lunes, enero 28, 2008

"Chorreará la amargura, mientras la abundancia se sume. Arderá la tierra y arderá la guerra de opresión. Será el tiempo del dolor, del llanto y la miseria."
Profecía de Napuc Tun

La ruta del lavado de los narcoeuros
Por Mark Schoofs y Paulo Prada

Un incremento en la demanda de cocaína en Europa y la fortaleza de la moneda del continente se han combinado para alimentar una próspera industria: el lavado de euros.
Con el euro cotizándose a cerca de US$1,50 y un aumento en el consumo de cocaína en países como España e Italia, Europa se ha convertido para los carteles de la droga latinoamericanos en un lugar mucho más lucrativo para hacer negocios que en años anteriores.
Para ocultar el origen de los fondos y eludir el escrutinio de los gobiernos, los carteles están usando un complejo sistema para lavar sus ganancias.
A finales de marzo, las autoridades estadounidenses arrestaron en el Aeropuerto Internacional de Los Ángeles a un hombre proveniente de Santiago de Chile, que llevaba una maleta de lona. Dentro de la maleta se encontraron más de US$1,9 millones en euros, principalmente en paquetes de billetes de 500 y 200 euros.


Las autoridades estadounidenses y chilenas creen que el hombre representaba el final de un sendero de lavado de dinero que comenzó en Europa. A lo largo de cuatro años y medio, él y sus socios viajaron casi 280 veces a EE.UU. desde Latinoamérica, ingresando abiertamente más de US$244 millones de euros al país, de acuerdo con documentos presentados por las autoridades en una corte estadounidense.
Durante un discurso que dio en mayo en Madrid, como parte de la Conferencia Internacional de Lucha contra las Drogas, Karen Tandy, la entonces directora de la Drug Enforcement Administration (DEA), habló sobre el origen de los euros declarados por la gente que entraba a EE.UU. "Nueve de cada diez viajeros que llevaban los 1.700 millones de euros que entraron a EE.UU. durante 2005 no provenían de Europa", dijo. "Venían de Latinoamérica".
Los fajos de euros que cargaban mensajeros como el que fue arrestado en Los Ángeles, son usualmente las ganancias de envíos de cocaína a Europa que a menudo se mueven vía África, dicen las autoridades.
Algunos narco-euros son lavados directamente en Europa. Pero los funcionarios dicen que el grueso de las ganancias se envía de vuelta a Sudamérica y finalmente termina en EE.UU.
"Este es aún un negocio de efectivo", dice Donald Semesky, director de investigaciones de crímenes financieros de la DEA.
El primer paso es convertir los pequeños billetes acumulados en miles de ventas callejeras en billetes de 500 euros, los cuales son fáciles de transportar. Obtener grandes cantidades de estos llamativos billetes no es sencillo. Por eso, los traficantes recurren a bandas criminales especializadas (cuyos miembros están a menudo involucrados en negocios de banca y bienes raíces), explica José Manuel Álvarez Luna, director de la división de lavado de dinero de la unidad de crímenes económicos y fiscales de la policía española.
España es el centro de estos intercambios. Un funcionario bancario español de alto nivel dice que en España circula una porción desproporcionada de los billetes de 500 euros disponibles en la eurozona, conocidos como Bin Ladens por su escasez.
El propósito del lavado de dinero es ocultar el origen de las ganancias obtenidas ilegalmente para que los fondos parezcan legítimos. En la mayoría de los casos, esta práctica también ayuda a los criminales a escapar del seguimiento de los recolectores de impuestos y de las autoridades, incrementando así el valor de sus ingresos ilícitos.
Especialmente desde los ataques del 11 de septiembre, el fortalecimiento de las medidas antilavado han forzado a los carteles a buscar rutas más indirectas para hacer circular sus fondos alrededor del mundo.
Los carteles no llevan sus narco-euros a EE.UU. directamente. En su lugar, suelen vender sus euros en el mercado negro de divisas de Sudamérica o a casas de cambio, las cuales tienen una coartada natural para mover grandes cantidades de efectivo.
Sin embargo, en Sudamérica hay pocos compradores legítimos para las grandes cantidades de euros que obtienen las casas, directa o indirectamente, de los traficantes. Así que las casas de cambio envían la mayoría de narco-euros, a veces a través de intermediarios, por una cadena de casas de cambio en países como Colombia, Perú, Brasil y Chile, dice Semesky de la DEA.
A menudo, los narcotraficantes cambian sus euros por pesos colombianos, por lo que los euros que entran a EE.UU. dejan de ser de los carteles para pasar a ser de las casas de cambio. En otros casos, cuenta Semesky, los traficantes les pagan a las casas para que muevan los fondos a una de sus cuentas en EE.UU. Normalmente, no piensan en retirar los fondos, sino que los usan para pagar diferentes deudas. Esto se logra al enviar los fondos por remesa a la persona a la que el traficante debe dinero.
Estas maniobras ilícitas han sido avivadas por la creciente demanda de cocaína en Europa. España ahora tienen un porcentaje de su población mayor (3%) que usa la droga que EE.UU. (2,3%), que solía ser el mayor consumidor per cápita, según cifras de Naciones Unidas. En la primera mitad de 2007, un kilo de cocaína se vendía en Madrid por 33.000 euros, o cerca de US$43.900 en esa época, más del triple de los US$12.500 a US$14.600 que costaba en Los Ángeles o los US$13.000 a US$26.000 por los que se conseguía en Nueva York, según la policía española y la DEA.
El consumo de la droga también se ha disparado en buena parte de Europa Occidental, según un informe publicado este año por la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito.
Las autoridades sospechan que el auge del negocio de la cocaína en Europa proveyó los euros que se encontraron en la maleta de Mauricio Mazza Alaluf, el hombre arrestado en Los Ángeles en marzo. Junto con un primo, Luis Mazza Olmos, dirigía una casa de cambio en el centro de Santiago, según las autoridades estadounidenses y chilenas.
La investigación contra los Mazza comenzó en agosto de 2004, dice Christian Caamaño, un detective de la Policía de Investigaciones de Chile. Lo que los colocó sobre la pista fue un pasajero peruano procedente de Colombia que llegó al aeropuerto de Santiago cargado con una mochila con 600.000 euros en billetes de 500 euros, según Caamaño. Alarmadas, las autoridades chilenas comenzaron a monitorear a mensajeros como él y se dieron cuenta de que llevaban sus maletas llenas de euros a la casa de cambios de los Mazza.
Luego, la rutina evolucionó. Un mensajero desde Colombia, que supuestamente cargaba las ganancias obtenidas en Europa, llevaba el dinero mediante un servicio de vehículos blindados al aeropuerto de Santiago. Contaba el dinero en un camión estacionado y se lo entregaba a los Mazza o a uno de sus socios, relata Hernán Peñafiel, el fiscal principal en el caso paralelo que se entabló en Chile contra los Mazza. Entonces, uno de ellos o sus socios abordarían un vuelo a EE.UU. con el dinero, dice Peñafiel.
Una vez llegaban a suelo estadounidense, dicen las autoridades, los Mazza movían sus euros con un desparpajo asombroso. Su táctica principal consistía en rellenar cumplidamente los documentos de aduana y de las instituciones financieras, usando nombres reales de sus negocios y su familia, según las autoridades y documentos legales del caso estadounidense.
Después de que los Mazza o sus socios pasaban la aduana en Los Ángeles, transferían su efectivo a Associated Foreign Exchange Banknotes, Inc., una firma de intercambio de divisas californiana. A continuación, AFEX Banknotes convertía los euros en dólares y los transfería a cuentas bancarias en EE.UU, que los Mazza habían abierto, según las autoridades y dos empleados de AFEX Banknotes.
Los Mazza comenzaron a mover grandes sumas de dinero a través de estas cuentas, según documentos del caso, a menudo después de recibir instrucciones por fax, interceptadas por las autoridades chilenas, de gente o negocios que las autoridades creen que están relacionados con narcotraficantes colombianos.
Andrew Scherer, el encargado de cumplimiento y supervisión de AFEX Banknotes, dice que su compañía está "avergonzada" por la posibilidad de que haya facilitado la actividad ilegal, pero añadió que tiene unas fuertes políticas de antilavado de dinero y que ha tomados "medidas significativas" para mejorar estas medidas como consecuencia del caso Mazza. Pero no quiso ofrecer detalles más específicos, argumentando razones de seguridad.
Cuando Mazza-Alaluf aterrizó en Los Ángeles el 31 de marzo, no intentó esconder su dinero. Como él y sus socios habían hecho cientos de veces antes, llenó la declaración tradicional de divisas, necesaria cuando un pasajero que entra a EE.UU. lleva más de US$10.000 en divisas o instrumentos monetarios. Pero esta vez fue arrestado inmediatamente. Este hombre de 54 años sigue alegando su inocencia.
En nuestro sitio Web: Puede ver un video en inglés sobre el crecimiento de la demanda de cocaína en Europa.

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