martes, enero 20, 2009

Crímenes de guerra


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Israel no tiene "justificación legal o moral para lanzar misiles contra blancos civiles". Su actitud no sólo viola las leyes internacionales sobre los derechos humanos, asociadas en primer lugar con el derecho a la vida, sino que "constituye un crimen de guerra".Tajante es el informe que Richard Falk, relator especial de Naciones Unidas para los Territorios Palestinos, presentó el sábado 9 ante el Consejo de Derechos Humanos (CDH) de la ONU, reunido en "sesión especial".Con base en ese documento, tres días después -lunes 12- el CDH aprobó una resolución que "condena las operaciones militares realizadas por Israel" en la Franja de Gaza, las cuales "han resultado en masivas violaciones a los derechos humanos de los palestinos y en la sistemática destrucción de su infraestructura".Fueron 33 los países que votaron a favor, incluido México, mientras que 13 se abstuvieron y uno más, Canadá, se pronunció en contra.En su informe, Falk denuncia que las autoridades israelíes le impidieron cumplir con su misión de monitorear la situación de derechos humanos en los territorios palestinos. El relator de la ONU viajó a Tel Aviv el pasado 14 de diciembre. Al llegar al aeropuerto Ben Gurión, la policía israelí lo detuvo y lo encerró durante 15 horas en una "celda de confinamiento". Al día siguiente lo expulsó.Ese trato a un representante de la ONU "levanta serios cuestionamientos" sobre las obligaciones que Israel tiene como "Estado cooperante" de la organización internacional, señala Falk en su informe.En los hechos, a Israel parece no importarle ser "Estado cooperante" de la ONU: el jueves 15 el ejército de ese país bombardeó la sede en Gaza de la Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados Palestinos (UNRWA, por sus siglas en inglés). Tal ataque coincidió con la visita del secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, a la zona de conflicto.Violaciones sistemáticasRichard Falk es ciudadano estadunidense de religión judía. Experto en derechos humanos y conflictos internacionales, ha publicado unos 20 libros sobre estos temas. Es catedrático de las universidades de Princeton y de California, así como miembro de organizaciones internacionales a favor de la paz. El 26 de marzo de 2008, el CDH de la ONU lo nombró su relator para los territorios palestinos.Las declaraciones y artículos publicados por Falk en las prensas estadunidense y europea suelen ser polémicas; incluso han provocado el enojo de Washington y Tel Aviv. En noviembre pasado, por ejemplo, puso en duda la versión oficial de Washington sobre los ataques terroristas del 11 de septiembre de 2001 contra las Torres Gemelas de Nueva York y señaló la responsabilidad del gobierno de George W. Bush en esos hechos; en junio de 2007 comentó que "algunas políticas" del gobierno Israelí contra los palestinos eran comparables a las de los nazis contra los judíos.Y ahora, en su informe ante el CDH, Falk refuta los argumentos que Israel esgrime para justificar sus ataques militares en la Franja de Gaza y exhibe las violaciones al derecho internacional cometidas por el ejército de ese país. Si bien Israel alega que sus tropas se retiraron de la Franja de Gaza en 2005, por lo cual no es una "fuerza ocupante", el relator de la ONU asegura en su informe: "El persistente control que Israel mantiene sobre las fronteras, el espacio aéreo y las aguas territoriales palestinas conlleva un carácter que le permite mantener legalmente la categoría de fuerza ocupante" aun antes del 27 de diciembre, día en que inició sus operaciones militares.Por lo que atañe a las declaraciones de la ministra de Relaciones Exteriores de Israel, Tzipi Livi, en el sentido de que no existe en la Franja de Gaza una crisis humanitaria, Falk refuta en su documento: Debido al bloqueo que Israel impuso a esta zona durante 18 meses -que impidió el ingreso de alimentos, medicamentos y combustibles, entre otros productos-, la población palestina "ya experimentaba una crisis humanitaria de magnitud severa antes del 27 de diciembre".El representante de la ONU enfatiza que dicho bloqueo "es ilegal", pues impone "un castigo masivo" a los palestinos, lo cual viola los artículos 33 y 55 de la Cuarta Convención de Ginebra. Este último artículo exige a la fuerza ocupante "garantizar que la población civil tenga suficientes alimentos y que sus necesidades de salud sean atendidas".Así mismo, señala: "Tal bloqueo no altera el carácter de los ataques de los misiles artesanales lanzados desde Gaza, pero desde el punto de vista legal sugiere dos conclusiones importantes: primero, que el grado del daño civil resultante de la conducta ilegal de Israel fue mucho mayor que el de la conducta ilegal palestina; segundo, que cualquier esfuerzo para lograr un cese al fuego sostenible debe asegurar que tanto Israel como Hamas respeten la Ley Internacional Humanitaria", lo que significa que Tel Aviv debe suspender las "interferencias" que realiza sobre bienes destinados a la población palestina, los cuales "son necesarios para mantener una vida civil normal".Falk arguye que si bien Israel "reivindica su actual campaña militar como 'razonable' y 'necesaria' debido a la magnitud y severidad de los ataques atribuidos a Hamas con misiles artesanales dirigidos contra la población civil de las ciudades de Sderot y Asdod, ubicadas en el sur de Israel", las cosas no son así.Y refuta: Israel fue el primero que, de facto, rompió la tregua establecida con Hamas en julio de 2008, pues el 4 de noviembre pasado el ejército israelí utilizó "mayor fuerza letal" en un ataque realizado a la Franja de Gaza, lo que, sostiene, "condujo directamente a un incremento en los lanzamientos de misiles desde Gaza"."También resulta relevante que Hamas haya ofrecido en repetidas ocasiones extender el cese al fuego, inclusive por 10 años, siempre y cuando Israel levantara el bloqueo. Hasta donde se sabe, esta posibilidad diplomática no fue explorada por Israel", dice Falk.Incluso añade que ello "tiene una relevancia legal, dado que un principio cardinal de la Carta de la ONU es que el uso de la fuerza debe ser el último recurso, lo que obliga a Israel a basarse en la buena fe y en medidas no violentas para solucionar el problema de los ataques con misiles artesanales".
Armas prohibidas
Falk también subraya en su informe que los ataques lanzados desde Gaza de ningún modo justifican "legal o moralmente a Israel para lanzar misiles contra blancos civiles". "Este comportamiento -insiste- es una violación a las Leyes Internacionales sobre Derechos Humanos (LIDH), asociadas con el derecho a la vida, al tiempo que constituye también un crimen de guerra". De igual manera sostiene que, a la luz del derecho internacional, Israel no aplicó la fuerza de manera proporcional a la provocación de Hamas, pues "durante el período de cese al fuego previo al 27 de diciembre, no hubo una sola muerte causada por los misiles artesanales lanzados desde Gaza". En cambio, Israel realizó "una campaña militar mayor contra una sociedad palestina básicamente indefensa, ya gravemente debilitada por el bloqueo".Hasta el jueves 15, los palestinos muertos por los ataques israelíes sumaban mil 200, los heridos ascendían a 4 mil 500. De ellos, por lo menos un tercio son niños. En contraste, por la parte israelí habían muerto 12 soldados y un civil. "La desigualdad en la cifra de víctimas es una medida de esta desproporción en el uso de la fuerza; otra es el grado de devastación y la magnitud de los ataques", asienta Falk en su informe.Y señala que estos ataques están dirigidos no sólo contra edificios públicos e instalaciones de la policía ubicadas en zonas densamente pobladas, sino contra blancos civiles: escuelas, viviendas, mezquitas, hospitales y ambulancias. Ello, afirma, "agrega peso a los alegatos en el sentido de que el uso de la fuerza por parte de Israel constituye una forma de 'agresión' prohibida por la Ley Internacional y que, con toda seguridad, es excesiva en relación con los criterios de 'proporcionalidad' y 'necesidad'".El informe refiere además que Israel utiliza armas prohibidas por la Ley Internacional. Enumera: gas de fósforo en obuses y misiles, que quema la carne hasta el hueso; "explosivos de metal de inserción densa" (DIME, por sus siglas en inglés), que cortan en pedazos a las víctimas y elevan el riesgo de cáncer en los sobrevivientes; uranio debilitado asociado con bombas de penetración profunda, llamadas bunker buster, utilizadas contra los túneles de Gaza, cuya radiación podría persistir durante siglos causando diversas enfermedades". En sus recomendaciones al CDH, Falk habla de impulsar en la Asamblea General de la ONU iniciativas para investigar los "crímenes de guerra" cometidos por Israel durante su reciente ofensiva militar en la Franja de Gaza.

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