Por Fausto Fernández Ponte
29 julio 2010
ffponte@gmail.com
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“El tiempo del México de hoy requiere incontables ajustes”.
Arnoldo Kraus.
I
De los 30 miembros de la Mafia del Poder, descrita por Andrés Manuel López Obrador en su libro ”La mafia que se adueñó de México… y el 2012”, sólo 16 son meganegociantes o macroempresarios u hombres de la iniciativa privada.
A esos 16 se les suma uno que posee la doble peculiaridad de ser a la vez un meganegociante --célebre por su inescrupulosidad— y un político celebrado por no pocos por su vocación por la impudicia para adherir México a Estados Unidos.
Éste personaje es Carlos Salinas de Gortari, quien fue Presidente de México de 1988 a 1994, investidura que alcanzó mediante un golpe de Estado en el cual fue cómplice un nuevo paladín de la izquierda mexicana, Manuel Bartlett Díaz.
Don Carlos, por supuesto, es el gran santón no sólo de esos 16 meganegociantes miembros de la Mafia del Poder, sino también de las otras vertientes de dicha Mafia, las de los políticos –que son 11— y de los tecnócratas (que son tres).
Como gran santón –tal vez sumo pontífice--, el señor Salinas ejerce una enorme influencia, tan extendida que en ciertos cenáculos del poder real, el del dinero, en México y Estados Unidos se le considera un “jefe máximo”. Ejerce, así, un maximato.
II
Su maximato económico-político trasciende transversalmente los ámbitos partidistas –PRI, PAN, PRD, etc.--, pues éstas organizaciones son, para los efectos prácticos de sus intereses propios y coaligados, solamente instrumentos de presión y control.
La investidura de gran santón la debe el señor Salinas a que durante su presidencialado dispensó, no sin largueza, los gajes de la venta de empresas del Estado a particulares, algunos de los cuales ya eran muy ricos hipernegociantes de nota.
Menciónese que en esa relación de 16 negociantes de la Mafia del Poder, el autor del libro aquí citado, el señor López Obrador, excluyó a María Asunción Arámburuzavala –la mujer más rica de México-- y Ernesto Zedillo, notorio vendepatrias confirmado.
La lista la encabeza, como bien podría suponerlo el caro leyente, Carlos Slim, el hombre más rico del mundo, pues su fortuna, según cálculos de Forbes, es de unos 53 mil millones de dólares. Él ya era muy rico cuando el señor Salinas le regaló Telmex.
Al señor Slim la suspicacia popular lo sitúa, presuntamente, como prestanombre de su tocayo, el exPresidente Salinas, por lo que piénsase que, en realidad, el hombre más rico del mundo es éste y no aquél. Compró incluso acciones de The New York Times.
III
Después del señor Slim (o el exPresidente Salinas, si usted lo prefiere) don Andrés Manuel incluye a Emilio Azcárraga Jean, el socio mayoritario de Televisa y una miríada de empresas alimentadoras y conexas más. Le sigue Roberto Hernández.
Del señor Hernández se puede decir que vendió el Banco Nacional de México a Citicorp en unos 12 mil millones de dólares, transacción la cual no causó impuestos. Un tercio de Banamex es propiedad del gobierno de EU, lo que viola leyes mexicanas.
Siguen Ricardo Salinas, Pliego (de TV Azteca, Elektra y otras), Alberto Bailleres –a quien el señor Salinas regaló la mina más grande del mundo, entre otras tres empresas paraestatales--, Germán Larrea Mota Velasco, dueño de Pasta de Conchos y Cananea.
A la lista se suman Gastón Azcárraga, Lorenzo Servitje (de Bimbo) Jerónimo >Arango, Roberto González (el de Banorte), Claudio X. González, Alfredo Harp Helú, Lorenzo Zambrano, Carlos Peralta, Dionisio Garza Medina y José Antonio Fernández.
El señor Servitje es otro gurú –líder espiritual-- de los meganegociantes de la Mafia del Poder y quien hace un par de años, descontento por la inepcia de Felipe Calderón, dijo que el sexenio de éste ya había cesado. “Corrió”, pues, de su puesto a don Felipe.
ffponte@gmail.com
Arnoldo Kraus.
I
De los 30 miembros de la Mafia del Poder, descrita por Andrés Manuel López Obrador en su libro ”La mafia que se adueñó de México… y el 2012”, sólo 16 son meganegociantes o macroempresarios u hombres de la iniciativa privada.
A esos 16 se les suma uno que posee la doble peculiaridad de ser a la vez un meganegociante --célebre por su inescrupulosidad— y un político celebrado por no pocos por su vocación por la impudicia para adherir México a Estados Unidos.
Éste personaje es Carlos Salinas de Gortari, quien fue Presidente de México de 1988 a 1994, investidura que alcanzó mediante un golpe de Estado en el cual fue cómplice un nuevo paladín de la izquierda mexicana, Manuel Bartlett Díaz.
Don Carlos, por supuesto, es el gran santón no sólo de esos 16 meganegociantes miembros de la Mafia del Poder, sino también de las otras vertientes de dicha Mafia, las de los políticos –que son 11— y de los tecnócratas (que son tres).
Como gran santón –tal vez sumo pontífice--, el señor Salinas ejerce una enorme influencia, tan extendida que en ciertos cenáculos del poder real, el del dinero, en México y Estados Unidos se le considera un “jefe máximo”. Ejerce, así, un maximato.
II
Su maximato económico-político trasciende transversalmente los ámbitos partidistas –PRI, PAN, PRD, etc.--, pues éstas organizaciones son, para los efectos prácticos de sus intereses propios y coaligados, solamente instrumentos de presión y control.
La investidura de gran santón la debe el señor Salinas a que durante su presidencialado dispensó, no sin largueza, los gajes de la venta de empresas del Estado a particulares, algunos de los cuales ya eran muy ricos hipernegociantes de nota.
Menciónese que en esa relación de 16 negociantes de la Mafia del Poder, el autor del libro aquí citado, el señor López Obrador, excluyó a María Asunción Arámburuzavala –la mujer más rica de México-- y Ernesto Zedillo, notorio vendepatrias confirmado.
La lista la encabeza, como bien podría suponerlo el caro leyente, Carlos Slim, el hombre más rico del mundo, pues su fortuna, según cálculos de Forbes, es de unos 53 mil millones de dólares. Él ya era muy rico cuando el señor Salinas le regaló Telmex.
Al señor Slim la suspicacia popular lo sitúa, presuntamente, como prestanombre de su tocayo, el exPresidente Salinas, por lo que piénsase que, en realidad, el hombre más rico del mundo es éste y no aquél. Compró incluso acciones de The New York Times.
III
Después del señor Slim (o el exPresidente Salinas, si usted lo prefiere) don Andrés Manuel incluye a Emilio Azcárraga Jean, el socio mayoritario de Televisa y una miríada de empresas alimentadoras y conexas más. Le sigue Roberto Hernández.
Del señor Hernández se puede decir que vendió el Banco Nacional de México a Citicorp en unos 12 mil millones de dólares, transacción la cual no causó impuestos. Un tercio de Banamex es propiedad del gobierno de EU, lo que viola leyes mexicanas.
Siguen Ricardo Salinas, Pliego (de TV Azteca, Elektra y otras), Alberto Bailleres –a quien el señor Salinas regaló la mina más grande del mundo, entre otras tres empresas paraestatales--, Germán Larrea Mota Velasco, dueño de Pasta de Conchos y Cananea.
A la lista se suman Gastón Azcárraga, Lorenzo Servitje (de Bimbo) Jerónimo >Arango, Roberto González (el de Banorte), Claudio X. González, Alfredo Harp Helú, Lorenzo Zambrano, Carlos Peralta, Dionisio Garza Medina y José Antonio Fernández.
El señor Servitje es otro gurú –líder espiritual-- de los meganegociantes de la Mafia del Poder y quien hace un par de años, descontento por la inepcia de Felipe Calderón, dijo que el sexenio de éste ya había cesado. “Corrió”, pues, de su puesto a don Felipe.
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