viernes, diciembre 07, 2007

Alemania: Espionaje industrial

Los sectores mas afectados son el automotriz, el de la fabricacion de aviones y el de maquinaria.


Berlin (apro).- El espionaje industrial florece en Alemania. Su número de casos crece 10% cada año. Los sectores más afectados son el automotriz, el de la fabricación de aviones y el de maquinaria, así como la industria metalúrgica y de materias primas. El objetivo central del espionaje son las innovaciones técnicas, el know how de los procesos de producción. Detrás de esta metodología hay gobiernos extranjeros y empresas de la competencia. Muchas compañías alemanas no asumen debidamente el peligro y carecen de un concepto integral para prevenirlo. Tales son las conclusiones de un estudio realizado por la consultora de negocios Corporate Trust, la Oficina de Criminología Aplicada de Hamburgo y el periódico Handelsblatt de la misma ciudad. Según el estudio --dado a conocer el pasado 22 de noviembre--, 18.9% de las 741 empresas consultadas reconoció haber sido víctima de robo de información valiosa. La denuncia frente a las autoridades se efectuó sólo en un cuarto de los casos. Las empresas suelen contratar especialistas privados, pero evitan que las filtraciones padecidas se hagan públicas, por temor a perder credibilidad e imagen. A esto hay que sumar la cifra --elevada, según estiman expertos-- de los casos que no han sido descubiertos.La información sustraída a través del espionaje va a parar a empresas de la competencia en Alemania y otros países que, de este modo, ahorran gastos de investigación y desarrollo de productos. También a Estados, que así pueden delinear sus estrategias económicas. El acceso a los datos se realiza por caminos diversos. De acuerdo con el estudio, en la mayoría de los casos (20.3%) son los propios empleados quienes brindan datos sensibles, motivados por el soborno, por ansias de venganza contra la compañía o al ser sorprendidos en un descuido. En algunos casos, el acceso a la información es más fácil de lo que parece. Bastan un par de preguntas formuladas con habilidad --en una feria industrial, por ejemplo-- para arrancarle algunos datos relevantes al interlocutor correcto. También se computa como flujo indeseado de información el caso de los empleados que se independizan y los que pasan a trabajar para la competencia.De acuerdo con el estudio, en 14.9% de los casos el espionaje industrial se realizó a través de hackers que perforan con “troyanos” la seguridad de las empresas. Le siguen las escuchas secretas de charlas de directivos (10.7%) y la intercepción de llamadas, fax y correos electrónicos (5.3%).El uso de agentes de inteligencia extranjeros en la obtención de información sensible es extendido aunque difícil de cuantificar. “El número de estos casos es seguramente muy elevado”, dice a Apro Christian Schaaf, gerente de Corporate Trust, la consultora a cargo del estudio. “Las cifras negras del espionaje económico son sin duda inmensas, y se les puede comparar con las de la criminalidad económica”, señala. Percepción equivocada
Una protección absoluta contra el espionaje industrial es imposible. Pero sí se pueden adoptar medidas de prevención que aminoren los riesgos. El estudio consigna que pocas empresas se cuidan de llevar a cabo sus conversaciones reservadas en lugares seguros. Aproximadamente, 60% de las compañías ni siquiera tiene un responsable a cargo de la seguridad contra el espionaje industrial. Curiosamente, a pesar de que 80% de las empresas consultadas estima que el espionaje industrial crecerá en Alemania y en el mundo durante los próximos años, sólo 37% por ciento de ellas cree que su propia empresa será objeto de espionaje. “Lamentablemente, muchas veces el peligro es percibido de manera realista, pero no se lo ve con toda claridad en lo que respecta a la propia empresa”, dice Schaaf. “Para tomar una medida, hay que volverse activo, y esto muchas veces se elude”. Schaaf señala que muchas empresas caen en la imprudencia de suponer que en Alemania no corren peligro de espionaje industrial. Explica: “Está claro que para una empresa de la competencia es muy interesante saber lo que hace el resto. También para los Estados extranjeros es importante saber quién y qué se hace en Alemania, y además está probado que el acceso a esta información es bastante fácil”. Otro dato interesante del estudio es que los casos de espionaje industrial se han dado casi siempre en las centrales de las empresas, en Alemania, y no en los países en los que éstas se han expandido.Los especialistas en la materia hacen una diferenciación entre espionaje económico, a cargo de los servicios secretos de otros países, y el espionaje de la competencia, que realizan otras empresas del sector. Tras aclarar que el estudio se concentró en las empresas espiadas y no en los autores del espionaje, Schaaf señala: “Sé por experiencia que también hay empresas alemanas que hacen uso de estas prácticas ilegales”.Berthold Stoppelkamp, gerente de la Comunidad de Trabajo para la Seguridad en la Economía, cree que este tipo de metodología ha alcanzado una nueva calidad a partir de la globalización: “A medida que las empresas alemanas acceden a una mayor cantidad de mercados, se exponen a una cantidad también mayor de empresas competidoras”, sostiene. “La competencia se ha vuelto tan agresiva, que también se ve un gran interés por parte de los Estados de acceder a tecnología de punta”. El espionaje industrial es practicado por países industrializados y por algunos emergentes. China y Rusia son los países más mencionados por este tipo de prácticas. “China y Rusia no son los únicos países involucrados --dice Schaaf--, pero ambos están viviendo un fuerte proceso de desarrollo, con el fin de adaptarse a los niveles tecnológicos occidentales, y éste se efectúa a menudo a través de acciones de espionaje”.Schaaf señala numerosos casos de los últimos años, en los que estudiantes o trabajadores chinos practicaron espionaje en joint ventures con empresas alemanas o en proyectos de investigación conjuntos.En octubre pasado, durante una conferencia sobre espionaje industrial celebrada en Berlín, el vicejefe de los servicios secretos internos de Alemania, Hans Remberg, sostuvo que el Estado chino estaba detrás de los ataques de espionaje casi diarios contra compañías y agencias gubernamentales alemanas, realizados con “troyanos”, con el fin de obtener una transferencia masiva de alta tecnología. En la misma conferencia, Remberg sostuvo que Rusia está haciendo grandes esfuerzos para obtener información del ámbito militar, político, económico y científico alemanes.
Piratería industrial
El estudio destaca el grado de vulnerabilidad al que se exponen las empresas medianas. Mientras que los grandes consorcios se vieron afectados sólo en 3.9% de los casos consignados, las empresas medianas sumaron el 57.6%. “Esto se debe a que las empresas medianas alemanas son muy innovadoras y desarrollan productos y conceptos de primer orden a nivel mundial, lo que las convierte en víctimas potenciales”, señala Berthold Stoppelkamp. “Pero en cuanto a medidas de protección, los grandes consorcios poseen departamentos de seguridad con personal que ha desarrollado conceptos específicos para la empresa, y que se ocupan de cuestiones de seguridad durante las 24 horas del día”, dice el experto. En las empresas medianas, por el contrario, se observan déficit en este aspecto.Schaaf advierte acerca del resultado directo del espionaje, que no es otro que la piratería industrial. “En lo que todavía nos encontramos muy atrás es en el área de los plagios y la protección de los productos en el extranjero. Aquí los funcionarios deberían ejercer una presión política para que otros Estados --en primer término China-- controlen esta práctica en el propio país, y sea posible retirar estos productos plagiados del mercado”, indica.“Los perjuicios derivados de la piratería industrial son siempre la consecuencia de una filtración indeseada de información”, opina Stoppelkamp. “Una gran parte de los perjuicios se da cuando la estrategia y los proyectos a futuro de la empresa llegan a determinados sectores en el extranjero, y estos Estados o empresas de la competencia toman con anticipación las medidas correspondientes. Millones de euros invertidos en investigación y desarrollo quedan enterrados en la arena”.Alemania vive de sus exportaciones. La industria invierte sumas considerables en la innovación de productos. En general, la investigación y el desarrollo se realizan en el país, mientras que la producción suele trasladarse al extranjero por cuestión de costos. Curiosamente, sin embargo, el área más afectada por el espionaje ha sido, según revela el estudio, la de distribución y ventas (20%), por encima de la investigación y el desarrollo (16,1%) y personal (14,7%). Schaaf señala: “A veces se subestiman ciertas áreas o se las considera menos expuestas, y de ahí que se intente acceder a información a través de ellas. Dentro de los procesos de producción están la distribución y las ventas; o sea, cómo se impone un producto en el mercado. Aquí se trata, fundamentalmente, de conseguir a través de empleados el listado de clientes y de saber quién y en qué sectores se hacen buenos negocios y por qué medios se llega a los clientes”.El espionaje industrial causa a la economía alemana un perjuicio anual considerable. El estudio pudo comprobar pérdidas en el orden de los 2 mil 800 millones de euros. Schaaf supone, sin embargo, una cifra mucho mayor. El ministerio del Interior de Alemania la calcula en 20 mil millones de euros. ( 3 de diciembre de 2007)

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