miércoles, abril 22, 2009

El loco hablando de manicomios

El de Fox, gobierno generoso con empresarios

Carlos Fernández-Vega

Con eso de que algunos cínicos, vestidos de blanco y azul, histéricamente defienden lo indefendible –el gran valor, transparencia y logros del sexenio del cambio (sic)–, vale la pena recordar una de las preguntas recurrentes planteadas a lo largo del gobierno foxista: ¿dónde quedaron los voluminosos excedentes petroleros obtenidos en la primera administración panista?

El transparente gobierno foxista siempre evadió la pregunta, aunque finalmente, por medio de la revisión y análisis de las cuentas públicas por parte de la Auditoría Superior de la Federación, se obtuvo la respuesta: de tales excedentes (alrededor de 700 mil millones de pesos), 73 por ciento se destinó a gasto corriente, 14 por ciento a inversiones financieras y sólo 13 por ciento a inversión física directa. Así es, de cada peso adicional que el petróleo aportó a las arcas públicas, sólo 13 centavos, en el mejor de los casos, se destinó a inversión, y 73 centavos a la creciente nómina de los amigos del cambio.

Para él y sus amigos utilizó Fox el puesto y los voluminosos excedentes petroleros, pero también buena parte del presupuesto federal que destinó a garantizar impunidad fiscal y devolución de impuestos a los grandes empresarios que con el cambio se enriquecieron aún más. Días atrás comentamos que prácticamente en todos los rincones de la actividad gubernamental (federal, estatal y municipal) en donde exista presupuesto público de por medio se registra ineficiencia, derroche, opacidad, discrecionalidad, incumplimiento. Y el gobierno de Fox, por mucha defensa que intenten los vociferantes panistas, lejos de ser la excepción fue la norma, mejorada y ampliada.

Aunque los ojos del Legislativo se concentran en las cuentas públicas 2002 y 2003, el balance sexenal es aterrador, y de ello dan cuenta los puntuales informes de resultados de la revisión y fiscalización superior de la cuenta pública que anualmente elabora y divulga la ASF. De ellos, más allá de los referentes a los excedentes petroleros, retomo uno especialmente gratificante para la porosa memoria de los panistas defensores de la indefendible causa foxista, el relativo a la magnanimidad del Chente (el loco hablando de manicomios) en materia fiscal (sólo cuates):

De 2001 a 2005, el gobierno foxista transfirió casi un billón 200 mil millones de pesos (equivalente a un Fobaproa adicional) en impuestos al capital privado que opera en el país, en especial a los barones del dinero, a los dueños de prácticamente todo. La Jornada, en nota de Roberto Garduño y Enrique Méndez, dio puntual cuenta de esta situación: la Auditoría Superior de la Federación descubrió que en el sexenio de Vicente Fox el Sistema de Administración Tributaria, el SAT, pagó al sector empresarial 679 mil 691 millones de pesos por concepto de devolución de impuestos, y la Secretaría de Hacienda benefició con créditos fiscales al sector productivo con 495 mil 807 millones de pesos. Es decir, en cinco años analizados por el órgano fiscalizador, la administración foxista, a través del secretario de Hacienda, Francisco Gil Díaz, favoreció a la iniciativa privada con más de un billón 175 mil 498 millones de pesos. Sólo la devolución de IVA e ISR, acumulada entre 2001 y 2005, cuya cifra fue de 604 mil 366 millones de pesos, superó en 216 por ciento a la inversión privada que se registró entre esos años y cuyo monto ascendió a 279 mil 832 millones de pesos. En un documento elaborado por la ASF, que fue entregado a los diputados federales, ahora el órgano encargado de revisar el manejo de los recursos públicos se da por satisfecho con una propuesta del gobierno de Felipe Calderón para reducir, a partir del año próximo, el porcentaje del monto de impuestos que serán devueltos y acotar los créditos fiscales, sin emitir recomendación a la administración federal para que subsane el citado deterioro al erario (lo que obviamente no ha sucedido).

Así, a los dilapidados 700 mil millones de pesos en excedentes petroleros, súmese el billón 200 mil millones devueltos y/o no cobrados a los barones del cambio (antes del bienestar de la familia, la solidaridad, la renovación moral y ahora de la continuidad, dependiendo el inquilino de Los Pinos en turno). Por aquel entonces comentamos que ese billón 200 mil millones de pesos es equiparable a otro Fobaproa, no sólo por el monto involucrado sino por el mecanismo de reparto, pero también resultaba equivalente a la mitad del presupuesto de egresos 2008, a dos veces la inversión sexenal prometida para infraestructura, a 60 por ciento de la deuda pública neta (interna y externa) del gobierno federal, y, en fin, a muchísimas cosas más que en resumidas cuentas se llama desarrollo.

La documentada denuncia de la Auditoría Superior de la Federación sobre la barbarie fiscal cometida por Fox provocó la reacción del gobierno calderonista, pero en sentido contrario: dos semanas después de la escalofriante cuan detallada información de la ASF sobre el regalo fiscal del ahora defendido por los panistas, publicó un acuerdo (JG-SAT-IE-3-2007) en el Diario Oficial de la Federación, mediante el cual autorizó la condonación total o parcial de los créditos fiscales, que al cierre de 2005 acumularon cerca de 500 mil millones de pesos, en su mayoría concedidos a un grupúsculo de grandes empresas, con lo que el erario se quedó con las ganas.

De acuerdo con el resultado de la ASF, el saldo de los créditos fiscales 2001-2005 pasó de 27.9 a 35.1 por ciento de los ingresos ordinarios del gobierno federal; se determinó que 298 deudores acumularon 20 mil 717 créditos fiscales (70 créditos en promedio). Asimismo, se detectaron 15 contribuyentes con más de 100 créditos fiscales cada uno y, de ellos, seis registraron más de 300; se observó también, que un sólo contribuyente acumuló mil 453 créditos. De lo anterior, se desprende que no existe un límite para la determinación de créditos fiscales y que ciertos contribuyentes han omitido sus obligaciones por un tiempo prolongado. Además, tres bancos concentraron 780 créditos por 28 mil 623 millones de pesos, y uno solo registró 683 créditos por 24 mil 918 millones; en el ramo de la construcción, 14 empresas con 235 créditos adeudaban 9 mil 881 millones y las obligaciones que adeudaban tres de ellas, con 57 créditos, equivalían a 40.7 por ciento de dicho monto. Al equipo pertenecían 11 ingenios azucareros, dos empresas de transportes, cuatro clubes de futbol, una compañía editorial y dos cadenas televisivas.

Las rebanadas del pastel

Con esa información, ni el más cínico puede defender al gobierno del cambio, pero para eso están Germancito y sus guajiros.

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