, el ingeniero Jorge Díaz Serrano, director de Pemex de diciembre 1976 a junio 1981, cuando fue destituido de su puesto por haber aumentado en dos dólares el precio del barril de crudo, como todas las demás compañías petroleras del mundo. ¿Por qué, señores, ese gesto de apoyo a las intrigas de los gobiernos priístas de López Portillo y De la Madrid que usaron a JDS vilmente para desarrollar la producción y abrir el mercado mundial del petróleo, y en reconocimiento, lo trataron de ladrón porque no pudo impedir que López Portillo impusiera a su hermana Alicia en PEMEX, para que “ganara la pobrecita” una buena comisión sobre la compra de unos barcos. Una prisión de 5 años fue el premio de JDS. Salinas ya había pactado con su jefe George Herbert Bush la entrega de Pemex a ese país que Juan Ramón Jiménez llama “Téxico”. Díaz Serrano estorbaba.
Como se adelantó a su época al convertirse de empresario en funcionario, y como además quería ser presidente, la gente de izquierda no lo quería y sin embargo alguien como Fausto Fernández Ponte, al ver el deterioro de Pemex en los años posteriores, recordaría lo que hizo en su trienio:
“Nuestro país en es momento había iniciado un programa petrolero y petroquímico exitoso. Se habían inaugurado las refinerías de Salina Cruz y Tula, lo que nos permitía ser exportadores de petrolíferos y petroquímicos, además de que iniciaba la gran producción de petróleo crudo en Cantarell, lo cual nos colocaba como un jugador importante en el ámbito petrolero. Y en petroquímica habíamos pasado de una producción de 3 millones de toneladas a 10 millones y se estaban instalando 12 plantas más que nos permitírían una producción de 20 millones de toneladas. Cangrejera y Pajaritos eran los complejos petroquímicos más grandes del mundo, y con alta tecnología diseñados y construidos por mexicanos auxiliados por el IMP, (Instituto Mexicano del Petróleo). Nada se descuidaba. En el sector eléctrico se había terminado el Sistema Hidroeléctrico de Chicoasén y entre otras, contábamos con las termoeléctricas de Tula y Salamanca, mismas que se instalaron junto a las modernas refinerías. Contábamos además con una Industria Petroquímica privada que se desarrollaba al mismo ritmo que la paraestatal. No había conflictos y crecíamos en ese momento a un 6 por ciento del PIB acumulado, a pesar de un crecimiento demográfico al 3 por ciento. Hoy, en estos 22 años de “liberalismo económico” (de Miguel de la Madrid a Vicente Fox), crecimos el 1.5 por ciento en promedio, y el mejoramiento de la relación PIB/POB sólo ha sido de 0.96, menos de la mitad de los sexenios anteriores al neoliberalismo económico”. Sic dixit Fausto Fernández Ponte.
¿Qué pasó? Lo dicho ¡Téxico! A mi entender Salinas pactó con Bush, el viejo, la entrega de Pemex a las compañías privadas extranjeras, ergo la entrada del neoliberalismo. Pero, dirán, Salinas es posterior a De la Madrid. Sí, pero el maestro De la Madrid obedecía al genio del mal, que era su subalterno, Salinas. Quizás nunca se lo perdonó a sí mismo y por eso le soltó a Carmen Aristegui la sopa del robo de Salinas de la Partida Secreta de la presidencia, que hoy, en conveniente víspera de elecciones, le vale a Carmen el Premio Nacional, en la modalidad de entrevista, que otorga Gobernación. Hay que pedirle sin embargo que no se detenga, que vuelva a entrevistar
a De la Madrid para aligerarle otra vez la conciencia. Le podría preguntar ¿por qué obedeció a Salinas para tronar a Pemex? Probablemente una de las respuestas sería: Porque Díaz Serrano me disputaba la presidencia. Pero el compromiso es con el país. Debió superar todas las intrigas mezquinas de aquel momento histórico, cuando Don José se convirtió en el Jolopo. Felicidades, Carmen. Y recuerda, aún hay mucho hilo que extirpar del corazoncito quizás arrepentido de MMH. Y tú sí sabes cómo hacerlo.
Me abrió la caja de remembranzas históricas otro spot emitido por los jóvenes, (aunque ya no tanto) gritones neoliberales, titular del jueves pasado de no sé qué periódico de la misma traidora parroquia: “¡Hay que abrir Pemex, YA!”.
¿Qué, no escarmientan? ¿No les parece elocuente en materia de capacidad tecnológica de ingleses y gringos el desastre de la plataforma de Transocean que operan la British Petroleum y la siniestra Halliburton de Dick Cheney, ergo de los “arbustos” que nacieron torcidos? ¿Les convence la alta tecnología y pericia de las tres compañías que han sido llamadas a cuentas por el Senado de Estados Unidos y deberían serlo también por el Mexicano, porque el atacado se llama Golfo de México? Gravísimas consecuencias ecológicas se prevén en todo el Golfo. Por lo pronto el ecosistema de las costas de Louisiana y todo el Norte de las aguas marinas, están siendo inundados de petróleo. La fauna marina y terrestre lo están padeciendo. Las compañías han producido con la explosión y hundimiento de la citada plataforma el mayor accidente submarino de la historia.
La plataforma hundida es propiedad de Transocean, la más grande y antigua compañía de plataformas marinas, con 18 mil empleados. ¡Máxima tecnología! Y el pozo fue subcontratado por British Petroleum y Halliburton, el conocido meganegocio de Dick Cheney (secretario de Guerra de Bush, el viejo, inventor de la Guerra de las Drogas y vicepresidente de Bush W). Cheney presuntamente renunció a Halliburton por 36 mdd en 2000. Sí, cómo no. Halliburton fue privilegiada en Irak y es la compañía que más ganó y gana con la guerra de Irak -16 mil millones de dólares en 2006-, pues entre otras cositas surtió y surte todas las necesidades del Ejército invasor, desde las botas de los soldados hasta las hamburguesas que se comen. British Petroleum, de la que más se habla -¿quizás para tapar a Dick Cheney y a los arbustos?- y la que se ha hecho responsable del desastre de pozo, se precia de operar en los seis continentes y en 100 países. En Irak recibió a fines del año pasado una de las grandes concesiones del petróleo iraquí. Con la China National Petroleum Corporation (CNPC), anunció BP la firma de un contrato con la SOC, South Oil Company, del gobierno iraquí, para aumentar la producción del gigantesco campo de Rumaila, cerca de Basora en el Sur del país destruido por la guerra de gringos e ingleses.
Sus enemigos republicanos llaman al accidente del pozo “El Katrina de Obama” y es que durante el bushismo las leyes destinadas a minerales y petróleo se manipularon a modo. “Minerals Management Service”, dependencia del “The Interior Department” (Gobernación) minimizó los riesgos de perforación en los océanos y de sus efectos sobre el entorno. ¿Obama no tuvo tiempo de darse cuenta y enmendar esa peligrosísima plana? El pozo en cuestión operó sin respetar siquiera los reglamentos con que operan otras platafomas en el mundo. Pero una frase histórica de Obama en su toma de posesión fue “Bush is a nice person”.
¿Complicidad imperial?

http://satiricosas.es.tl

No hay comentarios.: