lunes, mayo 28, 2007

¿Podrá instalarse en México un régimen fascista abierto?

Pedro Echeverría V.
Rebelión

1. El gobierno de Estados Unidos paga tres millones de dólares por tecnología para la intervención de comunicaciones en México. El sistema de vigilancia amenaza libertades individuales. Autoridades podrán hurgar correos electrónicos. Se compartirán los datos con la nación vecina. Con dinero del gobierno de Estados Unidos, la administración del panista Felipe Calderón obtuvo tecnología para aumentar su capacidad de intervenir llamadas telefónicas y hurgar en las cuentas de correo electrónico de ciudadanos mexicanos. Es una muestra de la manera en que el gobierno conservador de México está dispuesto a cooperar con los mecanismos de ley fijados por la Casa Blanca. Se propone cambiar leyes penales con miras a que el Ministerio Público pueda ordenar cateos y allanamientos de domicilios. ¿Prepara Calderón y Bush, en nombre del combate contra el terrorismo y el narcotráfico, instalar el fascismo?

2. La realidad es que, a pesar de leer y releer esas noticias muchos mexicanos no creemos en que en nuestro país pudiera instalarse un régimen abiertamente fascista como los que se registraron en la Alemania nazi, durante la Italia de Mussolini, el franquismo ibérico, la Rusia staliniana o durante el gobierno de Pinochet en Chile. En México hemos sufrido en diversos períodos (de gobiernos derechistas) métodos violentos de persecución y represión parecidos al fascismo: represión y encarcelamiento contra los ferrocarrileros (1958/59), contra el movimiento México (1965/66), estudiantil (1968), Atenco y Oaxaca (2006), encarcelamientos y asesinatos por miles. Sin embargo, si bien las formas de vigilancia, de violencia represiva y de asesinatos llegan a ser muy parecidos a los usados en países antes nombrados, sólo se parecen. Quizá nuestra historia política (Revolución, cardenismo, populismo) lo haya impedido.

3. El fascismo nace, al parecer, como una respuesta de la burguesía a su propia impotencia para doblegar política e ideológicamente estallidos sociales que no puede controlar, particularmente las luchas de los trabajadores. No porque se vea amenazada por una revolución, sino cuando siente que empieza a perder el control social. En el caso del México actual Felipe Calderón, el presidente de los empresarios, al asumir el gobierno en condiciones difíciles (porque se negó a contar los votos de la elección presidencial y por haber recibido un gigantesco desconocimiento) en lugar de acudir a la política, es decir entrar a una serie de negociaciones buscando cogobernar con el PRI y otros sectores o bien realizando reformas a fondo para ganarse apoyos de obreros y campesinos, acudió al ejército para obtener respaldo, pretextando el combate al narcotráfico y a discursos amenazantes y medidas represivas.

4. Como podrá observarse Calderón no está sólo, además de contar con el apoyo del ejército mexicano y demás instituciones armadas que pronto serán (de manera abierta) brazos armados de ese ejército, ahora nos enteramos que el gobierno yanqui hace todo porque en México se instale un régimen de gobierno al estilo de Colombia y más tarde al que impuso Pinochet en Chile en los años setenta y ochenta. El pago o entrega gratuita de tecnología policial especializada por parte de Bush, demuestra una vez más que Calderón es sólo un instrumento del gobierno de los EEUU para usar a su antojo en América. Será difícil comprobar hasta que tanto nuestras conversaciones telefónicas y nuestros correos son grabados, investigados, para luego transformarlos en delitos federales. Esta política policíaca de comunicación, sin los medios refinados de tecnología, formó parte importante en los regímenes fascistas anteriores.

5. El fascismo se ha construido usando diversos caminos: vías electorales (Mussoline y Hitler), vía golpe de Estado militar (Franco y Pinochet), vía represión contra oposición (Stalin) Sin embargo, dado que en aquellos años (de los 30 hasta los 70 del siglo XX) los medios electrónicos de información no habían penetrado como hoy en el 90 por ciento de los hogares, no se había contemplado el enorme papel que pueden jugar esos medios en la conformación de un pensamiento fascista basado en la ideología del individualismo y el consumismo. No debe olvidarse que entre las características básicas del fascismo están: 1.La planificación económica centralizada por el Estado en beneficio de los grandes monopolios; 2. la explotación intensiva (o superexplotación) de la fuerza de trabajo, siempre muy debajo del salario que necesita una familia para vivir y 3. El uso de la fuerza militar como respaldo del gobierno.

6. En México a partir de 1920, con excepción de la renuncia en 1932 del presidente Ortiz Rubio, todos los presidentes de la República han completado sus períodos de gobierno. Fuera de la gran guerra cristera y dos o tres controlables levantamientos armados encabezados por caudillos, los golpes de Estado no formaron parte de la historia de ese largo período. Los gobiernos del PRI supieron ubicarse durante 70 años en una posición centrista pendular que los hicieron aparecer como defensores de la derecha empresarial y en otro momento de la izquierda obrera y campesina. A pesar de que en esas largas décadas los trabajadores sufrieron hambre, persecución, encarcelamientos y asesinatos, más que fascistas aquellos gobiernos fuertes quizá debieron calificarse de dictadores de un solo partido, déspotas y autoritarios. Pero el fascismo como tal no fue necesario para garantizar la explotación de los trabajadores.

7. Sin embargo, a partir de la implantación del neoliberalismo a principios de los años ochenta, México entró en el espacio de la llamada globalización capitalista. No sólo se ha globalizado en mercado sino también se ha intensificado la explotación de la mano de obra. El enorme desempleo provocado por la falta de inversiones y el desarrollo de la tecnología desplazadora de mano de obra, ha impulsado el incremento del empleo informal, la migración, el narcotráfico y el descontento social. La crisis económica y política, al perecer incontrolable, ha llevado a una gran inestabilidad entre la sociedad mexicana. Esa es la situación que ha obligado al gobierno de Bush (aconsejado por sus expertos asesores) a convencer a Calderón a que haga uso del Ejército y a tomar medidas de espionaje más severas. Seguramente esas formas de intervención estuvieron presentes en los acuerdos tomados en Yucatán a mediados de marzo pasado.

8. El fascismo actual es diferente en forma y métodos a los que vivieron en décadas pasadas. Ahora tiene que ser más refinado porque se cuenta con más tecnología y con métodos más sutiles de dominación. Sin embargo en muchas ciudades de la República, así como en muchas de regiones de estados con tradición de lucha social como Guerrero, Oaxaca, Chiapas, Veracruz, Michoacán, empiezan a verse como espacios sitiados por ejército de policías bajo cualquier pretexto. También se incrementan las amenazas, represiones, encarcelamientos y asesinatos contra movimientos y líderes sociales mediante acusaciones falsas sin fin. Con la intervención policíaca abierta de llamadas telefónicas y correos comienza a completarse un cuadro muy peligroso. Pareciera que aquellas denuncias contra “la represión fascistoide” del Estado mexicano tienen ahora mayor significación al incrementarse las medidas de vigilancia policíaca.

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