Se le pasó al pelele decir que lo de los empleos era para el 2014.
Carlos Fernández-Vega
Trabajos, allá por 2014
Cumplido, sólo 18% de 8.4 millones de plazas necesarias en los 7 años recientes
Como van las cosas, todo apunta a que, al agarrarle gusto al gusto, el "presidente del empleo" cumplirá su promesa de campaña en materia laboral tal cual lo hizo recientemente con la relativa al impuesto sobre tenencia o uso de vehículos (eliminarlo, sí, pero en el otro sexenio).
Bajo esa premisa, la de heredar el cumplimiento de sus promesas de campaña a su relevo en la ex Hacienda de La Hormiga, el inquilino de Los Pinos parece esforzarse para que los mexicanos desocupados por fin logren un empleo, pero allá por 2014, tal como "resolvió" el asunto de la tenencia, cuya eliminación también prometió en aquellos dorados tiempos.
De acuerdo con las propias cifras oficiales, los indicadores de desocupación en el país sólo se reducen en el discurso oficial, pues si se compara éste, resabio puro del foxismo, con los resultados de la encuesta que mes tras mes levanta el Instituto Nacional de Estadística Geografía e Informática (INEGI) sobre el particular, entonces queda claro que el "presidente del empleo" ya vislumbra 2014, o años posteriores, como fecha idónea para cumplir su promesa de campaña.
Será, pues, la siguiente administración gubernamental la que se haga bolas con el asunto de la generación de empleo en el país prometido por el entonces candidato del ídem, siempre y cuando aquella no decida hacer lo mismo que la presente y las anteriores, pero mientras eso sucede el propio INEGI recién reportó que la tasa oficial de desocupación abierta fue de 3.23 por ciento de la población económicamente activa (PEA), porcentaje superior al registrado en igual mes de 2006, cuando se situó en 2.88 por ciento. El desempleo entre los hombres pasó de 2.72 a 3.07 por ciento, y en las mujeres de 3.16 a 3.5 por ciento en el periodo de referencia. Para hacer una comparación mensual, señala el instituto, es necesario analizar las cifras desestacionalizadas, las cuales muestran que en el quinto mes de 2007 la tasa oficial de desocupación abierta fue ligeramente mayor en 0.05 puntos porcentuales a la del mes inmediato anterior. Además, si sólo se considera el conjunto de las 32 principales áreas urbanas del país, con más de 100 mil habitantes, el desempleo afectó a 4.44 por ciento de la PEA, 0.63 puntos porcentuales por arriba de la tasa observada en el mismo mes de 2006. Con base en cifras desestacionalizadas, dicho indicador se redujo (¡albricias!) 0.01 puntos porcentuales respecto a la de abril pasado.
El mejor resultado, por llamarle de alguna manera, en seis meses de "presidencia del empleo" (diciembre-mayo) se traduce en 242 mil empleos formales (no necesariamente de nueva creación) registrados en el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), frente a una demanda no menor de 600 mil puestos de trabajo, sin considerar el rezago histórico. Y de dicho resultado 71 por ciento corresponde a empleos eventuales (alrededor de 172 mil).
Si sumamos los resultados de los dos maravillosos cuan creativos gobiernos, el del "cambio" y el de la "continuidad", y obviamos la calidad del empleo en el periodo, entonces el balance es terrorífico, pues en los siete años recientes oficialmente se generó un millón y medio de puestos de trabajo en la economía formal, contra una demanda real no menor a 8.4 millones, es decir, tan sólo 18 por ciento de lo necesario. Y como en el balance de la "presidencia del empleo", en esos siete años 70 por ciento de las plazas fueron eventuales.
Desde los altavoces oficiales permanentemente se anuncian los "nuevos máximos históricos" en generación de empleo, porque, proclaman, "ya rebasamos los 14 millones más uno, más dos, más tres...". Efectivamente, en mayo pasado el registro del IMSS sumó 14.47 millones de trabajadores (permanentes y eventuales), pero más allá de la fatua celebración, a estas alturas dicho registro debería acumular no menos de 21.36 millones de mexicanos con empleo. De allí las fanfarrias cada que el IMSS agrega una plaza, ergo un "nuevo máximo histórico".
Por lo que toca a la tasa de subocupación, el INEGI revela que los resultados de la "Presidencia del empleo" son los tradicionales "ni frío ni calor". A lo largo de seis meses, este indicador se ha mantenido en 6.5 por ciento de la PEA y 6.7 por ciento de la población ocupada, o, lo que es lo mismo, alrededor de 3 millones de mexicanos se mantienen en esta condición, ergo, sin opción alguna para mejorar su nivel de ingreso.
Albricias, pues, por los "máximos históricos", porque, de acuerdo con el informe del INEGI, se mantiene la cancelación de plazas en la industria manufacturera y en las actividades agropecuarias. En seis meses de "presidencia del empleo", el personal ocupado en la primera se redujo casi un punto porcentual y en las segundas casi dos puntos, el cual, hipotéticamente, se habría trasladado al sector servicios y al comercio, en los que a estas alturas se emplea 61.1 por ciento de la PEA (más de 27 millones de mexicanos), casi tres puntos porcentuales más que seis meses atrás, con lo que el sueño de Felipe Calderón de hacer de México un país de jardineros y meseros va que vuela para hacerse realidad.
Las rebanadas del pastel
Siempre en línea con la "presidencia del empleo", el secretario federal de Seguridad Pública, Genaro García Luna, destituyó a 284 mandos de la Agencia Federal de Investigación y la Policía Federal Preventiva, incluidos 34 coordinadores regionales. "Se trata de una medida para eficientar el combate al crimen organizado", dijo García Luna. Y sin duda lo va a "eficientar", porque con el acervo en el bolsillo los defenestrados fácilmente encontrarán trabajo en el pujante sector de la economía narcoinformal.
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