martes, julio 01, 2008

Y se cerró la pinza policiaca...
El operativo

Una reconstrucción del operativo que costó la vida de 12 personas y que tiene en vilo al Gobierno del DistritoFederal, demuestra que se inició como una acción normal para verificar denuncias por la supuesta venta de alcoholy drogas a menores en una discoteca. Sin embargo, todo comenzó a salirse de control por una cadena deomisiones, errores, falta de capacitación y abusos...El pasado viernes 20, a las 16:25 horas, el director ejecutivo de la Región IV, con indicativo Thor, Guillermo Zayas González, convocó por radio a los jefes de sector de la delegación Gustavo A. Madero para que seconcentraran en las instalaciones de la Región VI Aragón.Una vez ahí, los 12 mandos policiacos –entre directores de las Unidades de Policía Sectorial (UPS) y Unidades dePolicía Ciudadana (UPC)– fueron enterados de que apoyarían la visita de Verificación Administrativa que lasautoridades delegacionales realizarían en 35 minutos más –a las 17:00 horas– en la discoteca New’s Divine,ubicada en la avenida Ingeniero Eduardo Molina número 186, esquina Calle 312, colonia Nueva Atzacoalco,porque tenían información de que en ese lugar se vendían bebidas alcohólicas y drogas a menores de edad.En la orden general de operación que se diseñó expresamente para ese fin quedó asentado que el grupo estaríaconformado por 216 personas: 183 elementos de la Secretaría de Seguridad Pública (SSP) capitalina, 27 de la Procuraduría General de Justicia del Distrito Federal (PGJDF) –23 agentes de la Policía Judicial, dosrepresentantes de Agencias del Ministerio Público y dos agentes del MP– y seis funcionarios de la delegación Gustavo A. Madero.Según la orden diseñada por el jefe Thor, quien dependía directamente del director general de la Policía Sectorial,Julio César Sánchez Amaya, todos los mandos tenían perfectamente delimitadas sus funciones.Con ocho elementos bajo su mando, el director de la Unidad de Policía Sectorial GAM 1, con indicativo Cuautepec, José Francisco Villagómez Pulido, resguardaría la integridad física del personal de la Subdirección deVerificación y Reglamentos de la delegación, coordinados por el entonces director general Jurídico y de Gobierno,Ángel Nava Rojas.El director del sector GAM-2, Martín Alonso Aldrete Jiménez, con indicativo Ticomán, resguardaría las escalerasdel inmueble con 10 elementos. A su vez, el director de la Décima Unidad de Protección Ciudadana, Carlos MarioZepeda Saavedra, con indicativo Lindavista, junto con el director de la Unidad de Policía Sectorial GAM-6,Camerino Luna Ramírez, con indicativo Tepeyac, vigilarían la zona de sanitarios para evitar que personal delestablecimiento o los jóvenes presentes en la discoteca arrojaran a los retretes o lavabos cualquier tipo de droga.El director de la Unidad de Policía Sectorial GAM-4, Alfredo Martínez Velarde, con indicativo Quiroga, y eldirector de la Vigésima Cuarta Unidad de Protección Ciudadana, Alejandro Gardiño Tejeda, con indicativo Pradera, apoyados por 10 elementos, escoltarían a las personas detenidas durante el operativo ante las autoridadesdel Ministerio Público.De acuerdo con la orden general de operación de ese día, resguardarían el exterior y el entorno de la discotecaNew’s Divine los siguientes mandos: el director de la UPS GAM-7 Cuchilla, José Jiménez López; el director de laUPS GAM-8 Aragón, Héctor Arturo Flores Gómez; el director de la Octava UPC Clavería, Sergio Figueroa Hernández; la directora de la UPS AZC-4 La Raza, Rosa Herlinda Antúnez Vázquez, y el director de la UPS AZC-3, Cuitláhuac, Ángel Muñoz Rico.Por su parte, el director de la UPS AZC-1, Hormiga, se encargaría de realizar los cortes y apoyos necesarios devialidad en la avenida Eduardo Molina y la calle 312.Los 27 elementos de la PGJDF que fueron convocados por Zayas para intervenir en el fallido operativo del pasadoviernes 20, en el que perdieron la vida nueve jóvenes y tres policías (dos de la SSP y un agente de la PolicíaJudicial), también tenían bien delimitado su campo de acción.Según la orden de operación trazada por Zayas González, el fiscal desconcentrado en la delegación Gustavo A.Madero, Alejandro Muñoz Ramírez, tomaría conocimiento de los hechos, auxiliado por los responsables deagencia en GAM-8 y GAM-4, Carlos Sotelo Maganda y Miguel Aguilar López, respectivamente. Este último contó con el apoyo de la agente del MP María Natividad Gaona Cerna.Coordinados por los comandantes Álvaro Avilés González y Jorge Heras Ortiz, los 20 agentes de la PolicíaJudicial capitalina comisionados tenían la encomienda de detener a las personas que estuvieran infringiendo la leyy, de ser el caso, iniciar la averiguación previa correspondiente.Los verificadores de la delegación Gustavo A. Madero, bajo el mando del director general Jurídico y de Gobierno,Ángel Nava Rojas, tenían a su vez la encomienda de llevar a cabo la verificación del inmueble y de clausurarlo encaso de hallar alguna irregularidad.
En el papel, el operativo estaba perfectamente bien planeado.
Documentos obtenidos por los reporteros y cotejados con distintas fuentes de información demuestran que desdeantes de la salida del grupo hacia la discoteca New’s Divine surgieron contratiempos que, sumados a los errorescometidos durante el operativo, desembocaron en la tragedia y en los abusos contra los jóvenes detenidos.Por ejemplo, de los 183 elementos de la SSP requeridos inicialmente sólo se presentaron 169, con lo que el estado de fuerza llegó disminuido en 11%. Además, en la lista de 38 vehículos utilizados durante el operativo para eltraslado del personal no aparece ninguna ambulancia.
La trampa
Según Zayas González, el operativo fatal estuvo sustentado en una serie de denuncias ciudadanas que llegaron a suoficina semanas antes, en el sentido de que grupos de jóvenes bebían y se drogaban en la discoteca.Con esa información, Zayas dio parte al director general Jurídico y de Gobierno de la delegación Gustavo A.Madero, Ángel Nava Rojas, quien dio luz verde para que se programara un operativo Unipol, con elementos de laSSP y la PGJDF.
El propio Zayas preparó el operativo y le puso fecha: viernes 20 de junio.
Seguridad Pública y la procuraduría capitalina tienen versiones distintas de lo que sucedió en esa acción policiaca,en la que perdieron la vida Mauricio Quiroz Rodríguez, de 18 años; Érika Rocha Maruri, de 13; Mario Alberto Ramos Muñoz, de 22; Isis Gabriela Tapia Barragán, de 16; Eredi Pérez Sánchez, de 29; Alejandro PiedrasEsquivas, de 14; Leonardo Amador Rivas, de 24; Daniel Alan Ascardo Rodríguez, de 15, y Rafael Morales Bravo,de 18, así como los policías Remedios Marín Ruiz, Pedro López García y Pablo Galván Gutiérrez (este últimojudicial).Según la SSP, durante la diligencia de verificación en la discoteca, que registraba sobrecupo. El responsable dellugar, Alfredo Maya, con la complacencia de las autoridades delegacionales, indebidamente ordenó que apagaranla música, tomó el micrófono y pidió a los jóvenes que desalojaran el local porque había un operativo, no sin antesprometerles que el siguiente viernes la entrada sería gratuita.En medio de una rechifla, los jóvenes comenzaron a abandonar el lugar con cierto orden. Conforme salían, algunosuniformados los subían a un camión de la Red de Transporte Público estacionado frente a la discoteca.De pronto, empleados del establecimiento cortaron la luz, los ventiladores dejaron de funcionar y comenzó eldesorden. En su prisa por salir, los jóvenes se empezaron a amontonar en la escalera, “incrementando latemperatura, el desgaste físico y el pánico”.Según la SSP, la situación hizo crisis cuando una de las dos hojas abatibles del zaguán se cerró por la presión delos propios jóvenes, lo que provocó un nudo humano.Entre la escalera para ingresar al local y el zaguán quedaron atrapados varias personas durante largos minutos. Elamontonamiento alcanzó tal magnitud que nueve muchachos y tres policías murieron ahí por asfixia.Sobre ese punto en particular, la versión de la PGJDF inculpa a la SSP. Según el procurador Rodolfo Félix Cárdenas, la policía bloqueó premeditadamente la puerta de acceso, con el fin de impedir que los jóvenes huyeran.“Si bien es cierto que en las pruebas del expediente no se encuentra acreditado que Guillermo Zayas haya dado laorden a la policía, ya sea para cerrar la puerta o bien para que la policía contuviera la salida de los menores, lo quesí se encuentra acreditado es que, siendo el mando único, nunca dio la orden para que se dejara de bloquear lapuerta de salida del lugar”, argumentó el procurador capitalino.Según Zayas, quien el pasado viernes 27 ingresó al Reclusorio Oriente por el presunto delito de homicidio doloso,cuando el camión que llevaba se llenó, él se alejó de la discoteca unos 500 metros “para agilizar el arroyo vehicular”.Posteriormente, añade, se percató de que la policía se estaba amontonando en la puerta principal y solicitó porradio y teléfono el apoyo de personal y de ambulancias al darse cuenta de que había varias personas tiradas en elpiso.
Errores mortales
Los documentos obtenidos por Proceso evidencian la suma de errores en que incurrieron Zayas y el resto delpersonal que participó en esa acción.De entrada, en la orden general de operaciones se especifican las actividades a desarrollar para cada mando, perono existe un análisis previo en relación con el aforo, los accesos, salidas y características físicas del inmueble.Además de que los mandos no debieron perder en ningún momento el control y el acceso principal del inmueble,el responsable del operativo debió valorar el estado de fuerza, las condiciones del lugar, el tipo de asistentes alevento y todas aquellas circunstancias que, concatenadas, desembocaron en la muerte de 12 personas.Así mismo, los elementos convocados al operativo eran sectoriales y de la UPC, los cuales no están debidamentecapacitados para la contención de multitudes. Pero con los dos camiones llenos de jóvenes hubiera sido suficientepara comprobar el ilícito de corrupción de menores.Por si fuera poco, varios mandos y policías incurrieron en una grave omisión al abandonar el lugar de los hechoscuando se dieron cuenta de la magnitud de la tragedia.Otro espinoso problema son las vejaciones cometidas por al menos 29 policías contra los jóvenes que fueron trasladados al Sector GAM-8 Aragón, donde les tomaron fotografías y los desnudaron antes de ponerlos adisposición del Ministerio Público.Entre los responsables de ello se encuentra Alejandro Garniño Tejeda, quien fue distinguido como Policía del Añoen 2005 y en 2006. En febrero de 2008 fue acusado de extorsionar a franeleros en las inmediaciones de la ArenaMéxico.Él ordenó al policía Gerardo Cruz Antonio (placa 825732) que fotografiara y marcara con un número en las manosa los jóvenes detenidos durante el operativo antes de remitirlos al Ministerio Público.Garniño Tejada fue uno de los 17 mandos que el titular de la SSP, Joel Ortega, puso a disposición del MinisterioPúblico por los hechos ocurridos en la discoteca New’s Divine, y salió libre con la reservas de ley. Sin embargo, alconocerse las vejaciones cometidas contra los detenidos, ya no se presentó a laborar.Durante su estancia en el Sector Aragón, los jóvenes fueron separados por sexo. Luego de tomarles fotografías,marcarles la mano y tomarles sus datos generales, personal de la agrupación Fuerza de Tarea trasladó a losdetenidos a la Décima Sexta Agencia del Ministerio Público, donde las mujeres fueron las primeras en pasar con el médico legista.Algunas muchachas denunciaron que ahí tuvieron que desnudarse ante la mirada escrutadora de los policías. l
Denigración
La orden de desnudar y fotografiar, de frente y de perfil, a los menores de edad arrestados durante los operativos policiacos en la Ciudad de México, como si fueran delincuentes, es ya una rutina de las policías.Así ocurrió, una vez más, en el operativo del 20 de junio en la discoteca New’s Divine. Antes de que la policía impidiera que los jóvenes abandonaran el lugar, con lo que ocasionaría la muerte de 12 personas, 83 menores (40 de ellos mujeres) fueron presentados ante la Agencia 57 Especializada del Menor Infractor, en donde fueronfichados.Y como había ocurrido en los casos anteriores, según denuncias presentadas ante la Comisión de DerechosHumanos del Distrito Federal (CDHDF), y declaraciones de los propios policías, los detenidos en New’s Divinefueron retenidos durante varias horas, el tiempo que tardaron en pasar uno por uno para ser interrogados ymarcados en la piel una vez que habían desfilado ante la cámara de registro policiaco.De acuerdo con las fotografías, cuya copia obtuvo Proceso, algunas jovencitas fueron obligadas a mostrar sustatuajes en el cuerpo para que se les fotografiara como parte del expediente policial.Esa práctica de la policía de fichar a los menores de edad es considerada por Emilio Álvarez Icaza, presidente de la CDHDF, como una de las mayores vejaciones a la integridad de los adolescentes. (SC) l

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