domingo, septiembre 24, 2006

Inconveniente para México abrir a la IP el sector energético: experto

La Jornada

La existencia de un gobierno débil aumentaría voracidad de trasnacionales, advierte

Ante el fracaso de privatizaciones en el mundo, varios países han reforzado el control estatal

ISRAEL RODRIGUEZ J.

En México se impulsa la participación de los capitales privados en la industria petroeléctrica, en tanto que, después de 32 años de la primera experiencia de apertura de mercados en este sector, países como Bolivia, Venezuela, Argentina y Rusia han iniciado la recuperación para el Estado de sus empresas energéticas por considerarlas estratégicas en términos económicos y de seguridad nacional.

Miguel García Reyes, doctor en Geopolítica del petróleo por la universidad estatal de Moscú Mijail Lomonosov, consideró que desde el punto de vista estratégico no es conveniente que México realice una apertura a los capitales privados en el sector energético. Explicó que una apertura acompañada de un gobierno débil provocará la voracidad de las trasnacionales petroleras. ''Mientras que otros países han regresado a una mayor presencia estatal en estas empresas vitales, en México tal parece que vamos siempre al revés.''

García Reyes, también integrante del Sistema Nacional de Investigadores del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt) y catedrático de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la Universidad Nacional Autónoma de México, recordó el caso de Rusia, cuyo gobierno ha fortalecido sus vínculos con Gazprom desde 2003, teniendo mayor participación en sectores estratégicos como petróleo y gas, después de que habían realizado una apertura en ese segmento.

Gazprom es la compañía de gas más grande del mundo, con una producción de gas en 2005 de 548 mil millones de metros cúbicos y reservas probadas que suman 100 mil millones de barriles de petróleo crudo equivalente.

Otro caso similar es el de Bolivia, que después de que en 1996 su presidente Gonzalo Sánchez decidió privatizar el sector energético, el pasado 1 de mayo de 2006 se publicó el Decreto Supremo mediante el cual se declara la tercera nacionalización de los hidrocarburos en su historia.

Bolivia posee reservas de gas por 48.7 trillones de pies cúbicos de gas y es la segunda mayor reserva de América, después de Venezuela, que cuenta con más del triple de esa cantidad.

En Argentina, a finales de 2004, el Congreso aprobó la creación de la empresa Energía Argentina (Enarsa) cuyo mayor accionista es el Estado. Enrasa se dedicará a la producción, transportación y comercialización de hidrocarburos. Esta nueva posición contrasta con la fiebre privatizadora del entonces presidente Carlos Saúl Ménem, en la década de los 90, cuando se desincorporó la estatal Yacimientos Petrolíferos Fiscales (YPF) a favor de la trasnacional Repsol.

La gran estafa

Por su parte, Sharon Beder, autora del libro Energía y Poder, asegura que las experiencias privatizadoras de empresas, sobre todo eléctricas, en el mundo, han sido un rotundo fracaso. Las promesas que se han realizado para la privatización y la desregulación de los mercados no han sido cumplidas, como la supuesta mayor eficiencia y baja de tarifas eléctricas

Beder, profesora en la Universidad de Wollongong, Australia, advierte que la supuesta ineficiencia de los proveedores públicos de electricidad ha demostrado ser retórica sin fundamento, utilizada para lograr y conservar el control privado.

La galardonada con el World Technology Award en la rama ética, consideró que las privatizaciones de las industrias energéticas en el mundo han sido la gran estafa, perpetrada para despojar a la sociedad de su legítimo control sobre un servicio público.

Por su parte, Francisco Garaicochea, dirigente del Grupo Ingenieros Petroleros Constitución de 1917, afirmó que la estrategia para privatizar Petróleos Mexicanos (Pemex) ya esta a la vista, mediante la fragmentación en subsidiarias, contratación excesiva de deuda, desplazamiento del personal de la paraestatal por el de empresas privadas, la aplicación de los controvertidos contratos de servicios múltiples, la implementación de un régimen fiscal desmesurado, la aplicación de precios de transferencia, y una agresiva campaña mediática acusando a Pemex de ineficiente, corrupta, descapitalizada y dependiente de tecnología, para justificar la incursión de los capitales privados.

"La privatización de Pemex y de la Comisión Federal de Electricidad fue la cuarta condición que aceptó el presidente Ernesto Zedillo para cubrir el préstamo de 50 mil millones de dólares que puso a disposición el presidente Clinton y el Fondo Monetario Internacional para salvar a su gobierno del llamado error de diciembre".

Las compañías petroleras internacionales ya operan en México, lo único que falta es que se les permita contabilizar las reservas de nuestro país en sus libros o compartir la producción, indicó el especialista.

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