sábado, agosto 09, 2008

El empleo, Felipe, el empleo

Feliciano Hernández

felicianohg@yahoo.com.mx

Felipe Calderón está incumpliendo una de sus principales promesas de candidato: ser el presidente del empleo. Sin duda que tal referente le significó buena parte de los votos que logró en 2006, tomando en cuenta que conseguir un puesto de trabajo se ha tornado casi en un sueño imposible para muchos mexicanos, en particular para los jóvenes y peor si son profesionistas egresados de las instituciones públicas o de las denominadas “patito”. El tiempo ha transcurrido muy rápido para el michoacano y no ha logrado prácticamente nada al respecto, que no sea dentro de la inercia del mercado negro.

El asunto del desempleo es tan grave que la neoliberal Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), que agrupa a las 30 naciones más desarrolladas del planeta, ya envió señales de alerta al gobierno mexicano. Por eso no sobra insistir en el reclamo desde este espacio, partiendo del balance que el organismo dio el 1 de julio reciente en el documento Panorama del empleo 2008, en el cual señala que el 60% de los mexicanos en edad de trabajar lo hace en la informalidad. “Son personas que no tienen acceso a la seguridad social, no tienen un contrato de trabajo y viven en total precariedad”, expresó Stefano Scarpetta, jefe de la División de Análisis y Política de Empleo del citado ente supranacional.

Fue más allá el vocero de la OCDE , en su mensaje directo al gobierno calderonista: “Queda claro que el crecimiento económico no reduce la informalidad, para lograrlo se requieren estrategias bien definidas y hasta el momento no se aprecian”. ¡Pácatelas!

De acuerdo con los datos de ese Panorama mexicano pintado por la OCDE , la proporción de mujeres con trabajo es menor en 20% a la de los hombres; y la diferencia salarial entre ambos sexos es de 30% en promedio.

La Asociación Nacional de Universidades e Instituciones de Educación Superior (ANUIES) apunta unos datos frustrantes en el documento Mercado laboral de profesionistas en México: de un millón 980 mil egresados de instituciones públicas y privadas en los últimos diez años, poco más de 800 mil, el 40%, se encuentran desempleados, en el subempleo o trabajan en algo distinto a la materia de sus estudios. Así, la tasa abierta de desocupación entre los jóvenes de 24 a 29 años de edad casi triplica la media nacional, es decir, se ubica en un 9.0%.

A nivel internacional, las cifras de la ONU sobre los Objetivos del Milenio también corroboran el negro panorama que se vive en México: la mitad de los 195 millones de desempleados en el mundo son jóvenes y la probabilidad de desocupación también es tres veces mayor respecto de los adultos. “En 2006 el desempleo juvenil alcanzó el 13.6%, en referencia a la tasa de los adultos de 4.4%”, señala en el informe sobre las metas de los ocho objetivos de desarrollo del milenio. Para América Latina tales cifras se ubicaron en 16% en el año referido, superiores a las de Asia, Oceanía y Europa.

En la danza de cifras, la Encuesta Nacional de Educación y Empleo refiere que hay en el país 27 millones 809 mil personas en la informalidad y que el 55% de los que tienen empleo carecen de prestaciones. De acuerdo con esa fuente, el IMSS afilia a 14 millones 800 mil trabajadores, con las prestaciones mínimas.

Total que lo único cierto e incontrovertible es que el enorme desempleo está en todas partes del país y que Calderón no ha podido hacer nada para resolver esta vieja demanda. A ver si con las recientes observaciones de la OCDE “se pone las pilas”.

Aquí se ha insistido en que el gobierno debe hacer a un lado su fundamentalismo neoliberal, que tiene que reactivar el mercado interno, mejorar el poder adquisitivo de las mayorías y no sólo el de los ricachones a quienes les condona impuestos; brindar apoyo a sectores productivos de alto potencial; bajar drásticamente el presupuesto destinado a rubros como el de seguridad y defensa, que son verdaderos hoyos negros para el erario federal, y reorientar las finanzas nacionales sometiendo a la banca saqueadora que opera en México. Sólo con una visión patriótica se podrá revertir todo el rezago que padece el país. El tiempo sigue corriendo. A ver que inventa el Ejecutivo a la mera hora para justificar sus errores.

Aplausos y abucheos

El tiro por la culata. ¿Por qué tanta confianza de los perredistas en las consultas públicas? ¿De qué información disponen que no conozcamos el resto de los mortales? ¿No entienden que con un buen manejo de medios los malos de la película pueden cambiar los pretendidos resultados? ¿El 2 de julio de 2006, no fue una consulta acaso? ¿De qué sirve una consulta, cuando el que no gana arrebata? Deberían andarse a tientas con eso de las consultas populares. Pero por lo visto, todavía no les quedan claras las lecciones que muchos ya hicieron notar. Quién sabe qué deberá ocurrir para que aprendan. Por lo pronto, Calderón ha invertido mucho en los medios de difusión para sus propósitos.


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