jueves, agosto 09, 2007

¿Son o se hacen?

Esta nota que aparece en Rebelión pero que es de la BBC "México responde a Venezuela" de Alejandra Noguez llama la atención porque es un espacio dado a quien o es o se hace.

Naturalmente que para el gobierno usurpador es importante reanundar las relaciones diplomáticas con Venezuela, pero no porque la respete, por el contrario, tomando en cuenta el origen panista del usurpador y las declaraciones que dicho partido ha hecho en contra de Venezuela hasta declarar que harán todo lo posible por ayudar al partido de la derecha venezolana para que caiga el gobierno, sino por una actitud que le es intrínseca, la simulación. No hay forma de que México tenga relaciones de ningún tipo que se ajusten a los intereses de cada país puesto que mientras Hugo Chávez camina hacia el sur, el usurpador lo hace hacia el norte.

El gobierno de México recibió la solicitud de beneplácito para el embajador designado por Venezuela, dos años después de una severa crisis diplomática en la que ambos países retiraron a sus respectivos representantes en 2005.

Calderón ha estrechado sus vínculos con América Latina.

Esto se da luego de que el presidente de Venezuela, Hugo Chávez, anunciara durante su gira en Buenos Aires, que designó al ex canciller Roy Chaderton como nuevo embajador en México.

La Secretaría de Relaciones Exteriores (cancillería), informó a través de un comunicado, que el gobierno de México "examina con el mayor interés" dicha solicitud.

Aseguró que desde que el presidente Felipe Calderón asumió el cargo en diciembre pasado, "ambos gobiernos han venido realizando una serie de consultas, a través de los canales oficiales, con vistas a la normalización de la relación bilateral".

La cancillería mexicana también señaló que el gobierno de México "analiza la designación de un nuevo representante ante el Gobierno de la República Bolivariana de Venezuela para, en su caso, solicitar el beneplácito correspondiente y cumplir con el proceso de ratificación".

Distanciamiento

Las relaciones entre Caracas y Ciudad de México tocaron su punto más bajo en años durante el gobierno conservador de Vicente Fox, con el que Chávez protagonizó duros enfrentamientos verbales.

El enfriamiento de la relación bilateral duró dos años.

Esta situación se extendió cuando el mandatario venezolano se resistió a reconocer la victoria del también conservador Felipe Calderón en las elecciones generales del año pasado, cuando ganó por un estrecho margen al izquierdista Andrés Manuel López Obrador.

A diferencia de su antecesor, Calderón se ha caracterizado por mantener una política exterior de diálogo y conciliación, lo que en la administración pasada Vicente Fox desdeñó provocando distanciamiento no sólo con Venezuela, sino también con Cuba, Bolivia y en su momento con Argentina.

¿Cuál conciliación? Si lo primero que hizo Calderón cuando usurpó el poder es ir a Europa a criticar el régimen venezolano, tanto que hasta Lula tuvo que pararlo recordándole que Chávez había sido electo "democráticamente" en alusión a la duda que había en la elección del propio Calderón.

Caso distinto sucedió con la Unión Europea y Estados Unidos, de quien se quedó esperando la aprobación de la reforma migratoria que regularizaría el estatus de al menos 12 millones de indocumentados, en gran medida mexicanos, en territorio estadounidense.

De vuelta al sur

En ese contexto, la administración calderonista ha intentado mantener una "sana" distancia con Estados Unidos, prueba de ello fue el reclamo que el mandatario mexicano le hiciera a su homólogo estadounidense George Bush en su última visita a México, respecto al combate al narcotráfico.

¿Cuál distancia? Si a cada rato recibe línea de Estados Unidos, tanto que ahora este país le va a proveer de todo un equipo de espionaje para la población...

El nombramiento de Chaderton señala un cambio en la relación con Venezuela.

"Estados Unidos tiene que comprometer algo más en la lucha contra el narcotráfico, porque nosotros estamos comprometiendo incluso hasta la vida de los mexicanos", exigió Calderón en Mérida en marzo pasado.

En contraste, el presidente mexicano promueve un acercamiento con Latinoamérica.

Sí, sólo que de acuerdo con el PAN este acercamiento es para intentar tumbar a lo regímenes de la izquierda de Sudamérica, dicho por el presidente de este partido y por declaraciones de Fox.

Desde que asumió el poder cuatro mandatarios de tendencia de izquierda han visitado México.

Se trata de la presidenta de Chile Michelle Bachelet; el nicaragüense Daniel Ortega; Néstor Kirchner de Argentina y más recientemente el presidente brasileño Luis Inácio Lula da Silva, quien hizo una vigorosa defensa de la integración económica regional y le pidió a México volver la vista hacia el sur.

También, junto con su par argentino, se pronunciaron en contra de la construcción del muro fronterizo que Estados Unidos construye en sus límites territoriales con México.

"En nuestro continente no necesitamos más muros. Necesitamos carreteras, puentes, gasoductos, y líneas de transmisión. La verdadera integración para que circulen libremente, no apenas bienes y servicios, sino también personas e ideas", escribió Lula en un artículo publicado por el periódico El Universal.

La pura simulación, no sé si de verdad los mandatarios de izquierda de Sudamérica piensan y se tragan que este pelele va a coadyuvar a la integración de América Latina, cuando esto va en contra de los intereses de las oligarquías y los Estados Unidos que fueron quienes le apoyaron para que usurpara la presidencia, y que obviamente lo tienen agarrado de los huevos para que gobierne según la línea que éstos le marquen, además de que él mismo es un individuo sin principios democráticos.

¿Son o se hacen?

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