Columna: Asimetrías
EPR: Asunto de Estado
por Fausto Fernández Ponte
Si el gobierno no secuestró, desapareció ni detuvo a los ciudadanos que exige el EPR, otro poder fáctico se toma atribuciones y cotos de poder coactivo y violento, exclusivos del Estado, sin que éste se entere, lo que de suyo agrava toda la situación.
I
Las acciones recientes del Ejército Popular Revolucionario —destrucción de infraestructura estratégica— para presionar al gobierno a localizar a dos de sus miembros secuestrados y/o desaparecidos fue convertido por éste en un asunto de Estado.
Sitúese este asunto en la perspectiva correcta. Los eperristas aludidos son Edmundo Reyes Amaya y Gabriel Cruz Sánchez, secuestrados y/o desaparecidos en mayo pretérito en Oaxaca por sicarios que sospéchanse son de una instancia del poder formal.
Empero, el gobierno afirma no haberlos secuestrado y/o desaparecido ni tenerlos en sus mazmorras, lo cual, si cierta, esa afirmación sugiere interrogantes adicionales de catadura ominosa: ¿fue acaso un poder fáctico el secuestrador?
Y si fue así, ¿cuántos poderes se han dividido entre sí el territorio nacional y repartido ámbitos y cotos políticos y coactivos e incluso atribuido y ejercido potestades que tipifican sin duda alguna la comisión de delitos graves?
II
Otra interrogante secuencial: ¿tiene capacidad real de gobernanza efectiva el gobierno que encabeza el Presidente de Facto, Felipe del Sagrado Corazón de Jesús Calderón, o comparte potestades normativas y coactivas con poderes fácticos?
Y más: ¿Sabría el gobierno del mandatario de facto aceptar públicamente que los eperristas Reyes Amaya y Cruz Sánchez están en su poder o, caso opuesto, en manos de poderes fácticos sobre los cuales aquél no tiene ningún tipo de control o influencia?
¿O sabría aceptar públicamente y ante el EPR la posible situación verdadera de los eperristas, que sería la de desaparecidos físicamente, es decir, muertos por torturas o asesinados después de extraerles información de inteligencia?
El propio Procurador General de la República —un funcionario del Estado aunque su investidura responda más a los imperativos de la agenda del Poder Ejecutivo— definió al EPR como una organización terrorista; es decir, sus actos causan terror.
III
Al darle esa connotación al EPR y su quehacer político-militar, el Poder Ejecutivo optó por la vía más compleja, difícil y costosa, en vez de aceptar una responsabilidad implícita o explícita en el secuestro y la desaparición de los eperristas.
Cierto. En vez de usar a los eperristas como moneda de cambio para, una, desactivar la racionalidad político-militar del EPR y cercarlo políticamente, y otra, concitar apoyo popular real contra futuras acciones de la citada organización guerrillera.
Lo explícito de esa responsabilidad presunta del gobierno sería si el secuestro y la desaparición de Reyes Amaya y Cruz Sánchez hubieren sido de la autoría del calderonismo. Lo implícito sería por omisión: el gobierno como espectador pasivo.
De cualesquier maneras, el calderonismo no privilegia las rutas políticas para prevalecer. Es obvio que el secuestro/desaparición de Reyes Amaya y Cruz Sánchez tiene un móvil: extraerles información de inteligencia acerca del EPR.
El secuestro/desaparición/asesinato de los eperristas apunta al Centro de Investigaciones y Seguridad Nacional. Extraida que húbose —supondríase que mediante torturas— la información de inteligencia, ambos eperristas fueron prescindibles.
ffponte@gmail.com
Glosario:
Explícito: que expresa clara y deterninantemente una cosa. Intencionado. Palmario.
Implícito: incluido en otra cosa sin que ésta lo exprese. Tácito. Virtual. Sobreentendido.
Prescindibles: del verbo prescindir: abstenerse, privarse de algo. De aquello de que se puede prescindir o hacer abstracción.
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