domingo, agosto 15, 2010

Fidel Castro apoya la lucha del pueblo mexicano

“Como renuevos cuyos aliños, un viento
Helado marchita en flor. Así murieron los
Héroes niños, bajo la bala del invasor.
Así fue, …..(Lecturas Mexicanas. Frag. 1927)

Introduzco con este corto epitafio, el tema central del presente artículo dedicado a toda esta juventud, de hoy, de mañana, y los que somos del ayer. Nuestra juventud mexicana, masacrada, humillada y marginada, se ha ido abriendo paso a punta de bayoneta y hachazos. No solamente, en los actuales momentos, en que la perversión y la maldad han tocado el límite de un pueblo siempre bajo el yugo de yanqui y del pentágono. Por siglos hemos pertenecido moral y emocionalmente del extranjero. El disimulo y la hipocresía son equivalentes a la profunda corrupción que existe, sobre todo en estos últimos sexenios, ultraderechistas, que pretenden lavar su infamia haciendo parafernalias fúnebres a los verdaderos héroes que nos dieron libertad. Una simulación lesiva en gastos y humillaciones con los aniversarios de la Independencia y la Constitución. Es de notar que en esta última fase del capitalismo rapaz, la crueldad ha anidado en miles de mexicanos, por no decir millones. Se manifiesta en las expresiones de la pobreza y el castigo inmerecido de los que siempre están arriba por encima de subordinados a trabajos de esclavos; miles de asesinatos de mujeres en Juárez y en el resto del país; fosas clandestinas de cientos de cadáveres; maestros de todos los niveles, que olvidando que están frente a seres humanos en formación, sin escrúpulo alguno se ciñen a las políticas del Fondo Monetario Internacional. Millones de ciudadanos, mal informados, por los medios de comunicación y por el soborno de prebendas y canonjías dadas por el poder del oligarca criollo, arrodillado ante el fascismo del judío internacional. No se dan cuenta que el marco y la forma del Gran Capital ha sido ya rebasado por el contenido de la sobrepoblación y la explotación a la misma. La ley fuera de la ley, el vacío de poder existente.
Una nación pobre, incluso más que Haití, debido a la corrupción imperante que ha penetrado hasta los rincones más apartados de la patria, debido al maquillaje y al disfraz que se traspasa desde el imperio hasta nuestra gente, convirtiendo a muchos en seres insensibles, individualistas y sobre todo autoconsiderándose como los elegidos de dios. Habemos muchos que hemos sido íntegros en convicciones e ideales, y que seguramente se nos recordará como inflexibles. Porque hemos luchado desde nuestra juventud, junto al pueblo, probado del cáliz más amargo que es la traición, y no hemos perdido la fe y la esperanza de un cambio verdadero. Gente muy conocida en los medios y miles de incógnitos y anónimos que hemos entregado la vida y hasta los hijos con tal de preservar los valores patrios y las costumbres naturales de esta gran patria que es México. Y aunque el territorio mexicano, suelo, subsuelo, aire, mar y tierra; ya está concesionado y comprometido a todas las transnacionales y a los billonarios que se han enriquecido con nuestro trabajo y sudor; aún estamos aquí, y no nos moverán. Están ya saliendo a flote las estructuras de nuestros antepasados que hace miles de años pusieron los cimientos de América Latina, desde Texas hasta la Tierra del fuego. Nuestros dioses reclaman lo suyo y tenemos que responderles.
Toda esta introducción para agradecerle al Comandante Fidel Castro, que ha vuelto su mirada hacia este pueblo. A través del libro “La mafia que se adueñó de México y …el 2012”. Escrito por Andrés Manuel López Obrador. Para todos los que estuvimos con él, a partir del llamado “desafuero” que le orquestó la CIA para impedir su llegada a la presidencia, y por medio de los miles de esbirros y traidores que se vendieron a los millones de dólares, hasta el 6 de Julio de 2006, para todos nosotros, cayó como un rayo el fraude electoral, muchos aún con la fuerza y el coraje, seguimos adelante en la campaña de “voto x voto, y casilla x casilla”. Nos fueron minando poco a poco, el desaliento y la impotencia, hizo presa de nosotros, la juventud se desanimó, la Suprema Corte de Justicia y el Tribunal Electoral clavaron el puñal venenoso de la represión, en los seguidores de este gran hombre y líder mexicano. Muchos jóvenes se dejaron morir, otros se perdieron y los mayores caímos en la depresión. La mecánica y la estrategia capitalista en su fase final, el neoliberalismo, hizo rompecabezas de nuestras culturas, provocando indiferencia y descalificación a los problemas sociales, no sólo de México, sino del mundo en general, generando el exacerbado individualismo sobre todo de las clases medias, y aún entre los pobres. Por ello, no es de extrañarse que los gobiernos nuestros, aprueben, voten y se agachen ante los raídos organismos internacionales, que, estando en puerta una probable catástrofe nuclear, donde Israel y los EE.UU. serían los absolutos responsables, y todavá en este país, se limite y tergiversar la realidad de los acontecimientos Hoy, no estoy para abrir la boca, y contar la inmundicia y pantano en que nos ha sumido el imperio. La absoluta impunidad en todo, desde ladrones de presupuestos no ejercidos; víctimas jóvenes del trato de blancas y niños; crímenes arteros; cohecho en los pagos de los servicios elementales de la población, desastres, inundaciones y terremotos, no naturales, sino ensayados por el pentágono en sus proyectos Harp y demás, entre ellos lo miríada de clubes como el de Roma, el Bilderberg, con el único propósito de amedrentar a pusilánimes y timoratos y correr la voz de todos aquellos que luchamos con la convicción de seguir a Andrés Manuel, se nos considere como malvados, herejes y sobre todo peligrosos.
¡Cómo no agradecerle a Fidel Castro, que mire hacia acá! Nos da fuerza, coraje y valor. Porque siempre hemos estado seguros de la valentía y honestidad del líder que hasta hoy ha sido el único de no claudicar. Hemos visto, sobre todo nosotros los adultos mayores, caer a muchos, asesinados, abandonados y traicionados. Solo que ahora estaremos más con él, hasta un final.
Gracias a nuestro guía y maestro desde que éramos muy jóvenes, al compañero Fidel Castro, que por cierto, hoy cumple sus 84 años y le deseamos los parabienes que merece un líder de su talla.

Eugenia Díaz Medina. Chihuahua, Chih., 13 de Agosto de 2010

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