lunes, julio 06, 2009

Reza el viejo refrán, “Los pueblos tienen los gobiernos que se merecen”.

Joaquín Ortega Arenas

¿Por qué tenemos el gobierno que tenemos? Simple mala suerte o, ¿qué es en verdad lo que nos pasa? ¿Por qué hace años y años que se inunda la Ciudad de México en tiempo de lluvias y se muere de sed en tiempo de secas. ¿Por qué día a día, el nivel cultural del pueblo decrece y el analfabetismo crece? ¿Por qué nuestra Constitución, paradigma y ejemplo en 1917, se ha convertido en un galimatías en el que se han perdido por completo las garantías individuales? ¿Por qué la corrupción se ha adueñado de todos los espacios públicos y privados? ¿Por qué la brutalidad policíaca y castrense han cobrado en menos de tres años más de DIEZ MIL QUINIENTAS VICTIMAS? ¿Por qué mas de dos millones y medio de mexicanos están sin trabajo? ¿Por qué las empresas transnacionales han eliminado de nuestro mercado interno a las empresas mexicanas? ¿Por qué nuestros campesinos han abandonado el campo patrio y a riesgo de sus vidas han emigrado al país del Norte? No vale la pena seguir enumerando nuestras desgracias nacionales. Agotaríamos el espacio del que disponemos. Es mejor tratar de encontrar la causa de esta situación que ya nos asfixia moral y económicamente.
La palabra refrán, es de origen francés y significa y se define como “ ... Dicho agudo y sentencioso de uso común....”
Es evidente que el “dicho agudo”, si ha sido acuñado en México, es parte de nuestro sentir y vivir y trataremos de desentrañarlo.
El que esto escribe considera que, en primer lugar, la causa más notable es que México no es un país de CIUDADANOS. Como herencia de trescientos años de colonización española, aprendimos a CALLAR Y OBEDECER, y no bastó más de un millón de muertos en la dizque “revolución mexicana” para deshacernos de la funesta herencia colonial y hemos contemplado impávidos, cómo el SUFRAGIO EFECTIVO, aparente causa del movimiento armado, no ha sido más que una mentira “engaña bobos.” Para evitar la vigencia del principio, hemos empleado todo tipo de argucias y sistemas delictuosos que, en lo general, van desde la suplantación y el engaño hasta el crimen, más bien al contrario, desde el crimen hasta la suplantación y el engaño. Para no abarcar la “dictadura porfirista”, podemos empezar desde el “..triunfo del constitucionalismo en 1919”, y encontramos que la contienda electoral iba a tener como candidato del señor presidente Carranza, a un civil, el Sr. Ing. Ignacio Bonillas”. No agradó a los militares, brazo armado de la revolución, y el Presidente fue asesinado en mayo de 1920, sin que jamás se conociera al ejecutor real y, menos aún, se le castigara. Sin enemigo ante el cual contender, resultó “electo” el Gral. Álvaro Obregón, quien en un mar de sangre de “levantados y enemigos del régimen” concluyó su periodo de cuatro años, al fin del cual entregó el poder al Gral. Plutarco Elías Calles. Persecución religiosa y otro mar de sangre “enemiga” de por medio y para el primer sexenio de nuestra historia, se presentaron tres candidatos. El General Obregón, previa modificación de la constitución para permitir su reelección, Los también generales Francisco Serrano y Arnulfo R. Gómez. Ninguno de los tres llegó a la presidencia. Los generales Serrano y Gómez fueron asesinados por militares, el primero en Huitzilac, Morelos y el segundo en Coatepec , Veracruz, “por pretender levantarse en armas”. El candidato triunfante, Obregón en el restaurante “La Bombilla”, en julio de 1928, en circunstancias nada claras. La revolución se “institucionalizó” y un solo partido gobernó de 1934 hasta 2000, en que para el triunfo del candidato sustituto, ya que el primer designado, también fue asesinado, y su asesinato fue visto por todos los mexicanos en vivo y a todo color desde la Ciudad de Tijuana, asesinato ocurrido en circunstancias también totalmente obscuras.
La clase gobernante, para evitar esos casos tan bochornosos, prefirió modificar la constitución y establecer una “democracia corporativa” por partidos, no por personas, y mediante voto anónimo; y así llegamos a hoy, día de elecciones, con un aparato electoral que está formado por: el Instituto Federal Electoral, cuyos miembros son designados y pagados por el Gobierno. El Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, del cual los magistrados son designados y pagados por el Poder Ejecutivo. El personal de casillas de votación, designado por el Instituto Federal Electoral en el que no se paga a nadie. Con papá gobierno como juez y parte...
De plano, y sin ambages. Los mexicanos somos cobardes de origen . No somos ciudadanos. Carecemos de educación y la poca que el gobierno imparte, es subrogada día tras día. Carecemos de sistemas operables de salud, y los pocos que quedan, son subrogados cada día. Nuestra seguridad depende de las necesidades del gobierno, del Ejercito Nacional indebidamente dedicado a labores policiacas, y nadie se queja. Nos elevan minuto a minuto los impuestos y los derechos, y nadie se queja. La justicia, corrupta a más no poder, es motivo de constante malestar general y nadie se queja.
En suma, TENEMOS EL GOBIERNO QUE NOS MERECEMOS.

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