TV no, vive

Alberto Híjar

Ariel Ogando y Carina Borgogno de Wayruro, Comunicación Popular de Argentina han entrevistado a la directora de Vive, Blanca Eekhout la televisora venezolana que ha organizado el Primer Congreso Internacional de Comunicación y Socialismo del siglo XXI con el lema "Ampliar la voz de los medios comunitarios". El congreso tuvo lugar en Caracas del 10 al 16 de diciembre de 2006 y convoca a los movimientos sociales del mundo entero para celebrar el tercer aniversario de la televisora que junto con Catia Tve, Teletambores, Camunare rojo, Tv Rubio, Lara Tv y Canal Z integra una red comunitaria que será clave de la discusión de cuatro puntos principales:

"1.- Propuestas de democratización del espectro radioeléctrico con el fin de someterlas a los gobiernos progresistas.
2.- Regionalización, apropiación y control ciudadano de los grandes medios.
3.- Integración solidaria de los pueblos a través de los medios de comunicación.
4.- Liberación del lenguaje y participación de los trabajadores en los modos de producción comunicacional".

La directora de Vive remite la construcción de televisoras y radios al servicio de los pueblos a las necesidades de la democracia participativa y protagónica. Se trata de no dejar en otras manos y en voceros oficiosos la información y comunicación que tendrían que llegar a ser "muy horizontales, muy dialógicas", sobre esta base sería posible desmitificar "el poder del medio" para devolver "la palabra al ciudadano". Hace una afirmación contundente: "que el poder no esté en quien tiene el control, el que tiene la cámara, el que tiene el poder de montarlo en una señal, en una transmisión, sino realmente la palabra sea la que tenga el poder". Se trata de ampliar y amplificar "la palabra desde nuestras realidades, desde cada comunidad obrera, campesina, indígena, desde los comités de las tierras urbanas".

Consecuencia importante del proyecto Vive son las asambleas con ese nombre donde se evalúa y discute la programación para ejercer de este modo la necesidad organizativa de las comunidades hasta producir el sujeto social de la democracia plena. De aquí el lema "No vea televisión, vive", que es un llamado a no limitarse a estar frente a la pantalla sino a asumir las consecuencias de lo que ahí se ve para dar lugar a propuestas innovadoras.

Blanca Eekhout advierte al proyecto como exigente de una nueva institucionalidad que a su vez exige un estado capaz de incorporar las necesidades sociales del proyecto. De aquí una contraloría que da consultas al movimiento campesino, a los trabajadores, al movimiento de mujeres, a los comités de tierra urbana de modo de ampliar la programación hasta lo más profundo de la formación social.

Destacan los entrevistadores y responde en consecuencia la entrevistada, la construcción de una red de agrupaciones de comunicación popular latinoamericanas y acentúan el papel protagónico que en ella tienen las niñas y los niños liberados de este modo de la estupidización propia de la llamada programación infantil de los consorcios mercantiles. La Patria grande cuenta con la contribución de estos proyectos para su reproducción social.

Publicada en la revista Trabajadores de la Universidad Obrera de México, número 57 y última del año de 2006, la entrevista adquiere una gran actualidad en vista de la derrota de las innovaciones constitucionales propuestas por la presidencia de Hugo Chávez. Al reconocer su derrota, aconsejó a los triunfadores que administren su triunfo a sabiendas de que no se mandan solos sino participan de la estrategia contrainsurgente del gobierno norteamericano y de los intereses de los grandes consorcios trasnacionales que temen ser afectados por el proyecto bolivariano. De aquí la necesidad de asumir una consigna que Cuba echó a andar en 1970 cuando resultó un fracaso la zafra de los 10 millones de toneladas de azúcar. "Convertir el revés en victoria" significó la reconstrucción del poder popular a partir de asambleas comunitarias, sindicales y de organizaciones de masas para probar la capacidad propiamente revolucionaria que en Cuba es ejemplar desde el asalto al Moncada que fue una derrota militar, dio lugar al Movimiento 26 de julio y culminó con un triunfo político de consecuencias internacionales. Si como el proyecto Vive prosperan en Venezuela otros que satisfagan las necesidades populares, la derrota en el referéndum será un impulso definitivo para el proyecto bolivariano que entonces sí podría construir el poder de los trabajadores y con él, el tránsito al socialismo.