¿Sera el senador
El Diario
La 'ficha' de Malio
Cuando Manlio Fabio se impuso como gobernador en la elección de 1991, por la información que recibíamos en Chihuahua de aquel proceso, había la convicción de que quien sería titular del Poder Ejecutivo en Sonora era un “pillo”.
Tres años después, siendo yo coordinar de la campaña electoral del PAN en Ciudad Juárez y Diego Fernández de Cevallos nuestro candidato a la Presidencia de la República, tras el asesinato del candidato del PRI, en el que de inmediato apareció implicado Beltrones, la opinión que nos formamos de él evolucionó: se trataba de un “hombre peligroso”,
Con esa noción tan insuficiente de quién era el personaje que sería como el “Goliat” en el capítulo que estaba por escribirse en la historia del PAN en el estado, consideramos necesario tener información de su trayectoria, de sus vínculos, de su gobierno y del alcance de su poder. únicamente con base en datos periodísticos integramos una “ficha informativa” cuyo contenido provocó mis primeros temores respecto de quien sería mi más porfiado adversario.
De sus datos generales había que registrar lo básico: nació en Villa Juárez, Sonora, en 1952, y egresó como licenciado en Economía de la Universidad Nacional Autónoma de México. De su destacada trayectoria como militante del PRI resaltamos que fue subsecretario de Gobernación federal; que fue diputado federal en la LII Legislatura; presidente estatal de su partido y secretario general de gobierno de su estado.
Aunque con poca claridad en los datos y limitación en las fuentes, nos resultó evidente que poseía una cantidad importante de propiedades y se insinuaba que su origen era irregular y producto de complicidades con prestanombres y socios de dudosa reputación –como Faustino Islas Ponce, conocido como Fausto, ex secretario de Ganadería del estado y Luis Fernando Heras Portillo, ex director de Bienes y Concesiones durante su sexenio– que se hicieron de inmensas fortunas al cobijo del gobernador, a quien le atendían negocios inmobiliarios en San Carlos, Hermosillo y Puerto Peñasco. Al respecto no escarbamos más en la hemeroteca, nos pareció confirmar lo que se rumoraba de sus bienes inmuebles y de cómo se había hecho de ellos.
Otros temas de interés relacionados con Manlio y que habían sido de manejo público quedaron referidos en su “ficha” en los términos siguientes:
Fraude electoral. En 1991 el PAN atribuyó a Beltrones las irregularidades que provocaron conflictos violentos en Guaymas y Puerto Peñasco; respondió con movilizaciones masivas y un plantón permanente en Guaymas, donde el Colegio Electoral anuló la elección de presidente municipal.
Caso Colosio. Cuando mataron a Luis Donaldo, bajo la justificación de la “representación presidencial” que le asignó el presidente Carlos Salinas, Beltrones pidió al procurador general Diego Valadés que le “prestara” al asesino mientras permanecía en Tijuana, para someterlo a un irregular, ilegal y clandestino interrogatorio. Mario Aburto, el presunto homicida, aseguró que fue sacado de la delegación de la PGR con las manos esposadas y envuelto en un colchón para torturarlo en la playa y obligarlo a inculpar a alguien más.
En la madrugada del 24 de marzo, durante dos horas completas, quedó fuera del control de la Procuraduría. Las dos listas existentes que relacionan a los asistentes al interrogatorio coinciden en once nombres y difieren en otros, pero en ambas se omiten los nombres del gobernador de Sonora y de su jefe de seguridad. En el interrogatorio, el asesino confeso de Colosio ratificó lo que había dicho al rendir su declaración ministerial ante el subdelegado de la PGR, Raúl Loza Parra: que Raúl Salinas de Gortari era el autor intelectual del crimen.
Un año y medio después, Manlio fue señalado como quien recomendó a Raúl Salinas para que se le expidiera un pasaporte falso. Así lo dijo Jorge Gómez del Campo, dirigente local de la Cámara Nacional de la Industria de la Construcción. Cuando se encontró el documento falso en el Union des Banques Suisses con su alias de Juan Guillermo Gómez Gutiérrez, Raúl ya había transferido millones de dólares a esa institución bancaria de Suiza. Manlio rechazó las imputaciones; “no voy a decir nada”, expresó cuando la prensa le preguntó al respecto.
Armando López Ferreiro, jefe de seguridad de Beltrones, la primera vez que acudió a declarar ante la subprocuraduría especial, en mayo de 1994, no sólo omitió el tema del interrogatorio paralelo, sino que negó haber participado. Casi un año después reconoció que sí hubo un interrogatorio y que él fue siempre “observador y espectador” de lo que estaba pasando, “cumpliendo la orden del gobernador de Sonora”. De acuerdo con Arturo Germán, fiscal especial del caso Colosio, López Ferreiro fue testigo de cómo torturaron al asesino del candidato del PRI.
El gobernador de Baja California, Ernesto Rufo Appel, había dicho que: “Algo que sí me caló un poquito fue que Carlos Salinas le pidió ayuda al gobernador Manlio Fabio Beltrones y no a mí”. Declaró contundentemente que jamás encabezó “una investigación paralela” del homicidio; que las autoridades respectivas de su estado sólo se involucraron directamente en el caso durante los primeros treinta minutos después de ocurrido el homicidio: “Después de que el presidente Salinas me dijo que el procurador Valadés se haría cargo de la investigación”.
Alcides Beltrones, hermano del gobernador, compareció ante la PGR debido a que siendo administrador del aeropuerto internacional de Tijuana otorgó una credencial de éste al entonces sospechoso de haber sido el segundo tirador en el asesinato de Colosio: Othón Cortés; además había rentado el vehículo utilizado por éste y por el general Domiro García Reyes, encargado de la seguridad del extinto candidato, para trasladarse al mitin de Lomas Taurinas.
Destape de Zedillo. Siete días después del crimen, Beltrones promovió la candidatura sustituta del ahora presidente Ernesto Zedillo, mediante la exhibición, durante una reunión de gobernadores convocada por él, de un video en el que Colosio hablaba de las virtudes de Zedillo cuando lo invitó a ser el coordinador de su campaña. Salinas decidió la candidatura presidencial de manera cupular, como había decidido la del propio Beltrones para hacerlo gobernador.
Deuda y pobreza extremas en Sonora. Según Francisco Ortiz Pinchetti, la población sonorense es hoy más pobre que cuando Beltrones llegó al gobierno. El 32% de la población vive en condiciones de pobreza extrema: casi el doble que hace cinco años.
Lo más grave es que los pobres moderados se van haciendo pobres extremos aceleradamente. El gobierno privilegió el desarrollo económico a un costo elevadísimo y dejó para el futuro la satisfacción de las necesidades inmediatas de la población más pobre, que otra vez tendrá que esperar.
La deuda directa del estado se incrementó de 498 millones 114 mil pesos, reportada en 1991, a 861 millones 357 mil pesos en 1994, además de una deuda contingente de mil 986 millones. Para fortalecer la economía de la administración estatal, Jesús Alberto Cano Vélez, secretario de Planeación del Desarrollo y Gasto Público, anunció la venta de activos públicos. Su argumento: “hay problemas, sus finanzas no están al día, falta liquidez y los proyectos autofinanciables no resultaron exitosos”. El estado está peligrosamente hipotecado.
Sonora es de las entidades más endeudadas y de las que tendrán que pagar más por servicio de deuda en relación a su presupuesto asignado.
Pésima gestión de gobierno. Los resultados de la gestión pública, caracterizada por una política opresiva y absolutista, reflejan un descuido generalizado en la acción de gobierno: nulo apoyo al sector agropecuario, deterioro de la seguridad pública, narcotráfico, alarmante ola de secuestros, enorme deuda y notable incremento de la población en condiciones de pobreza.
Adalberto Rosas ha denunciado el espionaje telefónico como una práctica común en el estado porque Manlio “quiere estar informado hasta de quién mueve una hoja”; opinó que la cuenta pública “no aguanta una auscultación”; calificó a Beltrones como un mal gobernante y afirmó que el PAN tiene todas las pruebas necesarias para comprobar que el gobierno escamotea recursos federales a los municipios.
En la más reciente encuesta que califica a gobernadores de trece estados de la República, el gobernador priísta de Sonora fue de los peor calificados, con 5.5 puntos. La más alta calificación fue la de 7.2, asignada a Héctor Terán Terán, gobernador panista de Baja California.
Narcotráfico. Las principales notas periodísticas relacionadas con el narcotráfico en los años 1991-1996, revelan que este fenómeno se comenzó a “acomodar” en el estado desde la nada austera campaña de Beltrones; y que adquirió una fuerza enorme durante su gobierno. El descubrimiento de plantíos de marihuana y de narcopistas de aterrizaje; el encuentro de aeronaves abandonadas con signos de haber transportado droga, de tráileres que recorren la entidad transportando cargamentos de cocaína y la denuncia de agentes de la Policía Judicial del Estado implicados en el narcotráfico, han sido noticias frecuentes de la prensa.
El ex subprocurador general de la República, Mario Ruiz Massieu, denunció la supuesta vinculación de dos secretarios de Estado y de dos gobernadores con el narcotráfico y con el asesinato de su hermano José Francisco. Al preguntársele sobre la posible vinculación del gobernador de Sonora con el narcotráfico, respondió: “Es tan sabido que no es noticia”.
Sonora se ha convertido en el paraíso del tráfico de drogas con la complacencia de autoridades nacionales y norteamericanas. El tramo fronterizo Sonoyta-El Sásabe se ha convertido en “la puerta dorada” para cruzar la droga al estado de Arizona y por lo menos tres veces por semana aparecen los aviones que “bombardean” el mar con droga para pasarla a Estados Unidos.
Héctor Luis El Güero Palma Salazar, uno de los más grandes capos del narcotráfico en México, no es nuevo en Sonora. Es en realidad un viejo conocido de agentes policiacos y políticos. En agosto de 1994 llegó a Ciudad Obregón; mientras la PGR ofrecía jugosa recompensa a quien ayudara a su captura, lo recibieron judiciales locales uniformados y le sirvieron de escolta durante su estancia en el sur de la entidad.
Hace un año (julio de 1995) la Policía Judicial Federal detuvo a Enésimo López, señalado por su presunta relación con un cargamento de droga asegurado en Agua Prieta hace aproximadamente tres años, y a quien se le vincula con el hermano del gobernador, Orestes Beltrones Rivera, y según un informe de Ejército, es piloto del avión de este último.
En los tiempos de José Luis Larrazolo Rubio, ex comandante de la PGR en Sonora y protector de narcos, era versión pública que su “padrino” Orestes decía quién se acercaba a hacer arreglos con el narcotráfico. Su base de operación estaba en Ciudad Obregón.
Corrupción. Sonora es el segundo estado con mayor índice de corrupción, después del Distrito Federal, de un total de dieciocho entidades analizadas. Hay funcionarios públicos demandados penalmente por los delitos de abuso de autoridad, incumplimiento de un deber legal y enriquecimiento inexplicable.
Dirigentes de organizaciones populares, vinculadas al gobierno, reconocen que Roberto Sánchez Cerezo, secretario general de gobierno, les da dinero destinado a los movimientos sociales que encabezan. Al publicarse una nota con la información, el funcionario dijo: “no niego ni afirmo nada”.
En una encuesta nacional, realizada por los periódicos El Imparcial, El Norte, Reforma, El Norte de Ciudad Juárez y Novedades de Campeche, se revela que el 95% de los sonorenses considera que sí hay corrupción en el estado, y un 57% dijo que no confía en el gobernador. Además fue el único estado en el que se señaló el narcotráfico como uno de sus principales problemas.
Según una encuesta reciente, en comparación con la administración de Rodolfo Félix Valdés, la corrupción del sexenio de Manlio aumentó y sólo fue superada por cuatro entidades del país.
Cooptación de la prensa. La mayoría de los medios de comunicación y una gran cantidad de reporteros y columnistas están cooptados por el gobierno; padecen de mutismo impuesto, que les hace eludir la crítica a Beltrones y los convierte en cómplices de sus acciones contra la sociedad y los partidos de oposición.
Con estos antecedentes registrados antes de mi establecimiento en Sonora, Manlio Fabio Beltrones, al dejar de ser gobernador, además de ocuparse de asesorar a gobiernos en forma profesional, fue secretario general del Comité Ejecutivo Nacional de la CNOP, otra vez diputado federal, senador y coordinador de su bancada. Con información adicional, a la “ficha” que hicimos en 1996 hoy podríamos agregar por lo menos estos datos:
Confirmación de nexos con el narco. La revista Proceso cita en un reportaje publicado por The New York Times titulado “Vínculos con la droga manchan a dos gobernadores mexicanos. La sombra en la frontera. Un reporte especial”, según el cual Beltrones “colabora con uno de los más poderosos narcotraficantes, creando un refugio para contrabandistas que transportan enormes cantidades de droga a Estados Unidos, de acuerdo con funcionarios estadounidenses e informes de inteligencia y basados en abundante evidencia”. Según un estudio realizado por analistas de la DEA, está bien documentado que Manlio Beltrones está asociado con la organización criminal de Amado Carrillo Fuentes.
El director de la policía antinarcóticos de Suiza, Valentín Roschacher, informó sobre las transacciones financieras de Raúl Salinas, involucrándolo con miembros del grupo de poder del sexenio de Carlos Salinas en operaciones dudosas en vinculación con el narcotráfico.
El documento afirma que Jorge Carrillo Olea y Manlio Fabio Beltrones, ex gobernadores de Morelos y Sonora respectivamente, “tuvieron relaciones con el difunto Amado Carrillo Fuentes”, conocido como El señor de los cielos, capo y fundador del Cártel de los Carrillo Fuentes, que según los suizos operó también bajo la protección de Raúl, Mario Ruiz Massieu y el general Jesús Gutiérrez Rebollo, ex comisionado del desaparecido Instituto Nacional para el Combate a las Drogas (INCD).
Un reporte del FBI cita declaraciones atribuidas al testigo protegido José Tomás Colsa McGregor, asesinado en julio de 1997, quien junto a varios gobernadores mexicanos mencionó a Beltrones como involucrado con capos de la droga, a los que brindaban protección.
Pretendiendo justificar a su amigo y jefe político, Germán Uribe, ex secretario particular de Manlio, distingue y precisa: “no es lo mismo ser narco que tener amigos narcos”.
Tráfico de influencias. Como presidente de la Mesa Directiva de la Cámara de Diputados, por medio de la Comisión de Presupuesto y Cuenta Pública, Manlio favoreció con contratos a la empresa Aregional, de la que es socio, lo que desembocó en una propuesta de punto de acuerdo para auditar esos convenios. El secretario técnico de dicha comisión legislativa, Jesús Alberto Cano Vélez, había sido secretario de Planeación del Desarrollo y Gasto Público durante su gobierno en Sonora, y era su socio en la consultora beneficiada. Un claro conflicto de intereses. Después se supo que Beltrones dio “asesorías confidenciales” a Roberto Madrazo Pintado para limpiar su administración estatal –se entiende del gobierno del Tabasco– para poder contender sin problemas por la candidatura presidencial del PRI.
Más adelante, salió a la luz pública que la Secretaría de Gobernación había otorgado 198 permisos para el funcionamiento de centros de apuestas a siete corporativos nuevos, entre éstos, la empresa Divertimex, la cual fue autorizada para operar el galgódromo de Hermosillo y siete centros de apuestas remotas. Su principal accionista o cabeza visible es –se dijo– Faustino Islas Ponce, su colaborador en el gobierno.
http://www.diario.com.mx/nota.php?notaid=f19bcc3f4450e5064a0345b1bb421c26
DENUNCIAS DE LOS SERVICIOS DE SEGURIDAD ESTADOUNIDENSES
Acusan a dos gobernadores mexicanos de narcotráfico
Gobiernan los estados de Sonora y Morelos · Permitirían el ingreso de droga a los EE.UU. · Los narcos ganan en México 10.000 millones de dólares al año · El 60% lo emplean para sobornar a las autoridades
MANLIO BELTRONES RIVERA
(WASHINGTON. The New York Times. Especial para Clarín).- Manlio Beltrones Rivera, gobernador del estado mexicano de Sonora, limítrofe con los Estados Unidos, colabora con el poderoso narcotraficante Amado Carrillo Fuentes y permite el transporte por esa región de gran cantidad de droga hacia territorio norteamericano, según fuentes de inteligencia de Washington. Beltrones participó de varias reuniones con Carrillo Fuentes, en las que el narcotraficante, uno de los más influyentes del mundo, pagaba a los políticos que protegían sus operaciones.
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