jueves, julio 09, 2009

Otra perspectiva del fracaso

Jorge Carrillo Olea

Se están dando distintas explicaciones al fracaso panista, todas construidas sobre distintas lógicas. A mí me parecen respetables, pero coyunturales, y me aventuro a lanzar mi cuarto a espadas: la derrota se fraguó durante tres años.

Felipe Calderón arribó a Los Pinos habiendo sido director de Banobras por un lapso muy corto, en el que tuvo un sonado acto de corrupción. Después fue secretario de Energía seis meses. Con estos antecedentes insignificantes, tangenciales, llegó a la Presidencia, por eso le es imposible asumir el sentido de servicio que cualquier funcionario en responsabilidad de gobierno –y más el presidente– debe tener para sentir, como en el alma, la magnitud de su función y la hondura de su responsabilidad

Dio inicio a su administración después de haber sido improvisado político y en un momento crucial. Sin dotes ni vocación para el gobierno, es el prototipo del tecnócrata: conocedor de las leyes, de la ciencia económica, de fe religiosa obnubilante, convicción total en el modelo neoliberal; insensibilidad social y soberbio desprecio por la política y sus actores. Familiaridad, confianza y excesos con sus colaboradores, los que con excepciones comparten el mismo perfil.

Últimas pruebas: El torpe manejo de la epidemia sanitaria, que paró virtualmente al país por torpeza de conducción e imprevisión; las inundaciones de Tabasco, resueltas por veteranos ingenieros de la Comisión Federal de Electrcidad y no por los ineptos de Conagua; constituirse en médico forense y adjudicar las adicciones a la falta de valores morales; incapaz de cohonestar el tema Honduras con la Constitución, artículo 89, fraccción X; el catarrito de Carstens y sus todavía impredecibles consecuencias; así como su desentendimiento del gravísimo tema IMSS-Sonora.

Los logros del presidente del empleo son: desempleados: 2.4 millones, igual a 5.3 por ciento; subempleados (trabajo irregular): 3.4 millones, igual a 7.1 por ciento; informales (ambulantes): 12.1 millones, igual a 28.2 por ciento; sin ingresos fijos: 3.3 millones, igual a 7.7 por ciento. Esto es: 21.2 millones, o sea, igual a 48 por ciento de la población económicamente activa está en el desempleo formal, según Inegi, en junio. Más uno que otro patín. ¡¡Calderón el impasible!!

Es por esto y mucho más que Calderón es intrascendente, porque no se desvela por el cumplimiento de la Constitución y por el bien de los mexicanos. No lo hace premeditadamente, no hay dolo en su actuar, es simplemente que no tiene el carácter y no se somete al mandato constitucional porque no lo siente. No se asume presidente de la República, siguió siendo el jefe de su partido como era hace 10 años, por eso hizo tan intensa campaña electoral. No tiene percepción de la majestad de ser el primer mandatario y de las gravísimas responsabilidades éticas que con ello se asumen.

Y ya se dijo, sus colaboradores no son distintos, son gente bien, educados, los más espléndidamente, muchos de ellos con posgrados en el extranjero, pero con cero experiencias y cero sentimientos de lo que es la responsabilidad de ser un ciudadano con una tremenda carga a cuestas: la que les ha encomendado la nación. Simplemente bisoños, ni siquiera de mala fe.

Poca cosa parece ser secretario de Educación en este país, y poca cosa resultaron Josefina Vázquez Mota y Alonso Lujambio; como poca cosa resultó el doctor Córdova Villalobos en Salud, Alberto Cárdenas en Agricultura y Javier Lozano, en Trabajo y poca cosa resultaron los tres secretarios de Gobernación en un trienio, los tres sin un solo día de experiencia en una secretaría de Estado. Y para qué seguir.

Entonces, ¿cómo y con quiénes habría de haber Calderón construido un proyecto de nación a satisfacción de los mexicanos? ¿Cómo, además de otros muchos factores, esperar un triunfo? Los resultados fueron sorprendentes por extremados, pero están a la vista: son la calificación de Calderón.

Ésta es una interpretación extensa de las causas del fracaso, además de la validez de muchas más, pero apunta también al futuro: esto es, todo ello sucedió o sucederá cuando la perspicacia y la inteligencia, siendo componentes esenciales de un quehacer lúcido de la Presidencia, simplemente no se ven.

hienca@prodigy.net.mx

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