La Organización de Naciones Unidas (ONU) fue creada el 24 de octubre de 1945 por 51 estados en la ciudad de San Francisco (oeste), Estados Unidos, con las metas esenciales de
preservar la paz y la seguridad, impulsar el desarrollo económico y
social y defender los derechos humanos. En la actualidad el organismo cuenta con 193 estados miembros.
Una mirada al mundo nos muestra que no ha cumplido con ninguno de sus objetivo. Hoy la ONU cumple 67 años de su fundación y de servir como instrumento imperial para imponerse y justificar acciones bélicas que convienen a la oligarquía mundial y que han costado millones de vidas en todo el planeta.
Desde hace 20 años que se le solicitan cambios y recibe duras críticas a la reiterada intromisión del imperio en otros países para dominarlos, saquearlos y cometer genocidios.
El llamado Consejo de Seguridad es la muestra de que es un organismo completamente antidemocrático en el que se toman todas las decisiones importantes y sólo está conformado por Estados Unidos, Reino Unido, Rusia y China. África, por ejemplo, no cuenta con un representante permanente en el Consejo de
Seguridad a pesar que la mitad de los temas de su agenda están
relacionados con el continente africano. América Latina, tampoco.
Hace más de 20 años que la gran mayoría de los países de la Asamblea General se pronuncian en contra del bloqueo a Cuba y el bloqueo continúa. Es la fecha que la resolución 181 respecto a Palestina pronunciadas en 1947 no se cumple. Como éstos hay cientos de casos.
Su secretario general, Ban Ki-moon, el títere de turno, advirtió que a más de seis décadas de la fundación del organismo, el mundo atraviesa un período de profunda inestabilidad, transición y transformación. Pura formalidad, palabras al viento que vergüenza debían de darle. “La inseguridad, la desigualdad y la intolerancia se están extendiendo. Todo ello está poniendo a prueba a las instituciones mundiales y nacionales”, ha dicho Ban Ki-moon quien llamó a “estar a la altura” de las actividades relacionadas con la paz, el desarrollo, los desarrollos humanos, el estado de derecho y el empoderamiento de las mujeres y los jóvenes. Para que "estén a la altura" tendrían que hacer un borrón y cuenta nueva porque para nada de esto ha servido.
La ONU es un burocracia muy bien pagada en dólares donde se reúnen diplomáticos a quienes poco les importa que se trafique con armas para desestabilizar países o que se asesinen millones de personas. Cómodamente sentados en sus curules, y eso cuando asisten a las sesiones, entran en somnolencia y luego se van a sus países sin que nada suceda para evitar crímenes espantosos.
Según Ban Ki-moon los representantes en la ONU son el personal de mantenimiento de la paz que desarma a los combatientes, los trabajadores de la salud que distribuyen medicamentos, los equipos de socorro que ayudan a los refugiados, los expertos en derechos humanos que contribuyen a que se haga justicia. Este hombre o no tiene sentido del ridículo o su cinismo es inconmensurable. Para Ban Ki-moon las Naciones Unidas “no puede por sí sola cambiar nuestro mundo. El futuro depende del trabajo que se haga con aquellos que apoyan al organismo en términos de una agenda que priorice el desarrollo y la erradicación de la pobreza”. Por supuesto que la ONU no puede cambiar al mundo ni nada que se le parezca, más valdría que desapareciera y se creara un organismo nuevo, democrático y que tuviera autoridad moral para evitar las injusticias y la intromisión imperial que tantos estragos ha causado. Por principio debía de cambiar de dirección y ubicarse en otro país. Estados Unidos suele incluso negarle la visa a diplomáticos de países que les simpatizan que tienen el derecho de ir a exponer asuntos de interés mundial.
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