lunes, enero 15, 2007

Unidad y lucha frente a la tentación dictatorial

Pedro Echeverría V.
Rebelión

1. Casi una veintena de intelectuales mexicanos ha publicado un manifiesto en el que hacen un llamado para poner un “Alto a la tentación dictatorial” del gobierno derechista de Felipe Calderón. Dicen que de no ser detenido inmediatamente por la resistencia social podría desembocar pronto en un régimen abiertamente totalitario porque se ha criminalizado la protesta social, por que se ha impuesto un control faccioso y mendaz de los medios de comunicación, por la colusión del Poder Judicial con los poderes fácticos, así como por el ataque, vía formulación presupuestal, a la educación, la ciencia y la tecnología, el campo, el desarrollo social y la cultura.

2. Termina el documento haciendo un llamado a las distintas organizaciones y partidos para iniciar de inmediato un proceso de acercamiento y unidad para construir un programa mínimo. Como lo he venido señalando en algunos artículos, me parece que es la tarea en este momento, sobre todo el debate indispensable para sentar bases y acuerdo sólidos. Al parecer la unidad es difícil por toda la tradición política de la izquierda mexicana, por mucho caudalismo aún difícil de desaparecer, pero es indiscutible que se pueda lograr un buen acercamiento que permita realizar acciones concretas contra el enemigo común o de clase.

3. Quizá no se pueda discutir un programa anticapitalista o sobre alguna concepción moderna de socialismo, pero sí se podrán llegar a acuerdos para luchar en las calles, campos, fábricas y universidades contra el neoliberalismo, la privatización, la militarización, la derecha y sus tentaciones dictatoriales. No se requerirán grandes asambleas, congresos o convenciones, pero sí una serie de reuniones con representaciones autorizadas y muy capaces para reflexionar, analizar, discutir y acordar un programa de unidad y lucha, pero también para organizar en toda la República grupos de trabajo para la realización de actividades conjuntas.

4. Es doloroso que hasta hoy muchos sigan pensando en “llevar agua a su molino”, pero esa realidad se podría superar en el proceso de acercamiento. El principal problema es que López Obrador y el PRD, que Marcos y el EZLN, que los del SME y los de la UNT, los de Oaxaca, los mineros, la CNTE o los Panchos Villa y demás organizaciones, no se lo estén planteando así o, de plano, no quieran ese o ningún proceso de acercamiento porque las diferencias entre ellos sean más fuertes. En ese caso la discusión debe darse para hacer a un lado los malos entendidos, para aclarar las diferencias y para poner los problemas menores por debajo del asunto principal.

5. Por el contrario, si en cada organización –por la urgencia política- hay disposición, no se requerirá más que nombrar a un centenar de delegados que discutan durante algunos días la situación del país y la mejor manera de atacarlos, para llegar a acuerdos. El gobierno de Calderón quedará malparado y cuando se entere se desesperará; pero a los trabajadores se le abrirán nuevas esperanzas para luchar contra el desempleo, los miserables salarios, por servicios de salud y educación públicas, mientras se organizan para evitar la represión. Entonces el movimiento de masas, con la participación de sindicatos y organizaciones campesinas, será en todo el país.

6. La realidad es que no alcanzo vislumbrar lo que pasará en el sexenio del gobierno usurpador de Felipe Calderón contando con el apoyo casi absoluto, casi total, de la televisión, la radio y los medios impresos. A partir de los noventa, es decir, desde hace más de 15 años, se dice que lo que no aparece en los medios no existe. Desde hace tres meses desapareció de esos medios López Obrador, Marcos y el EZLN, el movimiento de Oaxaca, las protestas obreras contra la privatización en el Diálogo Nacional, las luchas de los trabajadores mineros y varias batallas que aisladamente se dan en el país en defensa de derechos indígenas, campesinos y populares.

7. Los empresarios que monopolizan los medios información han dado la orden de silenciar cualquier noticia que cuestione o critique al gobierno de Calderón y, aún más, se han dado la tarea de acabar con cualquier medio electrónico que no acate esa orden, tal como sucedió con Carmen Aristegui, Gutiérrez Vivó y otros. Además, los medios no sólo silencian las luchas independientes sino que se pasan muchas horas ridiculizando cualquier manifestación de los luchadores sociales. López Obrador trató de comprar tiempo en la TV, pero fue bloqueado; sólo logró una media hora semanal, a la 1 de la madrugada, cuando todo mundo duerme.

8. Por el contrario, el gobierno espurio de Calderón desde su campaña presidencial, es decir, desde hace más de un año, ha gastado en TV y radio, en espots de 30 segundo, muchos miles de millones de pesos que ha recibido de los empresarios y del presupuesto público, tanto en campaña como ya estando en el gobierno. Sólo le alcanza el diminuto tiempo de spots para decir dos o tres frases, las suficientes para que luego los locutores se encarguen de ampliarlas. Además, según se publicó hace tres días, Calderón acaba de recibir 702 mil horas para usar en radio y TV. ¿No es acaso esto una verdadera burla empresarial y de medios para beneficiar a Calderón?

9. A pesar de que ese gobierno pro empresarial, en el mes y medio que lleva, se ha dedicado a militarizar al país, a reprimir con brutalidad las luchas del pueblo de Oaxaca y en lo últimos días se ha despreocupado por frenar los exagerados aumentos de precios de los artículos de primera necesidad, como el maíz, la leche, el huevo, los medios electrónicos radio y TV, se dedican a culpar a otros de la criminal carestía. ¿Por qué el país en lugar de acumular granos para cualquier emergencia se dedicó a vender miles y miles de toneladas al imperio yanqui? ¿Por qué no se castiga a los acaparadores monopolistas que especulan con los precios d maíz?

10. Pienso que ese llamamiento y propuesta de algunos intelectuales comprometidos es muy importante en este momento. Podría ser un punto de partida para iniciar un debate encaminado a lograr un acercamiento entre cientos de organizaciones de trabajadores del campo y la ciudad, de estudiantes y de intelectuales que buscan formas de organización y de lucha. Ninguna organización se va a disolver ni tampoco dejará de luchar por su propio programa, pero buscará un “programa mínimo” que permita el acercamiento hacia un proceso unitario. Ojalá que esa derecha cercana al fascismo nos logre unificar, pero en su contra. pedroe@cablered.net.mx

No hay comentarios.: